Mujeres que se avanzaron a su época, y sus réplicas

Tanto hablar de la nueva mujer para concluir que, a primera vista, seguimos siendo las mismas. Las muchas y variadas mujeres libres que hay en cada una de nosotras tienen el derecho, y a veces el capricho, de reconocerse en estereotipos que vienen de lejos. Será que después de hacer añicos tantos techos de cristal (y los que nos quedan), hemos entrado en un periodo de reinvención antes de volver a dar la campanada… ¿gobernando en Francia o EEUU, por ejemplo? Las revolucionarias con sustancia crean estilos que perduran. Mira a Françoise Hardy encima de la moto, en 1969. El corte de pelo, el rostro natural, la cazadora motera, los pantalones estrechos, la pose de «yo no voy de paquete»... podría esperarnos para ir de shopping. Que escoja ella. Se adelantará al mañana. Otra vez.

Saber más: La belleza del siglo. Los cánones femeninos en el siglo XX (GG Moda).

ROMPEDORAS

KATHARINE HEPBURN

Impuso su imagen pecosa y desgarbada en tiempos de glamur oxigenado y curvas. De buena familia, a Katharine la educaron para hacerse oir y se aplicó a ello. Se enamoró de Spencer Tracy, católico y bebedor, y mantuvo la relación hasta a contracorriente de sí misma. Ella era así.

LINDA EVANGELISTA

Se cortó y tiñó el pelo cuando las modelos eran un mírame, paga y no me toques. También se atrevió a hacerse odiar por todas los que trabajamos para vivir con aquello de que no se levantaba de la cama por menos de un fortunón. Y eso la hace a una muy, muy independiente.

INTELECTUALES

FRANÇOISE HARDY

Con su sofisticada melancolía solo podía ser francesa. Susurró Tous les garçons et les filles, en 1962, triunfó, y se cansó de ser un icono. Ahora tiene el pelo blanco y genial. En su nuevo disco, Parenthèses, canta con Julio Iglesias. Él lo lleva peor.

CHARLOTTE GAINSBOURG

La hija de Jane y Serge casi no tenía más remedio que dedicarse a la canción y el cine, versión progre. Saca partido a su talento y a su imagen, como Sophie Auster, otra chica cool. En honor a la verdad, la cámara la adora y nos gusta.