Marta Echarri: "Los hombres se inflan los salarios hasta un 30% en las entrevistas; las mujeres somos más honestas"

La directora general de Banco N26, una exitosa entidad financiera digital, nos anima a superar la brecha de género. Ella es una de las pocas directivas de banca que tenemos en España.

Marta Echarri, de banca N26

Marta es miembro de la Fundación Quiero Trabajo, que ayuda a mujeres en riesgo de exclusión a afrontar con seguridad sus entrevistas laborales. El 80% consigue trabajo.

/ N26

N26 es un neobanco, una entidad financiera sin sucursales. Sus clientes solo necesitan un smartphone, una app y una conexión a Internet para disfrutar de sus servicios. Creada en 2013 en Berlín, aspira a convertirse en la mejor fintech de Europa; de momento, la revista “Forbes” ya la ha nombrado Mejor Banco del Mundo en 2021. En España desembarcaron en 2018, ya tienen 770.000 clientes y a una de las directivas más jóvenes y escasas del sector bancario: Marta Echarri.

Un año después de tu llegada a N26, ¿qué balance haces?

Estoy contenta. El crecimiento que hemos experimentado en 2021 ha sido muy significativo: en número de clientes hemos crecido más del 40 %. En el contexto actual del sector financiero, en el que hay muchísimas fusiones y adquisiciones (como Bankia y Caixa creando el mega banco) y los tipos interés son muy bajitos, el modelo normal de banca (cojo depósitos de mi cliente y presto a otro) ya no funciona, y esto para nosotros ha sido una gran oportunidad de crecimiento.

Y vuestro mayor reto es...

Posicionarnos como la cuenta principal de nuestros clientes. Somos un banco para particulares, un banco del día a día para el cliente final. No llevamos compañías, sino personas de carne y hueso. Acabamos de lograr que la Agencia Tributaria permita que nuestros clientes (como los autónomos no societarios) puedan pagar y cobrar impuestos a través de nuestras cuentas.

Si no cobráis comisiones, ¿cómo ganáis dinero?

Mediante suscripciones, estilo Netflix, que suponen el 30 % de nuestros ingresos. Tenemos un modelo de banco a la carta y cuatro tipos de cuenta: la standard, que es 100 % gratuita y viene con una tarjeta de débito virtual asociada a una cuenta corriente en España. Y los otros tres tienen una cuota fija al mes: 16,90 €, 9,90 € y 4,90 €. Por el precio de un desayuno, una copa o de un menú del día, tienes acceso a una suscripción con más o menos servicios, como retiradas de efectivo en cualquier cajero de nuestros competidores, transferencias gratuitas instantáneas, todo tipo de seguros de viaje, la tarjeta de crédito metálica... También ganamos dinero con los descubiertos.

La directiva Marta Echarri

La directiva Marta Echarri busca tiempo para planes culturales: le encantan los museos, el teatro y los conciertos.

/ N26

¿Y en España funciona el tema de las suscripciones?

Es el primer país de Europa cuyos clientes seleccionan su entidad bancaria por precio como primera razón. Nos fastidia un montón que nos cobren comisiones por los servicios financieros: por sacar dinero, por hacer una transferencia, por mantenimiento...

Además de ser directora general, lideras el centro tecnológico de N26 en Barcelona, ¿qué conlleva eso?

Somos una fintech: la parte financiera está en Madrid (14 personas) y la tecnológica, en Barcelona (con 140 empleados). Al ser un banco digital, el motor de la empresa son los ingenieros, los desarrolladores, que se encargan de hacer que tu experiencia en nuestra app sea brutal y única. Allí, por ejemplo, estamos desarrollando un modelo propio para saber a quién podemos prestar dinero y a quién no. Queríamos ampliar el equipo, pero el talento digital es tan escaso que no encontramos ingenieros de producto ni de diseño. Es un reto. Y eso que nuestra plantilla es muy internacional: allí no se habla español, sino inglés, porque tenemos gente de 80 nacionalidades. Cuando doy clase en la universidad, le digo a todo el mundo: ¡Estudiad una ingeniería, no hagáis ADE! Y moveos por el mundo, que la flexibilidad de mente es esencial.

Supongo que el teletrabajo se da por sentado en una empresa tan digital como la vuestra...

Siempre que no abandones el país en el que has sido contratado, por temas de impuestos, puedes trabajar desde donde quieras: yo mañana mismo, sin dar explicaciones, podría irme a Ibiza y trabajar desde allí. Y estamos creando puestos remotos: si vives en Londres, tienes un niño, puedes ir solo a Berlín una vez al mes para reunirte con todos. Vamos a ser la primera compañía remote first, con puestos virtuales, sin una sede fija. Huimos del presencialismo inútil. Esa flexibilidad, de horarios y mental (incluso estética), me da mucha paz: si el domingo me aburro, trabajo dos horas y el lunes me voy a comprar unas cortinas en ese tiempo. Trabajamos muchísimo, pero tú te organizas.

¿España y Portugal son mercados muy distintos?

Como banco europeo, nuestros mercados prioritarios son Alemania, Francia, Italia y España. Somos el cuarto mercado para esta compañía decacornio –vale casi 10.000 millones de euros– con fundadores austriacos y matriz en Berlín. En Portugal hay mucha comunidad internacional por las ventajas fiscales y tenemos excelentes datos de crecimiento también. Nuestra aplicación está en cinco idiomas y eliges el que quieras. Por eso tenemos tantos estudiantes internacionales como clientes: ellos no quieren aprender español en los dos años que van a estar aquí y necesitan entenderse. Abren una cuenta en 8 minutos desde su teléfono y utilizan nuestros servicios en su idioma.

tarjeta de crédito metálica

La exclusiva tarjeta metálica, Mastercard Metal, es un éxito entre los clientes, que la ven como un signo de estatus.

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¿Las nuevas generaciones ya no van al banco?

¡Casi ni las antiguas! El modelo de negocio ha cambiado mucho y el banquero que se conocía tu vida y la de tu familia ha muerto. Además ahora hay que pedir cita y te cobran por atenderte... Así que el modelo de autogestión es el más atractivo. Y estamos abiertos 24/7. El 60 % de nuestros clientes tiene entre 25 y 65 años. La pandemia nos ha ayudado a captar a la gente mayor. A la generación Z ya la teníamos ganada.

¿Por qué debería abrir una cuenta con vosotros?

El tema de digital es una cuestión de confianza: somos una sucursal en España de una licencia bancaria alemana; es decir, si llegáramos a la bancarrota, el fondo de garantía de depósito lo cubriría el Banco Central Alemán. Eso da seguridad. Muchos de nuestros competidores no tienen licencia en un país de la reputación y solvencia de Alemania, sino en Lituania y otros operan como entidad de dinero electrónico, con menores garantías si la cosa va mal. Además, tener una sucursal en España, permite a nuestros clientes tener una cuenta con IBAN español, de forma que puedes domiciliar recibos sin problema. Luego está la comodidad: el banco se tiene que adaptar a ti y no al revés; si eres sensible al tema de las comisiones, tenemos una cuenta gratuita; puedes retirar efectivo fuera de España sin coste... facilitamos el día a día de los clientes gracias a nuestras funcionalidades, por eso la inversión en tecnología es nuestro motor.

Antes trabajaste en el grupo suizo Lombard Odier y estuviste 12 años en JP Morgan.¿Para progresar hay que salir, cambiar de compañía?

Mi cambio fue estratégico: cuando le pregunté a mi jefe por el futuro de mi departamento, no me convenció la respuesta, así que busqué una salida. Pero una de mis amigas es la directora general de L’Oréal España y lleva 16 años allí. Y encantada. Pues quédate, claro.

Marta Echarri, de banca N26

Una de cada cuatro personas ya es cliente de un banco virtual en el mundo, unos 450 millones.

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¿Te has encontrado más piedras en el camino por el hecho de ser mujer o por tu juventud?

La verdad es que no he tenido demasiadas. Yo soy muy fan de la meritocracia, al igual que todas las compañías en las que he estado. Por ser una mujer joven te sientes más observada, pero al mismo tiempo sobresales. Eso para mí siempre ha sido un reto, no tengo síndrome del impostor. Todas las mujeres tenemos ese cierto vértigo, pero debemos encararlo desde la tranquilidad, porque los hombres tienen el mismo, aunque se comporten con más naturalidad.

Para estar en un consejo directivo, ¿hay que ser la más lista, la más ambiciosa?

Hay que tener una formación adecuada y continua y aprender cada día de las personas de tu equipo, hay que valer (volvemos a la meritocracia) y tener flexibilidad mental, la que te da el background internacional, el haber vivido mil situaciones distintas en muchos países y culturas diferentes. Ya no te hablo de los idiomas, claro, porque los doy por supuestos.

¿Las mujeres lideramos distinto?

Tenemos más empatía, nos ponemos en el lugar del otro; la toma de decisiones la basamos en más variables, nos gusta escuchar a todos: cuanto más multicultural y diverso es un equipo, de hombres y mujeres, más riqueza, más puntos de vista para encontrar soluciones y aumentar la productividad. Nosotras tenemos que trabajar la ambición sana, el network (la socialización, el hacer relaciones laborales, tomarte un vino o asistir a una conferencia), entender que no podemos llegar a todo y establecer prioridades (deporte, hijos). Y tienes que estar en una compañía que comparta tus valores: no hay que ser Juana de Arco. Si no estás cómoda, cambia. Hay que ser pragmática.

¿Mujeres y hombres son diferentes en las entrevistas?

Son como la noche y el día: ellos abultan los salarios y piden de un 20 a un 30 % más de un sueldo ya de por sí inflado. Ellas, en cambio, son muy honestas, no se inflan y les importa más el proyecto que la nómina. Tenemos que aprender a hablar de dinero: primero demuestra lo que vales y después, pide. Pero si has aportado a la compañía, pon en valor lo que has hecho, siempre con el visto bueno de tu jefe.

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