Las firmas ‘made in Spain’ que defienden la diversidad en tiempos de Ozempic
Hacen de la diversidad y de la diferencia el corazón de su marca, no un elemento publicitario. Conoce a las firmas que de verdad creen en el poder de ser diferentes.
Ante el absoluto triunfo del Ozempic, tras un par de temporadas en las que la industria de la moda parecía estar por fin abierta a abrazar la diversidad, comprobamos, no sin lástima, que el interés por las tallas no normativas tenía más de marketing que de realidad. “Durante la última década, escuchamos mucho sobre la positividad corporal, la neutralidad y la inclusión del tamaño. Pero incluso cuando esas conversaciones eran más ruidosas, las marcas dudaban en defender esos conceptos”, comenta a ‘Glossy’ Polina Veksler, co-fundadora y CEO de la marca inclusiva Universal Standard.
“Ahora estamos en un momento en el que las tendencias culturales están volviendo a promover estándares más anticuados y poco realistas. Si bien algunas marcas pueden utilizar esta tendencia como excusa para no ofrecer tallas inclusivas, hay muchos minoristas y diseñadores que han seguido comprometidos con sus esfuerzos durante este tiempo. En cinco-diez años, habrán perfeccionado sus ofertas y serán considerados líderes en el sector”, añade con un refrescante optimismo.
En España contamos con marcas muy interesantes que abrazan la diversidad sin que esta funcione como un arma de marketing. Es el caso de Cool Fat Guy, la primera firma de moda masculina premium de tallas grandes cuyo objetivo y compromiso es ofrecer a sus clientes lo que denominan las 3 Cls: Calidad, comodidad y cool. “Desarrollamos productos de primera calidad con innovaciones tecnológicas que mejoren su forma de vida, respetuosa con el medio ambiente y diseños actuales para que, por fin, podamos vestir acorde a nuestra edad, dado que las opciones del mercado son muy escuetas y clásicas. Además, ofrecemos una experiencia de usuario inolvidable: recibir un pedido de cool fat guy es disfrutar del lujo con los 5 sentidos”, asegura José María Vidal, CEO de Cool Fat Guy, a Woman.
Ante el boom del Ozempic, ¿será de verdad la moda diversa o estamos condenados al triunfo de la talla 0? “Es una pregunta muy difícil de contestar; si algo tenemos claro es que los/as consumidores/as más “manipulables” o fáciles de influir suelen tener una autoestima más baja, por ende suelen ser los que más se dejan llevar por tendencias tan agresivas con las que poner en salud, convirtiéndose en “pacientes” crónicos y destrozando el hígado por el mero hecho de seguir una moda. Lo vimos en los 90/00 y lo estamos volviendo a ver ahora. Pero afortunadamente, existen personas más adultas, con seguridad y confianza en sí mismas, que entienden que un cuerpo “X” no te define como persona ni está ligado a un estado de salud”, dice.
Outsiders Division es “la ropa de la sección de niños pero en tallas de adultos”. Creada en 2012 por David Méndez Alonso bajo el lema de “Adultos que no han crecido”, se trata de una marca que navega cómoda en la contradicción y que hace de la explosión cromática una de sus máximas. “Todo el mundo es bienvenido y todos nuestros productos llegan hasta la 2XL, que aunque sabemos que no es una gran talla, la hacemos amplia para poder abarcar más tipos de cuerpos. No sé si lo llamaría diversidad, sino coherencia con nuestro público: necesitamos que nuestros clientes se sientan representados. En cuanto a los desfiles, intentamos darle opciones al modelo y ver con cuál se siente más cómodo, queremos que se sientan confiados y representados en la ropa que llevan”, explica David, que asegura que ser un equipo pequeño y no buscar grandes números les permite tomar decisiones arriesgadas y conservar su esencia. “Estas marcas son importantes porque representan la disidencia y diferencia. Todas las marcas son necesarias: pequeñas o grandes, todas crean un ecosistema”, dice.
Por su parte Lady Cacahuete es otra de esas marcas a las que les define el color. “Somos una firma colorista, con inspiración retro pero con un toque moderno, adaptado al día a día de todos nosotros, con materiales sostenibles, cómodos y para todos los días. Apostamos por patrones favorecedores, siluetas muy femininas y estampados muy originales, reompedores y llenos de color. Apostamos por una amplia variedad de tallas: de una XS a la XXL, aproximadamente abarcamos desde la 36 hasta la 50, además trabajamos de una forma local y no producimos en masa, es decir, que si no encajas en una de las tallas, podemos hacerlo a medida al mismo precio”, asegura la diseñadora Eva Arinero. “Al tener una tienda-atelier también, aparte de nuestra tienda online, hacemos parte de nuestra producción hecha a medida de los clientes que necesitan diferentes medidas o tallas a las que habitualmente trabajamos, que como te comento es bastante amplia, desde la XS hasta la XXL. Fabricamos todos nuestros productos de forma local y damos trabajo a fábricas nacionales especializadas que nuestros talleres no pueden realizar, como la colección de punto, calzado o baño”, explica.
Las tallas grandes que parecían destinadas a tener un lugar en la industria siguen encontrándose con ciertas trabas, pero ¿dónde están los hombres de tallas grandes en el mundo de la moda actual? “Estar estamos, pero se nos ve poco. Afortunadamente empieza a haber representación masculina en la moda, pero es muy tímida. Cool Fat Guy es la primera marca que empodera a los hombres de talla grande a través de la moda, no sólo con nuestras prendas, sino con una imagen completamente disruptiva en el sector, “dibujando” al chico de talla grande como el héroe protagonista absoluto de su propia historia…”, comenta José María Vidal. Asegura que al ser una firma pionera en nuestro país, aunque por descontado los inicios no son sencillos, están teniendo una buena acogida por el público. “Nuestros clientes están completamente enamorados de nuestros productos. Los hombres tienen un comportamiento de compra muy diferente a las mujeres, siendo este menos impulsivo, pero muchísimo más fiel. En el momento que deciden probar nuestra marca, dejan de ser clientes para convertirse en FATmilia”, explica.
Arinero señala que para ella, el problema está incluso en el tallaje normativo. “Una talla 48 lo es, y en grandes marcas sigue relegada como "plus size" o alguna categoría que parece marginal. Y casi siempre con estampados y diseños menos atractivos que la moda "normal". La gran mayoría de la industria textil no apuesta por cuerpos no normativos y se escuda en decir que fabricar moda plus size cuesta más dinero. Sin embargo yo, que me dedico a fabricar ropa, no veo una gran diferencia entre fabricar una prenda de una talla 36 a una de la 50, y más con sus costos, que pagan cantidades ínfimas por fabricar sus productos”, explica.
Considera que el problema es que la industria textil rápida no sabe hacer prendas para gente no normativa. “El patronaje es diferente, es mucho más elaborado, escalar prendas normativas es súper fácil, pero escalar a partir de cierta talla, hay que tener en cuenta muchos más factores. Todos conocemos una gran cadena de moda ultrarrápida que ofrece copias de prendas en esas tallas "no normativas" pero con calidad ínfima y producida en condiciones laborales dudosas. Supongo que han encontrado equipo especializado que apuesta por este nicho de producto. En Lady Cacahuete no nos gusta diferenciar entre moda normativa o moda plus size. Nosotros ofrecemos el mismo producto en todas las tallas y a veces adaptamos la prenda (largos o siluetas) para las tallas mayores, pero casi siempre es la misma prenda en la talla XS que en la talla XXL. En nuestro caso ofrecemos un producto de calidad, hecho de forma sostenible y ética”, asegura. “Por supuesto, no renunciamos a ofrecer un producto atractivo, lleno de color y con siluetas femeninas para no tapar el cuerpo de las personas con tallas no normativas, que es lo que habitualmente una persona con talla no normativa encuentra en las tiendas habituales de nuestro país. Si por formas queremos decir "cuerpos", creo que lo verdaderamente importante es apreciarlos en toda su diversidad. Creo que en la diversidad, siempre y cuando en ella haya salud”, asegura.
Indica que vestirse forma parte de la expresión de cada uno y piensa que las personas no normativas también tienen derecho a experimentar y expresarse. “Sería muy injusto que fueran discriminadas simplemente por tener un volumen diferente. El mundo es muy aburrido, todo el mundo tiende a vestir igual, peinarse igual… Hay demasiado canon estético, hay poca gente que quiera salirse de ese canon, es como si estuviera de moda no llamar la atención, pasar desapercibido o esconderse.Yo soy un persona no normativa y tengo 38 años, toda mi vida he tenido una talla no normativa y durante años, tenía que esconderme. Pero estudié patronaje, estilismo y confección y di luz a este proyecto hace 14 años”, asegura para finalizar.
Y por eso, desde Woman queremos celebrar la diversidad y ante todo, el orgullo de ser diferentes porque, ¿acaso no sería el mundo un lugar aburridísimo si todos fuéramos iguales?
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