La periodista que escribía cuentos excepcionales para explicarle el mundo a su hija

La serie de cuentos infantiles ‘Latido de alas’ narra las realidades de niños y niñas que suelen aparecer en los medios como víctimas, no como héroes o heroínas que desafían obstáculos para poder ir a la escuela, rompen prejuicios con la lucha libre e incluso acaban en un vídeo con la mismísima Beyoncé. Unos libros mágicos, pero muy reales.

Claudia Bellante

La fotoperiodista y escritora Claudia Bellante.

/ Mirko Cecchi

A menudo, en las noticias sobre países en situación de desigualdad, los niños y las niñas aparecen como víctimas. Esta es una realidad que conoce bien Claudia Bellante, fotoperiodista que ha recorrido medio mundo para hacer reportajes sociales en países como Colombia, Perú, Brasil o Bolivia. Niños y niñas aparecen como víctimas y, sin embargo, a ella siempre le han parecido héroes y heroínas que, con su fuerza, imaginación y resiliencia, luchan por tener una vida mejor, algo que se debería poder garantizar a toda la infancia. Con esa idea vagando por su cabeza, cuando Bellante comenzó a leer bellos cuentos a su hija Tina, de cuatro años, empezó a dar forma a un proyecto que le ayudara a contar esas realidades que conoce por su trabajo como reportera y, al mismo tiempo, dar voz y protagonismo a esa gente pequeña y admirable que había conocido en sus viajes.

“Pensé que podría ser una forma útil de contarle a Tina sobre mi trabajo como periodista y las historias que he conocido a lo largo de los años, que tuvieran como protagonistas a niños y niñas que muchas veces no tienen voz o aparecen poco en los reportajes periodísticos, además casi siempre como víctimas y no como ‘héroes’”, explica. Cuando propuso aquella idea a la editorialEdebé, se mostraron interesados. Le pidieron que seleccionara cuatro historias, aquello fue lo que más le costó porque, cuando comenzó a escribir, las historias brotaron con fluidez. Decidió “contar historias en las que lo que importa es la amistad. De hecho nunca hay protagonistas únicos, porque para mí la amistad es lo más importante en la vida”, cuenta. Así nació la colección ‘Latido de alas’.

Los estantes de las librerías, según señala Bellante, están llenos de “libros infantiles que narran la vida de personajes excepcionales, en términos de habilidad, inteligencia y muchas veces suerte, que parecen haberlo hecho todo ellos mismos. A menudo estos protagonistas son ahora viejos, si no muertos, pertenecen a otras épocas”. Sin embargo, ella lo que ella quería era conectar a los jóvenes lectores con otros jóvenes que viven justo ahora, en otros puntos del planeta. Niñas y niños como ellos, en contextos distintos, a veces muy complicados y que, pese a todo, brillaban por ser capaces de luchar por sus sueños hasta hacerlos realidad. “Quería hacer entender al lector que los sueños que tenemos de niños y cómo nos gustaría que fuera el mundo es lo mismo para todos, sin importar si naciste en Copenhague o en Lagos. Los problemas comienzan cuando los peques crecen y dejan de pensar escuchando solo a ellos mismos”, explica la autora que, además, desea que los libros sean también útiles para su hija: “Espero que ayuden a Tina a desear tener amigos en todo el mundo, como yo los tengo. Pero, para tenerlos, no tiene que tener miedo de salir de su caracol y esto se vence dándolo semillas de curiosidad para que quiera conocer qué hay ahí fuera”.

La escritora ha logrado unos libros hermosos, tanto para leer a los peques, como para animarles a que lo hagan ellos. Por la casa de la periodista que escribe este artículo pasó Xoel, un pequeño amigo de once años que quedó fascinado con las historias que forman la primera tirada de ‘Latido de alas’. Las cuatro narran las vidas de niños y niñas que afrontan adversidades y las superan, con cuentos que atrapan y bellas y coloridas ilustraciones que ayudan a que cobren vida los personajes mientras se lee. ‘Las cholitas de Bolivia’, con ilustraciones de Anna Carbone, narra la historia de Noelia y Wara, dos amigas que viven en El Alto, Bolivia y aún van a la escuela, pero cada domingo se suben al ring de boxeo para convertirse en 'cholitas' de lucha libre y desafiar todos los prejuicios. “Habla de un lugar, El Alto, súper fascinante para mí, por su arquitectura, por el orgullo indígena que también es protagonista de la historia”, comenta Bellante que confiesa que “estoy locamente enamorada de las cholitas, ya sean luchadoras o otra cosa, me quedaba mirándolas en las calles durante horas con sus falda, sus colores, sus gorros. Una belleza, coquetería y elegancia que va mas allá de cualquier absurdo canon occidental”.

El más espectacular de los cuatro cuentos quizá sea ‘Las sirenas de Jamaica', con ilustraciones de Erika Gutiérrez y donde aparece un pez que es el personaje favorito de la hija de la autora. Este cuento real habla sobre el equipo de natación sincronizada Island Aquatics Synchro de Jamaica, formado por unas niñas que están rompiendo moldes en su país. Las protagonistas de las historia aparecen en uno de los vídeos de la película ‘Black is King’, de Beyoncé: el espectacular ‘Mood 4 Eva’. Bellante relata con mucho mimo sus vidas. “Es una historia de grandes éxitos y del amor que nace de las diferencias. ¿Qué hace un ex campeona rusa en un pequeño pueblo de una isla caribeña? Cambiar vidas enteras. Lo que confirma que, a veces, las personas más cercanas a nosotros pueden vivir muy lejos y para encontrarlas tenemos que empezar a caminar”, señala la narradora.

Por su parte,‘Las músicas de Indonesia’, ilustrada por Josefina Schargorodsky, cuenta el sueño de tres adolescentes de Yakarta por crear una banda de metal. “Este libro me permitió viajar a Yakarta, enamorarme de otra megalópolis -después de la ciudad de México- y cuestionar por completo los equilibrios mundiales. ¿Qué pasaría si todos realmente dejáramos de mirar hacia Occidente y volviéramos los ojos hacia Oriente como un modelo para el futuro?”, reflexiona la periodista, “algunas megaciudades asiáticas puedan representar un futuro real, con muchas oportunidades y me gustaría que las nuevas generaciones las observaran y quizás las tomaran como punto de inspiración. Nosotros teníamos Estados Unidos pero la narración - el famoso ‘storytelling’-, pero nos engañó: la realidad es mucho más triste de lo que nos contaron”. La escritora, además, destaca que su investigación para este libro hizo que conociera “al Islam moderado e inclusivo que siempre ha caracterizado a Indonesia y al poderoso feminismo de muchas mujeres y chicas musulmanas”.

En la última historia de la serie, ‘Los estudiantes de la frontera’, con dibujos de Elizabeth Builes, Bellante convierte en una aventura casi mágica la odisea que Marcela y su primo Julio, dos adolescentes venezolanos, viven cada día para conseguir llegar a su escuela, en un camino lleno de peligros y obstáculos. Aunque lo ha convertido en una historia infantil, este relato es el que le produce más angustia a la autora. “Este libro me acercó a una realidad que me gustaría conocer desde adentro, la de Venezuela y me hizo reflexionar sobre cuántas formas y rutas hay para emigrar, por mares, desiertos, junglas… Y que todas son terribles y peligrosas”, apunta. “He visto a muchos bebés en brazos de madres que salieron de su país con un bolso muy pequeño, sin dinero, ni padres -por supuesto- ni pañales. Si pienso en la maleta que llevaba conmigo cuando Tina era recién nacida aunque solo fuera para ir al parque debajo de la casa por 10 minutos…)”, recuerda. “Pensé que nadie quiere a esos niños. El país del que salieron no los quiere, ni siquiera los puede alimentar, y el país al que llegaron no los quiere porque los ve como una carga”, reflexiona, “así que me pregunto cuántos años se necesitarán para absorber toda la rabia y dolor con el que esos pequeños crecerán y que necesaria y justamente se desatará. ¿Cómo podemos creer realmente que no respetar la infancia no va a tener consecuencias muy graves para el conjunto de la sociedad?”.

En los libros hay que destacar el trabajo con las ilustradoras, Anna Carbone, Josefina Schargorodsky, Erika Gutiérrez y Elizabeth Builes. “Anna Crabone ha sido una de mis mejores amigas desde que éramos pequeñas”, cuenta Bellante de quien ha estado a su lado desde el comienzo del proyecto y que, de hecho hizo el primer dossier. “A ella debemos la gráfica de la serie -la fuente de los títulos, las portadas, los detalles- y es la ilustradora de las 'Cholitas'”. Ambas fueron buscando a más ilustradoras para poder dotar al proyecto de mayor riqueza. El resultado no puede ser mejor. “Erika, que según Anna es la nueva Frida Khalo, y yo nos conocimos cuando fui a Bogotá antes de empezar el trabajo y espero volver a verla pronto, Elizabeth tiene esa habilidad para dibujar paisajes y rostros que me encanta, es colombiana y vive en Medellín pero se ha documentado mucho en la frontera con Venezuela para dibujarla y Josefina es una máquina: muy rápida, super profesional y muy dulce en sus diseños y como persona”, resume la periodista.

Tras la publicación, Claudia Bellante ha comenzado a hacer presentaciones de los libros en colegios e institutos y no ha podido llevarse una mejor sorpresa ante la acogida. “Hice una en una escuela secundaria cerca de donde vivo, en Chiclana, y también leí los libros en la escuela primaria a la que asiste mi pequeña. Los adolescentes me sorprendieron mucho, me escucharon durante una hora y me hicieron muchas preguntas hasta al final”, cuenta y reconoce que le gustaría hacer más encuentros en centros escolares. “Creo que sirven porque tras las historia hay una realidad del trabajo periodístico que he hecho, los viajes, y muchos temas de los que hablar”, admite y explica que nota cómo el alumnado responde bien, curioso e interesado por las historias de críos y crías de otros países. “Muchos se interesaron por la historia de los estudiantes venezolanos, quizás porque es realmente difícil imaginar lo que significa ir a la escuela en una situación tan compleja, mientras que para los niños occidentales es algo obvio y normal. Y también estaban interesados en los viajes, en el hecho de que he estado en tantos lugares lejanos”, ratifica Bellante, que sueña con ampliar esta serie infantil con más volúmenes.

Periodista curtida en reportajes en zonas en ocasiones de una gran dureza, los reportajes de Claudia Bellante, como sus libros infantiles, destacan por una gran empatía hacía sus protagonistas. Igual conecta con las mujeres mexicanas que ayudan a las mujeres haitianas en Tijuana a dar a luz en ‘Las Parteras Fronterizas’, que escribe sobre minas de esmeraldas en Colombia, pobreza en los suburbios cariocas o mujeres esterilizadas contra su voluntad en Perú. Ahora puede conectar su nueva pasión, la literatura infantil, con ese periodismo que le robó el corazón hace mucho. “Me gustaría ir a Bangladesh y Nigeria por dos historias que me tienen enamorada y también hablar de los jóvenes nativos americanos y sus batallas para las tierras donde viven”, señala. Nuevas historias para seguir haciendo libros que ayuden a los niños y las niñas a conocer otros mundos, otras realidades y, al mismo tiempo, a crecer como seres humanos en el sentido más amplio y bello del término. “Para que no se queden encerrados en sus cuartitos, para que sean curiosos, porque el mundo es inmenso y no podemos saber, si no lo intentamos, dónde podemos encontrar la felicidad y a nosotros mismos”, explica Claudia Bellante, “porque después de de un año en el que nos han dicho que es peligroso abrazar, hablar y hasta decir hola, espero que estos libros les ayuden a olvidar todo y ,cuando por fin se acabe la pandemia, a lanzarse a lo desconocido. Y también para que se den cuenta de que no todo está asegurado: tocar música, practicar un deporte o incluso ir a la escuela, para algunos niños y niñas es un riesgo, un desafío, algo por lo que deben de luchar cada día".

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