"El diamante debe ser una pieza que hable sola, que tenga una luz única. Eso es lo que nos define". Hablamos con Giorgio Re, CEO de Recarlo

Supongo que, habiendo crecido junto a su padre, nunca pensó en dedicarse a otra cosa...

No, siempre he sentido auténtica pasión por este trabajo.

¿Qué es más importante para Recarlo, la calidad de las piedras preciosas o la innovación?

Ambas son importantes. Por un lado, para nosotros la piedra siempre ha sido una forma de diferenciarnos; la calidad de una piedra preciosa te da luz, fuerza, pureza, transparencia y fascina. Por otro lado, la innovación es esencial para captar a las jóvenes generaciones: los diamantes son los mismos, pero los interpretamos de forma más contemporánea, más fácil de llevar, para que se queden con nosotros y, según pasen los años, pasen de la colección Anniversary More a la Love.

¿Resulta más complicado hacer un anillo cómodo y fácil de llevar que una pieza de alfombra roja?

En la simplicidad es mucho más difícil hacerse notar. Y es un desafío que nos encanta afrontar. La proporción, la estética y el confort son fundamentales para mí. En un anillo solitario, que es algo muy sencillo y existen tantos en el mundo, es muy difícil diferenciarse de los demás. Solo cuidando los detalles se consigue. En las piezas de Alta Joyería tenemos una piedra que habla sola, con una luz única. Y descubrir los diamantes mejor cortados del mercado, los más blancos, los más puros también es un arduo trabajo. No existe un diamante igual a otro en la naturaleza

¿Qué le gusta más: diseñar una pieza nueva o viajar por el mundo a la búsqueda de esa piedra única?

Honestamente, me encantan las dos. Buscar diamantes bonitos, luminosos, con proporciones armónicas es un trabajo fascinante. Y diseñar es un proceso muy personal, retador, porque no es fácil hacer algo nuevo. Cuando se logra... ¡bingo!

¿De qué diseño se siente más orgulloso?

De la colección Anniversary Love, realizada con diamantes en corte corazón. Es un corte que nació en el año 1500 y que ha ido evolucionando hasta el 1900. Es el más difícil que existe, porque debe tener una simetría y tiene ese romanticismo que siempre es un gran clásico, eterno, sin modas.

Compraban diamantes en Rusia...

Pero desde que comenzó la guerra, decidimos no hacerlo más. Ahora compramos mucho en Canadá. Los diamantes que tienen más de 0,15 quilates vienen con un certificado gemológico en formato de microfilm que especifica las cualidades de cada piedra. Además, sobre ella, viene grabado el número de serie del certificado. Un proceso completamente trazable porque, para Recarlo, la transparencia es fundamental.

¿El diamante amarillo es el más difícil de lograr?

Son más escasos, sí y perfectos para la mujer que busca algo diferente. El diamante fancy yellow, que destaca por su color amarillo y su rareza, convierte cualquier joya en una mucho más especial. Es como los coches de época.

¿Usted lleva algún diamante encima?

No, nunca. Mi padre comenzó haciendo joyas para hombre, pero enseguida entendió que el mercado demandaría más joyas para la mujer y en eso estamos. Algún solitario de hombre tenemos en nuestro catálogo... Mi hermano Paolo sí que llevauna pulsera, pero yo no, ni siquiera llevo diamantes en mi reloj. En casa del herrero... (risas).