12 ideas para celebrar una boda al aire libre

Un jardín con palmeras al lado del mar, un hotel de montaña, una pequeña ermita en un pueblo perdido… Las posibilidades a la hora de celebrar una boda al aire libre son infinitas. Además, el entorno natural puede convertir tu boda en un evento inolvidable que quedará para siempre guardado en tu memoria y en la de todos los invitados.

Bodas al aire libre: en el jardín más verde que hayas imaginado

Fotografía: Pazo de Santa Cruz.

/ D.R.

Elige un local, restaurante, hotel o finca que os ofrezca muchas comodidades y un sinfín de opciones: lugares de sombra por si hace mucho calor, un refugio cubierto en caso de lluvia, estufas exteriores por si refresca…

Muchos hoteles y restaurantes brindan a los novios la posibilidad de celebrar la ceremonia en sus propios jardines. Si es vuestra opción, os recomendamos situar una preciosa pérgola en un lugar destacado: os convertiréis en los grandes protagonistas de la fiesta.

Sea cual sea la elección, los elementos naturales del entorno constituirán la decoración perfecta para tu boda: el paisaje arbolado, las olas del mar, los jardines llenos de flores… Y si quieres añadir un toque personal, sugiere a los organizadores que dispongan guirnaldas, macetones con flores o farolillos que se enciendan cuando empiece a oscurecer, creando un ambiente mágico en la noche más especial de tu vida.

Deja volar tu imaginación y organiza la boda de tus sueños. ¿Por qué no poner además una alfombra de pétalos para los novios? ¿O entregar tarjetas para que los invitados os dejen sus mensajes de felicitación y las cuelguen en las ramas de los árboles? Si colocáis vuestros nombres escritos con velitas sobre el césped del jardín, enamoraréis a todo el mundo.

En un lugar tan hermoso, los invitados desearán pasear y charlar después de la ceremonia. Es el momento perfecto para ofrecer un cóctel. Si la boda la celebráis en verano, os recomendamos ofrecer una gran variedad de bebidas refrescantes, acompañadas de tapas o canapés que puedan comerse fácilmente. ¿Qué tal unos montaditos de gambas flambeadas al coñac? ¿O unos buñuelos de foie? Es el momento de disfrutar.

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