El bolso para la nueva normalidad según Loewe: grande, cómodo y todoterreno

En el shopping bag Anagram de la firma caben cinco kilos de naranja y un elogio a la practicidad.

Bolso Anagram Jacqueard de Loewe (1.400 euros).
Bolso Anagram Jacqueard de Loewe (1.400 euros). / Juan Carlos de Marcos

Si algo hemos ganado en este año es conciencia del ahora. "No sabemos lo que vendrá mañana, así que disfrutemos hoy", regalaba a los oyentes el diseñador Jonathan Anderson al presentar su colección de primavera-verano 2021 para Loewe. Son renunciar a la creatividad ni al diseño –ni a ese oasis anímico que es soñar de vez en cuando con esos veranos que conocimos antes de que nos viésemos llevando la mascarilla incluso tomando el sol–, la moda no deja de lado esa tarea vertebral que la define: la de ser un signo de los tiempos. Lo que para el director creativo de Loewe significa mezclar criolinas y mangas globo con zapatillas de deporte. O confeccionar un bolso que ofrezca funcionalidad y se deleite en el legado y la artesanía.

Bolsos Anagram en piel y jacquard de Loewe (1.400 euros cada uno).
Bolsos Anagram en piel y jacquard de Loewe (1.400 euros cada uno). / Loewe

Tiene nombre propio: hablamos de Anagram. Con la palabra versátil por delante, las proporciones tienden más a la creciente tendencia de bolsos mayúsculos que a la pequeñez que antes de la pandemia hizo viral Jacquemus con su Chiquito. Al fin y al cabo salir a la calle con el móvil en la mano y una tarjeta de crédito en el bolso resulta una utopía en tiempos modernos: ¿dónde meteríamos el frasco de gel hidroalcohólico? Pero si alguien sabe que lo funcional y lo recreativo no son mutuamente excluyentes es una firma que combina vestidos dieciochesco con zapatillas deportivas. El doble juego de asas tiene un papel pragmático y a la par estético: las largas para llevarla al hombro o en bandolera y las cortas, tejidas a mano en cuero, para ejercer y lucir el saber hacer de una firma que pone en valor la artesanía. Extras: los dos bolsillos interiores, el logo estampado en la lona y el forro de piel. Y dos colores entre los que elegir: ecru y antracita.

Cansados del chándal pero lejos de volver a vernos con vestidos de plumas y clutch de pedrería, esa mezcla perfecta de forma y función es lo que le pedimos al armario ahora. Lo dicen los datos: con el Anagram en lo alto de las listas, en marzo las búsquedas de bolsos tote ya se habían disparado un 86% desde principios de años según los datos de la plataforma Lyst. Aquí, once propuestas para ir haciendo acopio.

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