María de Mondo: “El ego nos puede hacer perder grandes oportunidades en la vida”

Quizá de tu preocupación por la opinión de los demás, que quieras llevar siempre la razón y tu elevada autoexigencia, sólo se esconda tu ego. Controlarlo permite descubrir tu verdadero yo y tomar el control de tu vida y tu bienestar. El libro 'Yo, ego' te puede ayudar a lograrlo.

Ilustración sobre el libro María de Mondo: "Yo, ego"

Ilustración sobre el libro María de Mondo: "Yo, ego".

/ Istock

Cuando te preocupa mucho la opinión de los demás, sientes miedo al ridículo y tratas de llevar siempre la razón, puede que lo que se esconda detrás de tantas inseguridades sea, paradójicamente, un exceso de ego, ese falso juez que llevamos dentro, un Pepito Grillo autoboicoteador que acaba por desconectar a las personas de sí mismas. La psicóloga, coach e influencer María de Mondo publica Yo, ego. Una guía para dejar de sufrir, conectar contigo mismo y alcanzar la paz mental (HarperCollins), un manual perfecto para aprender a manejarlo y descubrir hasta que punto nos coloniza y dicta nuestras actitudes. Controlarlo puede ser liberador.

Cuenta María de Mondo que ella no se conformaba con lo que la vida le estaba dando y decidió diseñar su vida de forma personalizada, priorizando su paz interior por encima de todo. “A los 24 años tuve una crisis existencial que me hizo replantearme todo en la vida. No era feliz, y no estaba dispuesta a conformarme con eso”, cuenta. Por eso, decidió emprender “un camino de introspección profundo para saber quién era realmente y qué quería hacer. Siempre he sido muy curiosa y me encanta aprender, así que empecé a estudiar como una loca”.

María de Mondo

María de Mondo, psicóloga, coach e influencer, con su libro 'Yo, ego'.

/ D.R.

Su formación en coaching, mindfulness y la carrera de Psicología fue la semilla de su libro y, también la han convertido en una influencer del bienestar. Pero, sobretodo, le ha proporcionado una vida feliz y plena. “Actualmente creo contenido, escribo, imparto talleres y hago sesiones de coaching enfocadas a que cada persona pueda encontrar su propia paz. También soy madre de dos reinas que me tienen loca. Me gusta leer, escribir, comer y mirar el cielo”, asegura. Hablamos con ella sobre cómo identificar a su ego y aprender a manejarlo se convirtió en la clave de su felicidad.

¿Por qué decidiste escribir 'Yo, ego. Una guía para dejar de sufrir, conectar contigo mismo y alcanzar la paz mental'?

Para que las personas puedan vivir en paz de una vez por todas. Para que descubran quién está detrás de la rabia, la tristeza, la frustración... para que puedan conectar con su verdadera identidad, y no aquella que se han creado por todos los condicionamientos externos que tenemos. Para que se reconozcan y puedan vivir una vida plena, desde su verdadera libertad, y no desde lo que se espera de ellas.

Al comenzar el libro, da un cierto bajón cuando empiezas a comprender que el ego prácticamente nos coloniza. ¿Qué es lo bueno de darse cuenta?

Que por fin podemos coger las riendas de nuestra vida porque ahora sí sabemos lo que está pasando en nuestro interior. Podemos empezar a conectar con nosotros mismos y vivir de una manera más consciente, dejando de resignarnos y de vivir en piloto automático. Ahora podemos hacernos responsables de nuestra paz interior y de nuestra verdadera libertad. Ahora bien, hay que currárselo, son muchos años dominados por el ego. Por eso la parte final del libro está enfocada en la práctica, en cómo conectar con nuestro verdadero ser, y en cómo mantener al ego a raya cuando nos hace daño.

Al leerte, empiezo a pensar que no lo tenemos muy claro respecto al ego. ¿Cómo definirías a ego, lo negativo, pero también lo positivo de él?

El ego es tu falsa identidad, quién crees que eres, pero en realidad no eres. El ego se ha ido formando desde el exterior, por la influencia de las creencias de nuestros padres, entorno, sociedad, cultura... el ego vive por y para el exterior, y dejamos de mirar dentro. Dejamos de escucharnos, dejamos de vernos. Hace que nos importe y nos afecte la opinión de los demás, que vivamos en el pasado o en el futuro, que seamos egocéntricos y nos lo tomemos todo de forma personal, que emitamos juicios de valor y juzguemos a los demás como si fuéramos el Dios de la justicia, nos hace tener miedo y no salir de la zona de confort... y nos hace vivir inconscientes, en piloto automático. Pero efectivamente también tiene cosas buenas, ya que la finalidad del ego es protegernos y guiarnos. Es imposible vivir conscientes 24/7 y analizarlo todo. No tendríamos tiempo ni de salir de casa. Así que el ego puede ser una herramienta muy útil para desenvolvernos en la vida. Por ejemplo, para que un cliente no te tome el pelo o se aproveche de ti o para cortar una relación cuando nos hace daño.

Tú pensabas que tu ego te era útil, tras estudiarlo, ¿cuál es tu opinión?

Yo sabía que tenía ego, porque yo sí que encajaba con el ‘ego conocido socialmente’. Yo podía comportarme de forma soberbia o prepotente muchas veces. Pero creía que ese ego, me había ayudado a conseguir muchas cosas y que no era malo. No quería deshacerme de él. La realidad es que no es malo, porque nos puede aportar muchas cosas, pero nos hace muchísimo daño. El problema está en que nuestro sufrimiento está provocado (casi siempre) por nuestro ego. En el momento en que lo identificamos, lo reconocemos, y le paramos los pies, porque conseguimos conectar con nuestro verdadero SER, ese sufrimiento desaparece.

¿Qué males nos puede acarrear el ego y qué deberíamos de aprender para evitar que nos juegue malas pasadas?

El ego, aparte del sufrimiento que nos causa con sus interpretaciones y prioridades, nos puede hacer perder grandes oportunidades en la vida, tomando decisiones desde el miedo. Pero para mí, lo peor, es perderte a ti mismo. Para evitarlo, tenemos que conectar con nuestro verdadero ser. Nuestro ser ya está en paz y vive desde el amor (y no desde el miedo), pero esta enterradísimo dentro de nosotros.

Libro Yo, ego. Una guía para dejar de sufrir, conectar contigo mismo y alcanzar la paz mental

El libro Yo, ego. Una guía para dejar de sufrir, conectar contigo mismo y alcanzar la paz mental, de María de Mondo (HarpersCollins).

/ D.R.

Si te sientes y vas de muy humilde por la vida, ¿puedes poseer un ego enmascarado?

Cuando empiezas a entenderte, es muy fácil caer en el ego espiritual. Podríamos decir que es como si tu ego se transformara. Empiezas a encarrilar tu vida, cuidas tu mente y tu cuerpo, conectas con tu espiritualidad... pero sigues juzgando lo que hacen los demás, te exiges a ti mejorar y no te permites equivocarte en tu camino. Es tal cual lo dices, un ego enmascarado. Cuando tú eres, no necesitas demostrar nada a nadie, ni siquiera a ti mismo. No necesitas ‘ir de’ nada por la vida.

¿Qué consejos nos darías para aprender a manejar nuestro ego?

Más que consejos, comparto tres pasos: 1. Si sientes una emoción desagradable o te sientes incomoda por algo, haz un parón. Casi seguro que tu ego está detrás. 2. Escribe en un papel lo que te estás diciendo sobre esa situación o esa persona. Todo lo que te salga de dentro. 3. Después, vuelve a ver lo que ha pasado como si fueras la espectadora de una película en el cine, los hechos, sin juicios ni interpretaciones, y vuelve a escribir contestando a esta pregunta: ¿Cómo vería esta situación desde el amor?

El otro día leí un titular en el que una actriz muy famosa decía que su suerte era no tener ego. ¿Es esto posible?

No. Todos tenemos ego, y todos vivimos a través de él. El Dalai Lama también tiene ego. El problema es que socialmente se asocia al ego con ser una persona soberbia, prepotente, que se cree mejor que los demás. Pero eso es solo un tipo de ego. La persona que tiene una autoestima baja y se cree inferior a los demás, también está viviendo desde su ego. El ego es mucho más que una actitud, el ego es nuestro personaje, la identidad que nos hemos ido creado desde que nacemos. Todos tenemos esa falsa identidad.

Algo que muy difícil que planeas en tu libro es lo de no juzgar, al reflexionar sobre ello, te das cuenta de que estamos haciéndolo casi todo el día. ¿Cómo evitarlo?

Es imposible no juzgar, igual que es imposible eliminar al ego. Lo importante es darse cuenta de cuándo esos juicios nos están haciendo daño a nosotros o a alguien que queremos. O cuando nos están limitando o paralizando. Siendo conscientes de ello, podemos abandonar el juicio. Tu realidad no es la realidad, y tendemos a hablar como si así fuera. Tenemos la responsabilidad de cuestionarnos todo aquello que creemos o pensamos y más si es algo que no nos pertenece porque lo hemos heredado o adquirido de nuestro entorno.

¿Cómo nos puede mejorar la vida desprendernos de nuestro ego, o al menos dominarlo?

Quizás mi opinión no sea tan importante al ser yo la autora, así que invito a las lectoras a que lean los testimonios de las personas que ya han leído el libro. Voy guardando los testimonios en los stories destacados llamados Libro en mi Instagram. Creo que las opiniones de las lectoras valen mucho más que la mía.

Y, por último, en el libro planteas que hay que buscar tu propio ser, más allá del ego. ¿Cómo podernos encontrarlo, conectar con nosotros mismos y qué beneficios acarrea?

Con el último punto de los tres pasos que comentaba anteriormente. Cuando pensamos y conectamos con el amor –no el romántico, sino el amor que todos tenemos dentro–, y somos capaces de cambiar totalmente la perspectiva con está conexión, ahí es. El beneficio es sentirte en paz.

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