¿Por qué cada vez recurrimos más a la reproducción asistida?

Entre el 16% y 20% de las parejas españolas tienen problemas de esterilidad. Por ese aumento de la infertilidad y el retraso de la maternidad ha convertido a España en el país europeo más activo en reproducción asistida.

Analizamos todos los factores que influyen en esta tendencia al alza.

Reproducción asistida
Reproducción asistida / iStock

Cada vez las personas tardan más en decidir tener hijos. Por un lado, la falta de ayudas, de guarderías y de flexibilidad en los trabajos, los bajos salarios y la necesidad de lograr situarte profesionalmente, hacen que se retrase la maternidad. Conciliar en España es muy difícil. “La sociedad actual suele hacer que una mujer sólo se pueda plantear su embarazo a unas edades que distan de ser las mejores para poder quedar gestante con facilidad. Ese es el motivo principal de que muchas mujeres tengan que terminar recurriendo a la reproducción asistida, incluyendo la donación de ovocitos”, confirma Alberto García, director médico de Next Fertility.

Por otra parte, hay estudios que también señalan otros problemas a la hora de retrasar la maternidad, o incluso acabar por decidir no tener hijos. Los miedos a que se reduzca la libertad personal, se complique la carrera o se deteriore la pareja… Pero a todo eso se suma una notoria y creciente falta de fertilidad en la población. Entre el 16% y 20% de las parejas españolas tienen problemas de esterilidad. Todas estas razones han convertido a España en el país europeo más activo en reproducción asistida.

“Así mismo, debemos tener en cuenta que existen otros grupos poblacionales sin problemas de fertilidad que también están recurriendo a las técnicas de reproducción asistida. Es el caso de personas que quieren prevenir la transmisión de enfermedades hereditarias o infecciosas (como el VIH), los nuevos modelos de familia (homoparental o monoparental), o las mujeres que quieren preservar su fertilidad de cara al futuro”, añade el doctor Pascual Sánchez, cofundador y director médico de Ginemed, que recuerda la necesidad de planificar la reproducción.

Primeros en reproducción asistida

España lidera en cuestión de reproducción asistida la lista de todos los países de Europa, incluidos los del Este. Somos los que más utilizan estos sistemas, por delante incluso de Rusia, Francia o Alemania. En nuestro país han aumentado este tipo de tratamientos en un 28%. Además de por los mencionados problemas de infertilidad de la población, otra de las razones de este incremento es que han bajado los precios y también que, con los avances, la tasa de éxito cada vez mayor.

Además, Alberto García destaca que “desde ya el año 1988 España cuenta con una de las mejores legislaciones en materia de reproducción asistida. Una regulación legal que ofrece una gran seguridad jurídica tanto para los pacientes como para los profesionales y que nos permite llevar a cabo las técnicas más avanzadas en un ambiente legal y seguro”. Por eso, el experto subraya que “esto ha permitido que nuestras clínicas hayan alcanzado los más altos niveles de calidad, e incluso gran parte de los pacientes europeos que precisan una técnica de reproducción asistida acudan a nuestro país para ello”.

La infertilidad, esa epidemia

Que la infertilidad en la sociedad occidental está en aumento es un hecho. El doctor Sánchez enumera las causas por las que hay tantos problemas de fertilidad: “la edad, ya que estamos teniendo hijos a edades cada vez más avanzadas, los tóxicos y nuestro estilo de vida, ya que hay diversas sustancias en el ambiente y/o en los alimentos, pueden afectar la calidad de nuestros óvulos y espermatozoides”. Además, el director médico de Ginemed recuerda que “con el paso de los años, pueden aparecer patologías que suponen una merma de nuestra fertilidad. Debemos insistir en que la edad es el principal aspecto que está influyendo en el aumento de los problemas de fertilidad”.

“Hay que entender que la reproducción es un proceso muy sensible, dado que de ello depende la supervivencia de una especie”, añade Alberto García, y alerta también de “muchos factores que pueden influir en la perdida de la capacidad reproductiva tanto de hombres como de mujeres. Estudios recientes relacionan el aumento de la infertilidad con la exposición a determinados contaminantes durante el desarrollo del embrión en el vientre materno. Todo ello unido al aumento del sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y el consumo de otras sustancias, estarían potenciando los problemas de fertilidad que estamos detectando actualmente”.

Tabúes respecto a la medicina reproductiva

Según aumenta la reproducción asistida, comienzan a desvanecerse algunos de los miedos y mito alrededor de la misma, aunque aún queda mucho por informar al respecto. “Los tabúes que pesan sobre la medicina reproductiva nacen desde lo más profundo del ser humano, ya que la infertilidad interrumpe el proyecto vital de la persona –nacer, crecer, reproducirse y morir–“, indica Pascual Sánchez.

Por eso, Sánchez recuerda que “la fertilidad siempre se ha asociado a una bendición de la naturaleza o de los dioses, por lo que la infertilidad muchas veces se ha interpretado como un castigo. Por este motivo, las personas con problemas de fertilidad desarrollan a veces un sentimiento de culpa, como nos manifiestan muchísimas veces en consulta: ¿de quién es la culpa de que no podamos tener niños?”. Por eso, considera fundamental “normalizar los problemas de fertilidad contribuiría a que las pacientes iniciaran sus tratamientos de reproducción asistida libres y sin sentir culpa, sin esconderse”, y señala que “es una labor en la que los medios de comunicación juegan un papel primordial”. 

Por su parte, Alberto García confirma que “los tabúes más importantes sobre la medicina reproductiva están relacionados sobre todo con el ‘estigma’ que las y los pacientes sienten por el hecho de tener dificultades para poder alcanzar la gestación. Pero además, recuerda que “por otro lado, existe el mito de que los tratamientos hormonales necesarios producen multitud de efectos secundarios, así como que las técnicas de reproducción asistida producen cambios demoledores en las pacientes que se someten a ellos”.

Una idea que rechaza. “Nada más lejos de la realidad. Los tratamientos de reproducción asistida son seguros, no producen prácticamente efectos secundarios y se toleran de forma excelente en la gran mayoría de los casos”, cuenta García. Para informarse con veracidad, recomienda “acudir a fuentes fiables de información y evitar los foros, donde las opiniones están muchas veces sesgadas y tergiversadas. Siempre debemos recomendar que las pacientes y los pacientes pregunten a sus médicos todas las dudas que tengan sobre estos temas, pues serán ellos y ellas los que mejor les podrán asesorar e informar de forma real y adecuada”.

Preservar la fertilidad

En una sociedad donde cada vez es más tardía la maternidad, preservarla se convierte en un objetivo necesario si quieres tener descendencia. Con la edad, nuestra calidad y cantidad de gametos se va a ver afectada. “Me parece fundamental que cualquier mujer se pueda plantear preservar sus óvulos para un futuro. Es más, recomendaría que cualquier mujer joven lo hiciera. Esto les permitiría tener un comodín que podrían utilizar, si fuera necesario, para poder evitar los problemas que podrían tener si, como ocurre muchas veces, la sociedad les obligara a retrasar la búsqueda de su embarazo”, confirma Alberto García. 

“El proceso es sencillísimo. Hacemos una estimulación de los ovarios y, cuando vemos que están preparados, bajo sedación, mediante ecografía vaginal, extraemos los óvulos”, explica García, que destaca que "en la mayoría de los casos es indoloro. No precisa hacer heridas ni incisiones ni tiene problemas a largo plazo como cánceres o problemas de menopausia precoz ni para quedar embarazadas de forma espontánea en el futuro”. La únicas molestias, cuenta son “unos días con sensación de distensión abdominal o mamaria que desaparece tras la llegada de la siguiente menstruación. No suele haber más efectos secundarios”.

Hablemos también de espermatozoides

Mientras que Pascual Sánchez recuerda que no se trata de un problema sólo de las mujeres. “Hablamos principalmente de los óvulos, pero también de los espermatozoides, aunque sea menos conocido”, apunta, “por este motivo, si existe el deseo de formar una familia, preservar la fertilidad puede ser crucial para cumplirlo. Hay dos cuestiones importantes que hay que tener en cuenta”.

La primera, según señala Sánchez “sería mantener un estilo de vida saludable, que evite en lo posible el deterioro de la capacidad reproductiva. La otra, congelar los óvulos o los espermatozoides a una edad joven, en la que todavía conserven unas buenas condiciones. Eso nos permite detener el tiempo en esas células congeladas, manteniendo su potencial de fertilidad a lo largo de los años”.

Avances en reproducción asistida

“La mayor novedad de los últimos años en la medicina reproductiva es la consecución de técnicas eficaces y seguras para la preservación de los óvulos. Esto permite que una mujer pueda paliar, en cierta forma, los problemas del retraso en la búsqueda de la maternidad a que les obliga la situación social actual”, explica García.

Para ello, el director médico de Next Fertility recalca que “la gran mejora de las técnicas de la congelación de los embriones y de los medios para el desarrollo de los mismos ha hecho que las tasas de embarazo mejoren enormemente y podamos controlar el gran problema que supusieron en el pasado los embarazos múltiples”.

Por su parte, desde Ginemed, el doctor Pascual Sánchez destaca “los Diagnósticos Genéticos Preimplantacionales (PGT), los estudios estructurales del factor inflamatorio y el factor inmunológico sobre el endometrio; además de los Estudios de Compatibilidad Genética o la cirugía uterina de remodelación de la cavidad, entre otras. Por su parte, en medicina experimental, destacamos el Diagnóstico Preimplantacional no invasivo, las técnicas de ‘rejuvenecimiento’ ovárico o el tratamiento de los miomas con radiofrecuencia”.

Afectadas de endometriosis

Además, desde los centros de medicina reproductiva inciden en que entre un 30 y un 50% de las afectadas de endometriosis –una enfermedad que sufren entre el 5 y el 10% de las mujeres–, tendrán problemas de esterilidad. “Prestamos mucha atención a esta enfermedad porque afecta a muchísimas mujeres y muchas veces no está bien diagnosticada. Aunque cada vez sabemos más sobre esta patología, desconocemos realmente las causas que la producen”, apunta el doctor Pascual Sánchez

Por su parte, Alberto García señala el rostro más humano del problema. “Los problemas de fertilidad son algo muchas veces devastador para una pareja. Asumimos como normal la posibilidad de reproducirnos cuando lo deseemos. Cuando se ve afectado suele ser difícil de admitir por las y los pacientes”, explica, “si le sumamos, como ocurre muchas veces en los casos de endometriosis, el problema que puede suponer vivir con dolor habitual, dolor al mantener relaciones sexuales y afectación grave del estilo de vida de las pacientes afectas, provoca que los problemas psicológicos sean muy habituales en estas pacientes y en sus parejas”.

Endometriosis silenciosa: Testimonio de una afectada

Para Luisa, todo comenzó cuando “en una revisión ginecológica, hace ya 7 años, con 30, me diagnosticaron endometriosis y descubrí que esa era la causa de mis dolores menstruales. El doctor no me dio muchas explicaciones sobre la enfermedad y busqué información por mi cuenta, aunque no encontré demasiada”.

La endometriosos supuso para ella tener que sufrir durante años reglas muy dolorosas. “Incluso afectaban a mi vida habitual, pero, por comentarios que recibía, daba por sentado que eso era lo normal, que era lo que nos tocaba a las mujeres y simplemente había que aguantarse”, explica y muestra cómo la normalización del dolor vinculado a la menstruación conlleva una vida de sufrimiento. “Lo hablaba con los doctores en mis revisiones y abiertamente con amigas, pero no era una preocupación de salud y simplemente aprendí a vivir con ello”, cuenta.

Pero no sólo eso. Además, a Luisa nadie le contó que podía peligrar su deseo de ser madre. “En ningún momento fui informada de que la endometriosis pudiera afectar a mi fertilidad, y simplemente estuve tomando la píldora anticonceptiva durante años. Eso aminoró algo el dolor, aunque nunca del todo”, confiesa.

Para ella, “la peor parte fue sin duda cuando estaba buscando el embarazo y este no llegaba. Volví a informarme sobre la endometriosis, esta vez, enfocada en los efectos que podía tener en la fertilidad, y ahí sí que empezó una gran preocupación e incertidumbre por saber si podría conseguirlo”. En su caso, al visitar la clínica Next Fertility, le dieron esperanza.

“Me quedé mucho más tranquila, sabiendo que con la reproducción asistida podría conseguir quedarme embarazada, y dado el grado que padecía, la fecundación in vitro (FIV) fue la mejor opción”, cuenta y reconoce que “¡queríamos ir al máximo de probabilidades!”.

Por suerte en su caso hubo éxito desde el primero momento. “Me quedé embarazada en el primer intento, aunque sabemos que no es lo habitual. Ahora con la peque en casa, es como si no hubieran existido esos momentos de preocupación en nuestra vida. Además, después del embarazo, los síntomas han disminuido enormemente, y los dolores menstruales son menores”, explica, y rompe una lanza a favor de otras mujeres con endometriosis.

“Los síntomas llegan a afectar a nuestro día a día, el dolor puede llegar a ser, en ocasiones, muy incapacitante y eso no siempre se entiende por parte de quienes no la padecen”, explica para que quienes lean esto puedan ponerse en su piel. “Y, en mi caso, no saber las consecuencias que tendría en el futuro, ha supuesto que haya tenido que enfrentarme a problemas y dificultades para tener hijos, y eso desde luego que supone un gran desgaste físico y emocional”, comenta de la dificultad para tener hijos que puede conllevar la endometriosis.

Una enfermedad que se conoce demasiado poco aún. “En los últimos años he empezado a escuchar algo más sobre la endometriosis, pero creo que queda mucho, sobre todo, entender sus implicaciones a la hora de buscar embarazo”, subraya, ya que sabe por experiencia lo que eso supone. “Estoy segura de que hay jóvenes o no tanto, que la padecen y ni siquiera se plantean que sus dolores durante la menstruación procedan de una enfermedad. Y además deberían ser conscientes de los problemas que puede acarrear a la hora de ser madres. Habría que buscar también la forma de conocer tratamientos y dar más información, también en los medios de comunicación”, dice. Y WOMAN ha escuchado su voz, la de todas.

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