Tener hijos es maravilloso, pero no tenerlos también

Jennifer Aniston se ha sincerado y ha contado, por primera vez, su periplo para poder convertirse en madre. En España, el 25% de mujeres nacidas en los 70 no tendrá hijos. La periodista María Fernández-Miranda explica en su libro sobre las "No Madres" y las razones por las que eligen serlo.  

La actriz Maribel Verdú
La actriz Maribel Verdú / Gtres

El NoMo se está convirtiendo en todo un movimiento. Sus siglas se refieren a las mujeres sin hijos: No Mother. Lo que antes era casi una blasfemia o una maldición divina, hoy es una opción que eligen cada vez más mujeres. Y hombres, no les olvidemos, que parece que lo de procrear fuera sólo cosa de mujeres. Según el estudio del Centro de Estudios de Demografía ‘La infecundidad en España: tic-tac, tic-tac, tic-tac’, el 25% de las mujeres que nacieron en la década de los 70 no serán madres. Además, se calcula que este porcentaje aumentará algo más en las próximas generaciones, hasta estabilizarse en torno a un 27-28%. El miedo a la responsabilidad, las ansías de libertad o simplemente elegir un modelo distinto de vida se apuntan como algunas de las razones de esta tendencia que cuestiona directamente que la maternidad sea el último fin de la vida de una mujer.

Precisamente el libro ‘No madres: Mujeres sin hijos contra los tópicos’, de María Fernández-Miranda (Plaza Janés). Periodista con una impresionante trayectoria, Fernández-Miranda tiene 48 años, está casada y no, no tiene hijos, ni piensa tenerlos. En su libro, explica los motivos, esas razones que en realidad no deberían de importarle a nadie más que a una misma y en todo caso a su pareja, pero que sin embargo se reclaman. Te las pregunta tu vecina, tu madre y la suya, en la cena familiar navideña o en la de empresa enfrente de tus jefes. Te las pregunta hasta el Tato -sin importar si conoces al Tato o tienes la más mínima confianza con él-.

“Es agotador tener que estar todo el día justificándose sobre algo tan íntimo. Ocurre lo mismo con las solteras, que no se les deja de preguntar por qué no tienen pareja. ¿Y a ti qué te importa?”, comenta María Fernández-Miranda. Para rebelarse contra todos esos juicios y esas preguntas que se clavan como alfileres, para dar que pensar y, sobre todo, ejercer de cálido colchón para todas las que no tenemos hijos, ella ha escrito este libro que deberían de leer, además, quienes tanto preguntan y juzgan sin saber.

Portada de 'No Madres'

Portada de 'No Madres'

/ D.R

Mencionas muchas razones en tu libro ‘No madres: Mujeres sin hijos contra los tópicos’, ¿pero cuál fue la que te convenció para escribirlo?

Fue definitiva una conversación que tuve con mi amiga Amaya Ascunce en la cocina de la redacción. Yo había empezado a escribir para mí, con el único objetivo de poner en orden mis ideas, pero ella me hizo ver que eso que estaba volcando en el papel podría ayudar a otras mujeres. También influyó el apoyo de Maribel Verdú; fue la primera a la que le pedí su testimonio y ella me animó a seguir adelante con mi proyecto. Eso me dio fuerzas para continuar.

¿Por qué crees que son necesarios modelos de mujeres ‘no madres’?

Porque, a no ser que tengas una personalidad arrolladora, todos necesitamos vernos reflejados en el ejemplo de otros. Y si no tienes hijos te da la sensación de que eres la única del mundo; fíjate que ni siquiera tenemos un nombre con el que denominarnos y tenemos que definirnos desde la negación, desde lo que no tenemos: somos ‘no madres’.

¿Qué le dirías a todas esas personas que cuando ven a una mujer con hijos, especialmente a partir de los 35, le preguntan si va a ser madre?

Hace poco estaba en una cena de trabajo con los directivos de una multinacional y varias colegas de profesión. Uno de los directivos fue preguntando una a una cuántos hijos tenían, de qué edades, etcétera. Cuando llegó mi turno, le respondí que no tenía hijos, con una sonrisa y dando por zanjado el tema. Entonces él, que no me conocía de nada, me dijo: “No te preocupes, todavía estás a tiempo”. A las personas que hacen este tipo de comentarios tan estúpidos o que te preguntan abiertamente por qué no tienes hijos les pediría que se lo pensaran dos veces antes de abrir la boca, porque molestan y hacen daño. Es agotador tener que estar todo el día justificándose sobre algo tan íntimo. Ocurre lo mismo con las solteras, que no se les deja de preguntar por qué no tienen pareja. ¿Y a ti qué te importa?

¿Y a los que además de preguntar pasan posteriormente a contar sin fin las virtudes de ser madre, de los niños, lo que ‘te vas a perder’, etc etc?

Que son muy pesados. Yo estoy felizmente casada pero no siento la necesidad de pedir a los demás que contraigan matrimonio, así que no entiendo por qué a esas personas les preocupa tanto que yo no procree. Claro que tener hijos es maravilloso, ¿quién lo duda? Pero no tenerlos también. No creo que haya modelos de vida mejores que otros, sólo diferentes.

¿Puede la maternidad llegar a convertirse en una losa?

Supongo que sí. En el libro ‘Madres arrepentidas’, Orna Donath reúne los testimonios de madres que quieren mucho a sus hijos (lo contrario sería inhumano) pero confiesan que si pudieran volver atrás no los tendrían. No creo que la maternidad esté hecha para todas las mujeres y por eso me parece importante que no nos dejemos llevar por lo que la sociedad dicta como lo mejor para nosotras. Cada cual tiene que buscar su camino, preguntarse con total sinceridad cuáles son los motivos que le llevan a tener hijos o a renunciar a ellos. Por otro lado, creo que hoy en día las madres tienen las cosas muy difíciles: deben trabajar y cuidar de sus hijos al mismo tiempo, con pocas ayudas por parte del Estado y, a menudo, poca colaboración por parte de sus parejas.

Qué difícil de explicar es el cúmulo de sensaciones que sienten las no madres, incluso cuando es algo elegido… ¿Por qué crees que te hace sentir esas emociones tan fuertes?

Me gustaría matizar que la ‘no maternidad’ siempre es elegida. Quiero decir que, aunque tengas problemas médicos y te hayas sometido a tratamientos de fertilidad fallidos, como es mi caso, si de verdad deseas tener hijos cuentas con un montón de opciones para conseguirlo: ovodonación, adopción, maternidad subrogada... Cuando decides que no vas a seguir quemando cartuchos es porque te has dado cuenta de que la ‘no maternidad’ tiene muchas ventajas. Y respondiendo a tu pregunta, creo que esas sensaciones a las que te refieres se deben a que nos han educado para ser madres, hemos interiorizado que se trata de una consecuencia lógica del proceso de maduración: acabas los estudios, te emparejas, tienes hijos... Las ‘no madres’ estamos rompiendo las reglas establecidas, ¡y eso provoca mucho vértigo!

De las mujeres a las que has entrevistado para tu libro, ¿cuál te ha sorprendido más y por qué?

Me ha sorprendido el enfoque de la modelo Almudena Fernández. En el libro hablan mujeres que nunca han querido tener hijos (Maribel Verdú, Carmen Ruiz, Inka Martí), que lo intentaron y no se quedaron embarazadas (Rosa Montero, Soledad Lorenzo, Sandra Ibarra) y que no los tienen porque su vida ha ido evolucionando de una manera determinada (Mamen Mendizábal, Paula Vázquez, Alaska). El caso de Almudena es diferente a todos: ella sí quiere tener hijos, pero después de los 40, porque cree que es la edad a la que una mujer alcanza su plenitud. Eso conlleva un riesgo, el de no poder tenerlos de manera natural por razones de edad, pero está dispuesta a jugársela. Como ella misma dice, su manera de pensar va en contra de todas las leyes, las sociales y las médicas. Yo la aplaudo por no dejarse influenciar por nadie ni nada.

Aunque supongo que de todas te llevas algo, como ocurre al leer tu libro, ¿cuál te ha enseñado más o quizá algo que te haya servido de una manera especial?

De todas ellas he aprendido muchísimo; sin duda lo mejor de haber escrito el libro es haber tenido la oportunidad de conocerlas de cerca. Pero quizás la que más me reconfortó fue Soledad Lorenzo, porque tiene casi 80 años, o sea que habla desde la experiencia de toda una vida. Las que a menudo te dicen que “te vas a arrepentir” si no tienes hijos son madres, así que, ¿cómo saben ellas que te vas a arrepentir, si no han vivido esa situación en carne propia? Soledad sí lo ha vivido en carne propia y el día que la entrevisté me dijo algo que se me ha quedado grabado: “Vas a ser muy feliz sin hijos. Yo te lo juro”. Sólo juras algo cuando estás plenamente convencida de lo que afirmas.

La no madres suelen ser grandes tías de sus sobrinos (los de sangre y los de cariño de la vida). Lo dice hasta Javier Marías. ¿Es tu caso? ¿Por qué crees que es así?

No sé si soy buena tía, pero lo intento con todas mis fuerzas porque me gustaría dejar una huella positiva en mis sobrinos. Daría la vida por ellos; me preocupo mucho por ellos, creo que a menudo de manera exagerada. Lo bueno de ser una ‘no madre’ es que a tus sobrinos les das caprichos que probablemente no concederías a tus hijos para no malcriarles: yo acabo de invitar a mi sobrina de 20 años a pasar un fin de semana en París, cenando en los mejores restaurantes. Ha sido muy bonito redescubrir mi ciudad preferida a su lado.

La parte en la que intentas ser madre de tu libro es muy valiente y generosa por permitirnos entrar en un mundo muy íntimo. ¿Es la que más de costó escribir? ¿Por qué consideraste importante contar los procesos de fecundación desde dentro?

Sí, sin duda es la parte que más me costó escribir (y de hecho no he vuelto a leerla); tenía que hacer memoria sobre circunstancias que me resultaban muy dolorosas. Pero pensé que debía contarlo por dos razones. En primer lugar, no me parecía honesto pedir a otras mujeres que me dieran sus testimonios y luego esconder el mío. En segundo lugar, creo que existe muy poca información en torno a los tratamientos de fertilidad: cuando se realizan con óvulos propios, las tasas de éxito son muy bajas. Sólo conocemos los casos de mujeres que se han sometido a estos tratamientos y les salieron bien, de modo que, una vez más, nos faltan modelos. Yo quería decirles a otras mujeres que estén pasando por lo mismo que yo sufrí: “No eres la única. A mí también me salió mal. Y sobreviví”. Cuando entrevisté a Sandra Ibarra, me contó que ella no superó sus procesos de cáncer hasta que los contó en un libro. A mí me ha pasado algo parecido.

El 25% de las españolas nacidas en los años 70 no serán madres, un porcentaje que va a aumentar en las próximas generaciones. ¿Cuáles crees que son las razones?

Cada vez es más difícil encontrar un trabajo y una pareja estables, lo cual retrasa la decisión de la maternidad. Y cuanto mayor eres, más analizas los pros y los contras de tener un hijo. Como me explicó Mamen Mendizábal cuando la entrevisté, “cuando se pasa la inercia (es decir, esa edad en la que ‘toca’ tenerlo), lo que ocurre es que te paras a observar a tus amigas madres, te das cuenta de lo que significa tener un hijo realmente y te lo piensas mucho más”.

Hay algo en tu libro que vale millones, tu sentido del humor. A ver, ¡que no ser madre no es el fin del mundo! Cuéntanos qué hay de bueno en ello, por favor y acaba con los mitos que rondan por ahí…

Saber que nadie depende de ti produce alivio y te hace más libre. Por ejemplo, hace poco me ofrecieron una promoción laboral que implicaba un riesgo; acepté porque, total, si me quedo sin trabajo, ¡no pasa nada, no tengo colegios que pagar! Cuando no tienes hijos, además, gastas sin remordimientos mucho dinero en cosas que no son imprescindibles pero te hacen feliz, como viajes. Y puedes dedicar todo tu tiempo libre a cultivarte, a leer, a crear: no todo es crear vidas, también puedes crear obras que sirvan a otras personas. Por otro lado, aunque no se puede generalizar, creo que la pareja que no tiene descendencia está muchísimo más unida; se crea un vínculo muy especial entre ambos. Hay otra ventaja de no tener hijos que no está suficientemente valorada: la posibilidad de dormir 8 horas seguidas. Me está costando responder a esta entrevista porque esta noche han dormido en casa los hijos de dos de mis primos, dos niños de 4 años, así que ahora la cabeza no me funciona muy bien. No sé si resistiría muchas noches seguidas levantándome para dar agua y contar cuentos...

Para terminar, ¿qué te gustaría conseguir con este libro, qué te haría feliz?

El otro día recibí un mensaje de voz de Paula Vázquez. Me decía que acababa de leer las galeradas de mi libro y que todo lo que había escrito no sólo me ayudaba a mí, sino que también le ayudaba a ella e iba a ayudar a otras mujeres. Ojalá que tenga razón: eso es lo que me haría feliz.

¿CÓMO SON LAS NO MADRES?

Diversas como el propio mundo, todas ellas aparecen en el ‘No madres: Mujeres sin hijos contra los tópicos’ de María Fernández-Miranda y han compartido sus experiencias con la autora para poder ser modelos para otras mujeres que no han tenido descendencia.

  • Soledad Lorenzo, galerista. “No solo es que no sienta no haber tenido hijos, sino que voy más allá: ahora creo que soy una afortunada por no tenerlos”.
  • Rosa Montero, escritora y periodista. "No es que dijera: no voy a tener hijos. Es que no estaba en mi proyecto. No me arrepiento de no haber tenido hijos, porque esa parte que hay en mí que no ha terminado de madurar es la que escribe”.
  • Maribel Verdú, actriz. "Nunca he sentido eso que llaman instinto maternal. Me recuerdo pensando así desde que tengo uso de razón”.
  • Mamen Mendizábal, periodista y presentadora de televisión. “Hay que hacer un poco de pedagogía para que nos dejen de juzgar y de hacer preguntas impertinentes a las que no somos madres”.
  • Carmen Ruiz, actriz. "Me molesta la condescendencia, cuando te comentan con falsa amabilidad eso de ¡si no pasa nada por no tener hijos, mujer! Pues claro que no pasa nada, ¡cómo va a pasar, si esto es precisamente lo que yo he querido!”
  • Inka Martí, editora, actriz y modelo. "Ya conocemos los pros de ser madre, porque la gente no se cansa de repetirlos, pero lo que no se menciona nunca son las maravillas de no serlo, como por ejemplo la absoluta libertad de la que disfrutas como individuo. No ser madre no comporta una vida menos plena, simplemente es una vida distinta".
  • Paula Vázquez, presentadora de televisión y periodista. “No dudo que la maternidad es una maravilla, pero a mi me hacen feliz otras cosas".
  • Almudena Fernández, modelo y activista medioambiental. “Opino que la maternidad está sobrevalorada, que hemos elevado esa circunstancia a una condición casi divina”.
  • Sandra Ibarra, modelo y activista. “Nadie me advirtió que podía congelar mis óvulos antes de someterme a os tratamientos [contra el cáncer]. He aprendido a encajarlo, a ser feliz sin hijos".
  • Alaska, cantante. “A mi me gustan los niños, pero de otra manera, como una ‘amigota’. Eso no es ser madre.”

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