El libro que desmonta los bulos machistas a base de datos

En ‘No manipuléis el feminismo’ la periodista Ana Bernal-Triviño acaba con los estereotipos y prejuicios “contrarios a los derechos de las mujeres” que, en el fondo solo tratan de reforzar los viejos mitos de siempre. 

  

Portada del libro 'No manipuléis el feminismo'

Portada del libro 'No manipuléis el feminismo'.

/ D.R.

¿Has oído alguna vez lo de no de ‘ni machismo ni feminismo, igualdad’, o ‘la violencia no tiene género’, o ‘no son feministas, son ‘feminazis’’ o ‘la brecha salarial es un ‘fake’’… Lo cierto es que algunos de estos bulos son más ridículos que otros, la mayoría de ellos son muy dañinos y todos sin excepción comparten algo: son falsos. De demostrarlo se ha encargado la periodista Ana Bernal Triviño en su último libro, 'No manipuléis el feminismo.Una defensa contra los bulos machistas’(Espasa), una impecable investigación que usa los datos y las estadísticas de organismos oficiales para desmontar uno por uno cada bulo machista que trata de mantener y/o crear nuevos estereotipos cuyo fin último no es otro que luchar a través de prejuicios misóginos infundados contra la igualdad y los derechos de la mujer. O sea, contra los Derechos Humanos.

Ana Bernal Triviño es, además de periodista y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya, una relevante escritora feminista. Aparte de sus colaboraciones en medios como Público, El Periódico y en el programa 'La Mañana de La 1', de TVE, Bernal Triviño es una destacada teórica de la comunicación y de los medios digitales y una activista que recibió el el Premio Solidaridad 2017 del Instituto de Derechos Humanos de Catalunya por ser una de las voces más destacadas en el panorama mediático actual de la lucha feminista y de la denuncia de las graves desigualdades de género. Tras poner el dedo en la llaga de los sesgos machistas en las noticias con ‘Hacia una comunicación feminista: 'Cómo informar e informarse sobre violencia machista’ (Editorial UOC), todo un manual para hacer periodismo con perspectiva de género, ahora publica 'No manipuléis el feminismo. Una defensa contra los bulos machistas’ (Espasa) donde vuelve a hacerlo: su pluma fina al servicio de los datos para luchar por una igualdad que en estos momentos, según señala, está amenazada. Hablamos con ella sobre cómo ambos libros, además, se completan ya que sin perspectiva de género es muy difícil hablar e informar, de verdad y sin bulos, sobre igualdad.

La escritora de 'No manipuléis el feminismo', Ana Bernal Triviño

La escritora de 'No manipuléis el feminismo', Ana Bernal Triviño.

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El título completo de tu libro es ‘No manipuléis el feminismo. Una defensa contra los bulos machistas’. ¿Qué está pasando para hayas decidido ponerle ese subtítulo?

Bueno, el título de ese libro surge en el año 2017 a partir de un artículo que hice en el Periódico de Catalunya. En el artículo ya advertía en el momento que se estaba haciendo el feminismo más fuerte que todas aquellas manipulaciones informativas que había en las redes sociales en el espacio virtual estaban aquí teniendo un mayor relieve a través de la política. Por lo tanto lo que ha sucedido del año 2017 al año 2019 es que se ha legitimado ese discurso misógino y en contra de los derechos de las mujeres a través de la política, con la llegada de la ultraderecha al Congreso de los diputados. Hemos pasado de un mensaje machista en un entorno más reducido o un entorno que quedaba limitado porque tenía una reprobación social o un espacio virtual a un espacio que está ocupando agenda informativa constantemente con esas manipulaciones.

¿Crees que habiendo un retroceso en cuanto a estereotipos relacionados con la mujer y con el feminismo?

No solo un retroceso en cuanto a nuestros derechos humanos, sino sobre todo un fortalecimiento de esos estereotipos a través de esa legitimidad que el machismo está teniendo a través de la política. Eso lo único que impide es que los avances que se habían producido en torno a la igualdad tienen el peligro de quedarse estancados. Sabemos que a cada ola feminista le responde una reacción patriarcal, y en este caso no es solo de unos escaños en un Congreso de los Diputados a través de un partido. Es que el machismo a través del supremacismo masculino blanco se lleva fortaleciendo años en EE.UU, y también está la Agenda Europa [una red de líderes que actúa como lobby conservador] cuya misión es atacar el avance de los derechos de igualdad de género, y en concreto sobre todo las libertades sexuales y reproductivas de las mujeres, porque para ellos esos derechos que se han conquistado amenazan al concepto tradicional de familia y de esta manera lo que pretenden justo con su mensaje es reforzar esos estereotipos para mantener ese modelo social.

Además, da la impresión de que no solo no hemos avanzado sino que hay nuevos prejuicios. ¿Crees que es así, por qué y cómo está influyendo a la sociedad?

Por supuesto que en eso consiste en los bulos y la manipulación. Como bien dices no solo no hemos avanzado, porque de hecho solo está desarrollado el 25% de las medidas del pacto de estado, sino que corre peligro todo aquello que aún nos faltaba por conseguir. Estos nuevos prejuicios nacen precisamente del desarrollo y de la mayor potenciación en el discurso del mensaje misógino y en contra de los derechos de las mujeres, y que consiste en el fondo solamente en reforzar viejos mitos. El gran problema es que ellos pretenden con este tipo de bulos sobre todo atacar a las asociaciones feministas y a las propias feministas, sin embargo el gran riesgo es que a quienes se termina afectando y de forma intensa son a las mujeres víctimas y a sus hijos e hijas, porque ven debilitadas todas aquellas premisas que les ofrecen protección cuando las necesitan. Por ejemplo, si se habla mal de la Ley de Violencia de género, terminará afectando a corto plazo sobre estas mujeres, dado que se encontraría una mayor facilidad para activar políticas en contra de esa ley, como por ejemplo bajar su dotación presupuestaria cuando poner en marcha diferentes mejoras que son necesarias. Esto tendría como consecuencia no solo más inmediata ese efecto negativo sobre las víctimas de sus hijos e hijas, sino que corremos el riesgo de empeorar aún la educación en igualdad que necesitan las próximas generaciones. Ya estamos viendo por ejemplo, como entre los jóvenes los celos son unos de los abusos cotidianos.

¿Cómo afectan a las mujeres los bulos machistas? ¿Y a los mismos hombres?

A las mujeres de la forma más directa a la que le afectan los bulos machistas es en la propia vulneración de sus derechos, frenando las nuevas necesidades que se tenían, y paralizando o dejando en una especie de limbo algunas de las actuaciones que había que activar de forma inmediata, además de poner en riesgo lo ya conseguido. En cuanto a los hombres esos bulos les permiten reforzar su autoridad, a través de los estereotipos, pero a la misma vez su existencia también les lleva a estar dependientes de los mandatos de género bajo los que son educados. Es así, cómo se garantiza la supervivencia del machismo.

La escritora Ana Bernal

La escritora Ana Bernal.

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¿Cuáles consideras que son los grandes enemigos actuales del feminismo?

Los grandes enemigos actuales del feminismo como siempre son los machistas, que lamentablemente están en todas las instituciones en la justicia, la política, la religión, el mundo empresarial, ya sea público o privado. La educación es la única salvación a corto plazo para que la situación mejore, pero tenemos nuevas generaciones de jóvenes y adolescentes que están creciendo con un fortalecimiento de esos mensajes misóginos. No solamente en nuestro entorno, sino sobre todo en nuestras redes sociales, con youtubers muy machistas que acercan este tipo de mensaje de manera muy atractiva y con su propio lenguaje. Y por supuesto uno de los grandes enemigos son todos los lobbies de poder que se están organizando particular todo este movimiento, y encauzando se a través de los diferentes partidos de ultraderecha, con el apoyo y la complicidad de los partidos de derecha y de centro derecha.

¿Cómo se puede luchar contra los bulos machistas?

La única manera de luchar contra los bulos machistas es con formación, con una militancia informativa, con una capacidad de reacción que nace del propio conocimiento sobre lo que estamos hablando. Tenemos que tener en cuenta que el feminismo va más allá de la igualdad, es la defensa de los derechos humanos de la mujer. Hay que preguntarle a la sociedad de forma directa si tú estás a favor de los derechos humanos o estás en contra, y entonces hacerles conscientes de lo que eligen y de lo que están votando. Es muy importante tener una memoria histórica feminista, saber lo que han hecho nuestras antecesoras, respetar su agenda, incluir los nuevos temas de debate, y por tanto saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos.

De todos, ¿cuál te parece el más dañino?

El más dañino de todo me parece todos aquellos que tienen que ver con la ley de violencia de género. Fue una ley muy polémica en su momento, que después ha tenido un amplio reconocimiento internacional e incluso fue premiada. Por eso porque es la única herramienta de garantía con la que cuentan las mujeres que son víctimas, pero también sus hijos e hijas, el machismo y entre ellos esos políticos hacen un verdadero esfuerzo por intentar dañar la imagen de esa ley, que durante un tiempo ha tenido un gran consenso social a considerarse que tenía una causa totalmente transversal en la sociedad. Yo siempre digo, cuando se intenta vincular al feminismo con política, que nunca nadie jamás pregunta a una mujer maltratada qué partido vota. No nos interesa, las feministas ayudan impulsa a crear las leyes para salvar a las mujeres de la violencia machista. No hay nada más. Ningún otro tipo de interés. Dañar la imagen de la Ley de Violencia de Género pone en riesgo la protección y asistencia de las futuras víctimas, incluso puede disuadir a los que actualmente dudan de si dar el paso o no de denunciar. Estamos poniendo en peligro un difícil y delicado equilibrio que existía.

¿Y el más ridículo?

Hay muchos ridículos, como el de ‘ni machismo ni feminismo, igualdad’ o ‘ni machismo ni feminismo, persona’, porque son bulos que carecen de cualquier fundamentación. O el hecho de decir ‘yo no soy machista porque tengo madre o mujer’, cuando todos los machistas incluso todos los asesinos que están en la cárcel han tenido madre y mujer. A mí otro que me dejas sin palabras es aquel que dicen que ahora van a necesitar un contrato para saber si pueden tener sexo o no con una mujer. Eso demuestra que han tenido muy mal sexo en su vida o que no saben hacerlo. Hace falta mucha educación afectivo sexual.

En ‘No manipuléis el feminismo’ haces un repaso muy pormenorizado de los bulos machistas que nos están inundando. ¿Se te ha quedado algo fuera que te gustaría comentar?

Me hubiese gustado insistir más en la organización externa de movimiento coordinado por parte del machismo para atacar a los derechos humanos de las mujeres en todos los países, un movimiento que va evolucionando. Desde EEUU con el supremacismo machista blanco pasando por Europa y todo eso con una gran influencia también por parte de la religión. Hace poco los compañeros del diario.es publicaban cómo muchas de estas organizaciones están aumentando en ingresos, como es el caso de HazteOir.org, y todos tienen la misma estrategia. Por ejemplo, diversos informes apuntan cómo tras la victoria de Barack Obama se acentuó un discurso por parte del ala más conservadora en contra de los inmigrantes y culpando a la mujer del descenso de natalidad que se había producido. Esas misma estrategia fue la replicada por Casado en la última campaña electoral, que a su vez copió el mensaje misógino extremo que Vox estaba lanzando, todo por acaparar un mayor espacio de voto. Pensamos que el movimiento feminista está más fuerte, y es cierto, estamos más unidas entre nosotras, pero al mismo tiempo ellos se están reforzando y esas asociaciones machistas también están recibiendo más ingresos.

Hace poco publicaste el libro 'Hacia una comunicación feminista. Cómo informar e informarse sobre violencia machista’. ¿Tiene mucho que ver la falta de perspectiva de género en el periodismo y en general en el mundo de la comunicación con esos bulos machistas que proliferan?

Por supuesto, porque de hecho los periodistas tenemos una serie de consejos y recomendaciones a cumplir en la propia Ley de Violencia de Género pero no se hace. Porque primero, los propios medios, gran parte de los medios, siguen siendo patriarcales. Esto es lo que provoca sobre todo es un daño directo a la víctima, se la revictimiza y sobre todo se tiende a seguir utilizando estereotipos y mitos porque lo fácil es caer en los clichés. Pero eso termina por ocultar que todo es un sistema y trata estos casos como algo aislado, como un crimen individual cuando todos están conectados. Tenemos que insistir en la estructura de la propia violencia machista, y comprender los procesos psicológicos de la víctima para entender muchas de sus reacciones, y para también aprender a entender las estrategias del agresor. Aunque, afortunadamente, muchas compañeras en los últimos años están abriendo camino cada una dentro de las propias reacciones para traer esta nueva visión igualitaria. Una comunicación feminista es necesaria para que esta sea democrática y representativa

En 'Hacia una comunicación feminista’ hablas de cómo informar e informarse sobre violencia machista. ¿Cuál es tu balance de la situación?

El balance, como te decía antes, es que muchas compañeras están abriendo camino, están creando una nueva conciencia la información en su entorno más cercano, pero sin embargo se siguen cometiendo errores. Sobre todo en la televisión, o en algunos programas de las mañanas, o por ejemplo en programas que siguen perpetuando ese tipo de estereotipos. No se está implantando de forma adecuada ese periodismo feminista. Un periodismo que tiene que ser representativo de toda la sociedad, que tiene que ser democrático. Tenemos que asumir que esas peticiones que nos hacía la Ley tienen un objetivo, el de cumplir con la función social y el compromiso que tiene el periodismo, porque es el que genera una opinión pública y, al fin al cabo, es la opinión pública la que termina votando y tomando decisiones e influyendo en el desarrollo o la paralización de los derechos manos de la mujer.

¿Qué cinco recomendaciones darías para informar correctamente sobre violencia de género?

Conocer el proceso psicológico de la víctima, los convenios internacionales y nuestras leyes, pensar que el machismo es sistémico, no olvidarse de los menores y que los agresores no son locos ni enfermos. Evitar reforzar estereotipos, documentarse y mucha hemeroteca.

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