La fiesta de Christian Louboutin es a ras del suelo

Despídanse del viejo libro de estilo. Ahora el brillo y las lentejuelas desafían la limitación de horario nocturno y las suelas planas se hacen con la pista de baile. Queda confirmado cuando el mismísimo Christian Louboutin -el diseñador que hizo que casi toda mujer, y también algún que otro hombre, quisiera encaramarse a un tacón de diez centímetros- se entrega a la suela plana para ir de fiesta. De nombre Sweet Jane, con un tacón de 25 mm y declinadas en charol negro, pedrería plata y piel metalizada ( a la venta en las tiendas y la web de la firma), la última adición a la familia Jane de Christian Louboutin es una clase magistral de Je ne sais quoi parisino: elegantes, cómodas, versátiles y con el punto de irreverencia justo para escapar de los clichés. 

Con sus silueta almendrada y sus dos tiras de piel en el empeine, son la interpretación del zapatero francés de aquel calzador que popularizó la esposa de Alfonso XII, la reina María de las Mercedes de Orleans, y ha pasado por los pies de casi todos los icono de estilo. Los llevó Coco Chanel en los años 20. Jane Brikin en los 70. Mafalda y la Alicia de Lewis Carroll. Shirley Temple. Twiggy. Sarah Jessica Parker metida en el papel de Carrie, seguramente la coleccionista de zapatos más célebre después de Imelda Marcos. Y por supuesto todo el star system del "me gusta": de Susie Bubble y Alexa Chung a Jeanne Dammas y Kendall Jenner.

Su penúltimo boom, mano a mano con la bailarina, mucho ha tenido que ver con los coletazos de una pandemia tras la que el armario no ha vuelto a ser el mismo. La comodidad es una condición a la que ya nadie quiere renunciar. Y demostrado ha quedado que eso no significa entregarse al chándal y las crocs -aunque si se quiere, también se puede-. El zapatero es tal vez el elemento en el que más visible y patente se hace la premisa: una unión de diseño y confort que hila también con el desdén a etiquetas y limitaciones. Y en esas anda la propuestas de la firma: la versión de la mercedita de Christian Louboutin, que es además el primer modelo en aterrizar de su colección para la próxima primavera-verano 2024, reivindica el clásico con todo su arsenal: lo cubre de brillo y lo propone en horario continuado. Fiesta incluida.