Jennifer Lopez, elegancia delicada en la gran noche de Ben Affleck

Por mucho que hayan pasado ya unos meses desde que nos enteramos que lo de "Bennifer" volvía a ser una realidad y que les hayamos visto juntos sobre varias alfombras rojas como cuando sorprendieron en el Festival de Venecia, a día de hoy seguimos sin poder evitar suspirar cada vez que vemos a Ben Affleck y Jennifer Lopez acaramelados en público. Es irremediable. Tanto es así que un larguísimo "ainsss" se nos ha escapado de nuevo al ver las últimas instantáneas que nos llegan de la pareja en público desde el otro lado del charco.

Te ponemos en situación: el actor y director presentaba por todo lo alto junto a Tye Sheridan y Lili Rabe su última película, The tender bar, una cinta dirigida por George Clooney para Amazon Prime Video basada en las memorias del escritor J.R. Moehringer que relata sus años de adolescencia en Long Island en busca de una figura paterna entre los clientes del bar de su tío. Y en la premiére celebrada en el mítico teatro chino de Los Ángeles se presentó una poderosa JLO para arropar al que fuera su prometido hace casi dos décadas en una noche tan especial.

Miradas cómplices, carantoñas, abrazos, confidencias, sonrisas, besos... ambos dejaron constancia de su amor una vez más a su paso por el photocall como si de una cita romántica se tratara, corroborando además que son unos auténticos maestros de las cámaras cuando se trata de ofrecer espectáculo. Especialmente la artista, quien además nos volvió a regalar uno de esos looks que nos hacen soñar con la mejor moda.

Después de su romántico estilismo en la pasada edición de los American Music Awards, Jennifer Lopez ha decidido seguir esta misma línea dulce y delicada y lo ha hecho con un vaporoso vestido largo de Elie Saab de escote en uve, sin mangas y en un tono pastel que, unido a su sutil plisado, era una auténtica maravilla.

Un cinturón plateado en forma de lazo con el que estilizar la figura al máximo, un clutch anacarado de Tyler Ellis y unos pendientes de diamantes en forma de cuadrado a juego con una pulsera brillante fueron la manera de la diva del bronx de completar un look que, apoyado en un semirecogido en la parte superior dejando el resto de su melena suelta, era digno de cualquier entrega de premios en la que suele hacer acto de presencia.