Libertad creativa, dos artistas, y la hija de Björk: la nueva colección de joyas de Miu Miu es tan rara como fascinante

Miu Miu dice que se van a seguir llevando las joyas de aires infantiles. Las suyas las firman los artistas Nathalie Djuberg y Hans Berg, están hechas a mano en resina de colores, y son pura fantasía.

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Miu Miu / D.R.

A Miuccia Prada siempre le ha gustado jugar con la (a veces fina) línea que separan moda y arte. Sus creaciones tienen, más o menos implícito pero siempre intencionadamente presente, un mensaje que alude –unas veces para comprenderlo, otras para criticarlo– al mundo al que aspiran vestir. Como las obras de la extensa colección de arte que la diseñadora y su marido Patrizio Bertelli han ido compilando durante las últimas tres décadas: uno de los Achromes de Piero Manzoni; un retrato de Bruce Lee firmado por el genio conceptual John Baldessari; y por supuesto el archifamoso tobogán tamaño industrial del alemán Carsten Höller que sale del despacho de la diseñadora, en el segundo pido de los headquarters de la enseña, y baja directamente hasta el patio. ¿Una vía de escape para una de las diseñadoras menos dadas a la exposición mediática o una apología de la diversión en una industria que ha olvidado a reírse de sí misma?

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Isadora Bjarkardóttir Barney, la hija de Björk y Matthew Barney, protagoniza la campaña de la nueva colección de joyas de Miu Miu.

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Especulaciones conceptuales aparte, la italiana ha mantenido cierta distancia entre su negocio y su interés por el arte –materializado sobre todo en la Fondazione Prada que creó en 1995–, pero le resulta imposible negar que ambos aspectos de su universo se influyen el uno al otro. “Por supuesto que lo hacen. Películas, música: necesitamos cultura para nuestro trabajo. La velocidad de la moda es útil en el mundo del arte, y sin duda el arte es útil en mi oficio. Es una colaboración tan obvia”, decía la diseñadora en una entrevista a The Guardian. Una que no solo infiltra sus colecciones, sino que se materializa en las alianzas creativas a las que la milanesa es tan propensa.

La lista es larga. Está la que hizo con el ilustrados taiwanés y estadounidense James Jean en la colección de primavera-verano 2008 de Prada –y con quien repitió diez años más tarde–. Los murales que comisionó a Miles “El Mac” MacGregor, Gabriel Specter, Stinkfish, Jeanne Detallante, Pierre Mornet y el español Mesa para el decorado del desfile de primavera-verano 2014. Y Miu Miu Women’s Tales, un proyecto audiovisual nacido en 2011 en el que se da total libertad a mujeres cineastas y artistas para crear sus propios filmes entre cuyas invitadas están Ava DuVernay, So Yong Kim, Miranda July, Zoe Cassavetes, Chloë Sevigny y un largo etcétera.

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Todas las piezas, de resina, metal y oro, están hechas a mano de principio a fin.

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Y ahora, “A Remedy”, una colaboración con el dueto sueco formado por Nathalie Djuberg y Hans Berg que ha dado forma a la colección de joyas de este otoño-invierno de Miu Miu y que aspira a ensanchar nuestras percepciones de la moda y el adorno. “Conocí a Nathalie y Hans en 2005. Tres años más tarde expusimos su trabajo en la Fondazione Prada y desde entonces hemos mantenido un diálogo constante”, cuenta la diseñadora italiana. “Ha sido interesante ver como su trabajo se ha ido desarrollando con el tiempo, abarcando diferentes medios, y siempre abiertos a afrontarlo con una nueva mentalidad. Eso es exactamente lo que hay en el epicentro del proyecto A Remedy con Miu Miu, siguiendo la sólidamente establecida tradición de “Artistas y Joyeros”, pero con una actitud completamente diferente”, explica.

Aunque nunca habían trabajado con joyas, confiesan los dos artistas, tuvieron carta blanca. “Eso combinado con que nos apoyamos en la experiencia de los diseñadores hizo que fuese una experiencia enriquecedora para ambas partes”. El punto de partida, cuentan, fue “una serie de esculturas llamada A Thief Caught in the Act que trata del deseo de escapar y de ver esa guida con humor y gentileza”. Las obras, en las que se ven pájaros de colores vivos robando píldoras y pequeños animales igual de coloridos, se traducen en joyas hechas a mano con piezas de resina, oro y metal con esas mismas formas que ellos describen como “táctiles, aparentemente inocentes pero siempre con un indicio travieso”. Lo cual no es solo característica del trabajo de Djuberg y Berg, sino la contradicción idiosincrática de Miu Miu.

Considerada la hermana pequeña de Prada, la enseña tiene esa energía de rebeldía fraternal que oscila entre la candidez y la picardía. Al caso, la caja en la que se presenta cada pieza, estampada con una paleta vibrante que se hace eco del contenido y en cuyo interior se esconde un carillón que, al abrirse, hace sonar una canción especialmente compuesta para el proyecto por Berg.

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"Queríamos que fuese reconfortante y a la vez fascinante y un poco místico", dicen Djuberg y Berg del nombre con el que bautizaron la colección: A Remedy. 

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“Es bueno trabajar de distintas maneras, suavizar los caminos establecidos que el cerebro adquiere”, dicen los artistas. “Nuestro trabajo siempre ha sido un exploración profundamente personal, una manera de entender el mundo a nuestro alrededor, de encontrar sentido y sentir desde diferentes ángulos. Al expresarnos y crear tratamos de recavar una visión de lo que nos rodea. Para nosotros esto era una oportunidad de jugar y enfrentarnos a algo nuevo. Trabajando con tanta gente y dentro de un marco, no tenemos tanta libertad como cuando lo hacemos por nuestra cuenta, pero también hay libertad en las limitaciones, te hace pensar de otra manera y y así surgen cosas nuevas e inesperadas”.

Tanto que decidieron llevar la colaboración un paso más allá y que el dúo se encargara también de la dirección artística de la campaña que secunda la colección. Fotografiada por Julien Martinez Leclerc, supone el debut como modelo de Isadora Bjarkardóttir Barney, la hija de Björk y Matthew Barney, en el particular universo de Miu Miu. Y, aunque ya ha hecho sus pinitos como actriz, la primera vez que posa como modelo para una firma. La campaña le venía al pelo. “Las joyas salen de la obra de arte y cambian de significado cuando la gente se las pone. La persona se convierte en un participante al llevarlas, en un papel similar al de los pájaros”, explican los artistas. “La moda es una forma de escapismo tanto como una expresión creativa y artística, es una extensión directa de como nos percibimos a nosotros mismos”.

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A la venta desde este semana, las joyas del proyecto A Remedy debutaron en la pasarela de otoño-invierno 2022/23 de Miu Miu.

/ Imaxtree
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