Blanca Miró y María de la Orden: Una chaqueta para dos
Creadoras de La Veste, una de las firmas de moda más chic del panorama nacional, son mucho más, solas y en compañía... Emprendedoras, creativas, mujeres fuertes que nos inspiran en tiempos de crisis. Nos acercamos a su particular universo de la mano de Chaumet.
Qué tienen un común estas dos creadoras con la casa de joyería Chaumet? No solo su aire chic y su fuerte vinculación con Francia (de hecho, María vive en París desde hace algunos años), sino el espíritu rompedor de la casa creadora de la tiara de Josefina Bonaparte, vizcondesa de Beauharnais, una mujer de mundo, resolutiva, que sabía hacer de emperatriz. Blanca y María, que apostaron por ser empresarias en un momento complicado, que se atrevieron y que emprendieron, que nos inspiran, resultaban perfectas para presentar la nueva colección de Chaumet, Liens (vínculos): joyas divertidas, ideales para combinar, regalarse y simbolizar la amistad y la complicidad. Como la suya.
¿Por qué esta colaboración con la joyería Chaumet?
Blanca: Yo intento ser fiel a todas las marcas y la gente con la que trabajo, no defender algo que no va conmigo. Es importante para no perder tu credibilidad de cara a la gente, a mis seguidores y clientes. Con Chaumet me siento a gusto, porque aunque tiene piezas clásicas, me las puedo llevar a mi terreno, darles un twist. Tienen calidad, elegancia, lujo... son para siempre.
María: Me parece todo un referente en joyas, es historia y, como vivo en París, he estado muy en contacto con ellos. Han sacado una colección con mucho color, joven y divertida, que pega con La Veste.
Desde fuera se os ve valientes, con las ideas claras...
Blanca: Ambas somos fuertes, independientes, vamos a por todas, sin renunciar a nuestro estilo. No tenemos miedo al fracaso... Si las cosas no salen bien, no pasa nada. Por eso mismo me involucro en varias cosas a la vez, porque siempre habrá alguna que destaque más que otra.
María: Ha sido duro el camino. Ha habido momento difíciles, a pesar de que La Veste tuvo buena acogida por parte de la prensa y de las clientas. La pandemia nos trajo un incremento enorme de las ventas y ahora ya podemos autofinanciarnos. Sí que somos fuertes. No paramos, no respiramos, luchamos cada día, viajando y con varios proyectos a la vez. Estamos motivadas y nos encanta nuestro trabajo, no lo cambiaríamos por nada. Tener tres marcas no es fácil. Acabo de lanzar la firma deco Table Nº7. Menos mal que en cada una tengo socias que me apoyan y entienden que hay otros proyectos. En María de la Orden Studio tengo una socia francesa que lleva el equipo y está en la oficina todos los días; si no, sería imposible.
Todo lo que emprendéis ambas, lo hacéis en pareja, ¿en compañía es más fácil?
Blanca: Yo, si me meto en más de una cosa, necesito asociarme con alguien. No puedo llevar el control del día a día ni la parte empresarial, porque viajo mucho y me llena más dedicarme a la imagen y al contenido. Entre dos es más fácil llegar a todo. Si me hubiera metido en algo sola, ya estaría buscando a alguien (risas). Ahora tengo Vasquiat (junto a Rafa Blanc, una exclusiva comunidad, un e-commerce de 200 diseñadores emergentes de moda y deco con la que lleva tres años y medio; planean introducir belleza y hombre), La Veste (junto a María, su divertida marca de moda, que crearon hace cuatro años) y Delarge (junto a Olivia Álvarez, una nueva firma de gafas de sol lanzada este verano, que ya ha enamorado a modelos como Suki Waterhouse o a editoras como Sabine Getty).
María: Blanca y yo nos conocimos en Barcelona y nos hicimos amigas. Ella se quedaba a dormir en mi casa cuando venía a París por las Fashion Weeks y decidimos hacer algo juntas... al principio, no sabíamos qué. Nos encantan las chaquetas y las tiendas vintage y decidimos lanzar una marca con estas prendas, inspiradas en los armarios de nuestras madres y abuelas. Sacamos 10 modelos con mucho color, marcados y retro, hace 4 años. Funcionó fenomenal... y ahora hacemos de todo, menos chaquetas. Lo que más vendemos son camisas con cuello bebé: fue nuestro bestseller en el confinamiento y ha supuesto un empujón para La Veste. Hemos lanzado una colección Home con manteles, servilletas, cerámica, mantas, almohadones... Nos encanta la deco y queríamos reflejar el divertido mundo de La Veste en casa. Quizás el próximo paso sea una colección de niños... Igual habrá que esperar a ser madres (risas).
Después de cuatro años trabajando juntas, ¿no han surgido discrepancias entre vosotras?
Blanca: No, nos entendemos muy bien. No entramos en el terreno de la otra, cada una tiene su parcela, aunque creamos las piezas juntas. María es más chic, más señorita y yo aporto la parte de locura de mezclar tejidos, colores y eso da el equilibrio perfecto para que las prendas no sean ni extremas ni demasiado puestas.
María: Yo tengo otra marca, María de la Orden Studio, con un estilo diferente, así que puedo desarrollarme individualmente. La Veste es más ecléctica y atrevida, a ella acude gente más “moda”. En cambio, Studio es más fácil de llevar, aunque sigue teniendo un punto diferencial. No hay problema en distinguirlas.
¿Por qué crees que vuestras apuestas conectan tan bien con los millennial?
Blanca: Porque yo vivo en esta era. Me gusta crear proyectos (que ahora ya son empresas) que abran los ojos a la gente. Descubrir diseñadores con talento, lugares desconocidos aún, y apoyar a artistas que están despegando y tienen potencial. A la gente le atrae la naturalidad y la cercanía; creo que todos los que me siguen se sienten identificados con mis valores y mi forma de pensar, además de ir a un público muy nicho.
María: Blanca es muy natural, espontánea, creativa, es un vendaval de ideas y proyectos. Somos muy diferentes, pero sorprendentemente congeniamos genial. Hemos conseguido tener cada una su espacio propio y su misión. Yo soy más tranquila, más organizada, llevo la parte de negocio y desarrollo de la marca. Y, como trabajamos a distancia, hablamos por whatsapp.
¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?
Blanca: Yo estoy pico y pala con la nueva marca de gafas. Le pusimos Delarge, como el apellido del protagonista de “La naranja mecánica”, porque queríamos que a la gente le sonara conocida, como si fuera una marca de toda la vida. Son atrevidas, divertidas, personales. Hemos empezado con cinco modelos en cinco colores, algunos unisex. Jugamos con la geometría y la deformamos, huimos de la perfección, por eso la hemos llamado Geometric Twist. Nos inspiran iconos del diseño como Charlotte Perriand.
¿Tenéis alguna espinita clavada?
Blanca: No, mi objetivo en la vida es escalar poco a poco y no hacerlo todo demasiado rápido; tampoco tengo un objetivo determinado, voy descubriendo adónde me lleva la vida. De momento, me basta con hacer crecer mis tres empresas y seguir siendo independiente.
María: Con La Veste tenemos muchos proyectos, como hacer eventos fuera de España, en Copenhague, Londres, Nueva York, salir a los mercados donde tenemos clientela para asentarnos. Y estamos retomando las tiendas multimarca en las que nos gustaría estar, como MatchesFashion, Liberty London, Le Bon Marché de París...
¿Con quienes os apetecería colaborar?
Blanca: Nos van saliendo cosas inesperadas, como la colaboración de febrero con una marca internacional (que aún no podemos desvelar) y La Veste. Nunca tengo suficiente, siempre quiero hacer más, soy una inconformista.
María: Blanca es la que decide este tipo de cosas.
¿Dónde os sentís más comprendidas, en España o en Francia?
Blanca: Fuera de España, aquí a la gente le faltan ganas de arriesgar cuando viste y con lo que hace. Tiene mucho miedo al fracaso y es poco abierta... Me encantaría cambiar esta mentalidad y conseguir que se atreviera.
María: Ni España ni Francia son nuestros mercados principales. Inglaterra, Estados Unidos, Corea, Japón es donde están nuestros mejores clientes.
Habéis servido de inspiración a algunas cadenas internacionales...
Blanca: Estas cosas pasan, todos copiamos. Nosotras, al Pierre Cardin de los años setenta. No hay que hacerse mala sangre y, en el fondo, es un honor que una marca internacional se fije en lo que hacemos. Pero, además, es que nuestra clienta no se va a ir a buscar la camisa de La Veste ahí, quiere la auténtica, la que la diferencia del resto.
María: Muchas compradoras nos enviaron capturas de pantalla... Fastidia, pero hay que mirarlo por el lado bueno, y es que nuestro estilo funciona, hay público. Es una pena que empresas tan grandes copien a pequeños diseñadores. Todos nos inspiramos, pero hay que mejorarlo y darle una vuelta.
¿Hubiera sido posible sin las redes sociales?
María: No lo creo, la verdad. Nos han servido de escaparate, sobre todo gracias a Blanca, que tiene más de medio millón de seguidores y son un público potencial.
Blanca: Han sido una herramienta fundamental para conectar con gente de todo el mundo. Sin Instagram nunca hubiera llegado a lo que soy ahora.
BLANCA MIRÓ: Esta catalana se define como cofundadora y directora creativa de Vasquiat, La Veste y Delarge House en su cuenta de Instagram (@blancamiro), donde supera el medio millón de seguidores. Pero la consultora de moda, estilista y diseñadora de mente inquieta es mucho más. Prescriptora de últimas tendencias, que mezcla como nadie, se mueve como pez en las redes, donde disfruta mostrándonos su estilo, incluso decorativo (@blanca_a_table), como buena hija de interiorista.
MARÍA DE LA ORDEN: María de la Orden tiene su firma de moda homónima (antes Mau Loa), una marca muy personal que apuesta por la artesanía, los tejidos eco-friendly y originales estampados, que creó cuando se trasladó a vivir a París. Hoy es un referente de estilo entre influencers y celebrities (que no se pierden su Friday rendez-vous). Junto a Blanca creó La Veste y ahora acaba de lanzar una línea deco: @tablenumero7.
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