María Bernad: "Las mujeres tenemos un poder inmenso, si nos mantenemos unidas"
A sus 25 años, esta diseñadora e influencer digital acaba de lanzar una genial comunidad de creadores 'upcyling'. La pandemia la empujó de nuevo a la 'slow life' de tiempos pasados.
Criada entre telas y patrones y con una abuela que confeccionaba para ella los vestidos de sus películas y libros favoritos, María dejó su Elche natal para restaurar obras de arte y acabó fundando su propia firma de moda, Les Fleurs Studio. A sus 25 años, esta joven emprendedora reivindica una industria slow, ética y responsable, que combina los aires vintage con toques románticos, y que tiene en el 3.0 su mejor aliado.
Directora creativa, estilista, diseñadora, influencer… ¿Dónde te sientes más a gusto?
En principio, soy creadora. Yo diseño para mi marca, Les Fleurs (además de llevara cabo la producción, el estilismo, la dirección creativa), desde que estaba en la universidad pero, recientemente, me he reencontrado a mi misma al poner en marcha LFS, una nueva plataforma de ‘upcycling’ donde hago de ‘curator’; es decir, elijo las prendas y los diseñadores que la forman. Y me encanta. Nunca me hubiera imaginado que me iba a gustar tanto.
¿En qué consiste Les Fleurs Studio?
Es un marketplace con 25 diseñadores de todo el mundo que sólo trabajan con métodos ‘upcycling’ (reciclaje creativo), que es la forma más sostenible de producir. Actuamos como si fuéramos un ‘marketplace’, vendemos los productos que tenemos en stock. Además, también hay una revista y un enlace para conocer la trayectoria de cada diseñador. Tenemos creadores de Rusia, EEUU, Francia, Italia… somos una comunidad global y aspiramos a ser grandes. Enviamos a todo el mundo.
¿Cuándo pusiste en marcha esta comunidad?
Empecé a construirla el año pasado, en marzo, durante la primera cuarentena: volví a casa de mis padres, tuve un bajón muy grande y me replanteé totalmente la vida. Vi que cambiar mi estilo de vida me llenaba más: hacer yoga, correr, la vida en el campo… La Paris Fashion Week, los viajes, el estrés quedaron aparcados y, navegando por las redes constaté que había diseñadores que hacían cosas increíbles -incluso mejor que las mías, risas- que no eran nada conocidos. Pensé que, si los unía, serían más fuertes. Cuando pude volver a París, empecé a hablar con cada uno de ellos y a montarlo todo… He aprendido muchísimo de ellos.
¿Y te has apoyado en las redes para darle cancha?
¡Claro! Yo tengo un poder muy grande en redes (@maria_bernad, con 400.000 seguidores) y pensé que, en lugar de promocionar grandes marcas, iba a ayudar a estos jóvenes diseñadores a darse a conocer. Publico en @lesfleurstudio, que cuenta con 32.000 followers, y reposteo.
¿Alguna vez te has arrepentido de subir alguna foto?
Sí, porque soy muy impulsiva. Me ha pasado muchas, muchas veces (risas). Voy a latigazos, soy muy joven, tengo muchas ganas de hacer cosas… Algunas veces he confundido cuentas y he publicado lo personal en el oficial de @lesfleursbrand o, en lugar de etiquetar a una firma, he puesto a otra… ¡y lo borro al instante! Yo publico sin retocar la mayoría de las veces, soy así de natural (risas).
¿Cuál ha sido tu último ‘crusch’?
¿Personal o profesional? (risas). Ahora que estamos en Fashion Week time, con los shows y pendiente de las marcas emergentes que están saliendo… He tenido unos cuantos flechazos, sí. La pandemia nos está regalando tiempo para pensar en casa y para desarrollar nuestra creatividad y hay diseñadores nuevos que están haciendo cosas increíbles. Mis últimos post han sido sobre los shows tan increíbles que se están presentando, que son en realidad auténticos 'fashion films', películas. Yo soy una apasionada del cine.
¿Se liga mucho en las redes, hablando del ‘crush’ personal?
No mucho… pero es que tampoco publico mucha vida personal. Además, el mayor porcentaje de gente que me sigue son mujeres y más mayores que yo… y el resto, chicos gays. Así que está complicada la cosa (risas). Yo soy más de ‘face to face’, de distancias cortas.
¿Cuál es la pieza favorita de tu armario?
Pues da la casualidad que es una chaqueta vintage de Dior, de la época de Galiano. Tiene unos soles y la forma Bar pero sin marcar tanto, que sienta mejor y es mi talla. La encontré en una tienda de segunda mano a la que voy mucho y la tengo como una joya.
¿Qué pasó con un bolso tuyo que copió una multinacional?
No puedo dar nombres, pero esto les ha pasado a muchos amigos diseñadores: estamos muy expuestos en redes. Yo saqué este bolso, un saquito con cordón de seda coronado con plumas, para la campaña Primavera-Verano 2020, en septiembre de 2019, en mi primer show en París -de hecho, el bolso se llegó a vender en las Galeries Lafayette de París-, tenía una forma muy determinada y estaba hecho en seda (upcycling o d-stock, reutilizados de otras prendas). Pues este bolso apareció en versión lowcost, en poliéster, en varios tonos, en una conocida marca y encima lo subieron a redes. Yo, entre disgustada y cabreada, me encargué de hacer un llamamiento, claro, junto con mi amiga @odeandiefreude y la gente empezó a dejar tantos comentarios en su última publicación, que acabaron retirándolo. Es que era un canteo. Ya que copias, que esté a la altura… Pero mira el poder de las redes sociales... Yo, que soy tan dramática, estaba fatal, pero mi madre me dijo: "Cariño, eso es porque estás haciendo las cosas bien".
¿Qué cuentas de Instagram recomendarías?
Mi top es @odeandiefreude: una tía muy interesante, que intenta acabar con los tropezones que nos ponemos entre mujeres, para hacer masa. Tenemos un poder inmenso, si nos mantenemos unidas. Somos mujeres, tenemos la regla, nos quedamos embarazadas y nuestros cuerpos cambian y eso se ha escondido durante muchísimo tiempo. Y todo es bonito, maravilloso y espiritual. Su instagram es tan completo… Me sirve muchísimo de inspiración, más que cualquier cuenta de moda. También soy muy fan de @c_l_o, que ha hecho un grupo de filosofía genial.
¿Cómo te reinventarías?
Antes de estudiar moda, yo cursaba Restauración y Conservación de Bienes Culturales. Estudié arte en bachillerato porque quería hacer Bellas Artes, pero la rama de conservación, que son los profesionales que restauran obras en los museos. A mí me encanta estudiar, creo que no pararé nunca y no lo descarto en un futuro. Tengo esa espinita clavada. Y me apasiona el arte, un amor que siempre me han inculcado en casa. Podría dejarlo todo para irme al Louvre!!! La vena artística la he heredado de mi madre, una gran paisajista y de mi abuela costurera.
¿Cómo definirías tu estilo?
Ecléctico, soy una persona con mucho sentimiento, muy pasional y me muevo por cómo me siento: lo reflejo con mi ropa, con mi cara. Me crié con una mezcla de culturas, desde que era pequeña viajé muchísimo con mis padres en autocaravana (que tenían una fábrica de calzado en Elche) y eso me ha hecho un popurrí de cosas que conforman mi estilo. Hay días que voy muy francesita y otras, mucho más streetwear, otras extravagante o 'total black'… en mí, todo cabe.
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