Las jugadoras de balonmano no tendrán que llevar bikini pero la alternativa ya ha inspirado alguna queja

Las protestas de las jugadoras de balonmano noruegas han sido escuchadas y no tendrán que llevar bikini en los encuentros. Eso sí, hay que comentar la nueva indumentaria. 

La selección nórdica de balonmano playa

La selección nórdica de balonmano playa disputa la final femenina de consolación del Europeo con mallas, pese a la amenaza de multa y de descalificación. La normativa señala como obligatorio para ellas el uso de un bikini en el que el pantalón "no tenga más de 10 centímetros en los lados".

/ D.R.

Buenas noticias, aunque podrían ser mejores: las quejas que emitieron el verano pasado las jugadoras de la selección noruega de balonmano playa, quienes se rebelaron contra la normativa que las obligaba a llevar un bikini de pequeño tamaño en las competiciones, han sido tenido en cuenta por la Federación Internacional de Balonmano (IHG). Así, dicha organización ha decidido que ya no será obligatorio que las jugadoras lleven "un bikini donde la parte superior debe ser un sostén deportivo ajustado con abertura en los brazos y la parte inferior no debe tener más de diez centímetros en los lados", un requisito que parecía más ideado para garantizar un espectáculo sexista que para garantizar la comodidad de las deportistas, como estas se encargaron de señalar en la última final europea.

La noticia ha alegrado a muchos después de que este verano el equipo noruego acudiera a la final del Campeonato Europeo ataviado con mallas y top, una 'rebeldía' que fue muy aplaudida por las redes a la vez que castigada por la Federación Europea, que sancionó al equipo con una multa de 1.500 euros, la cual la cantante Pink se ofreció a pagar.

"Después de muchos años de tratar de cambiar el código de vestimenta en nuestro deporte, finalmente lo hemos conseguido. Sabemos que hay muchos jugadoras que han rechazado jugar a balonmano playa por el anterior uniforme. Hemos dado un paso en la dirección correcta y esperemos que el deporte parezca más abierto e inclusivo ahora . Estamos deseando llamar la atención por nuestros logros y no por nuestro look", reza el perfil de Instagram de Norway Beach Hand Ball Women, que engloba a las jugadoras de este deporte en Noruega.

¿La nueva normativa es, entonces, una victoria para el deporte femenino? Sí... pero no del todo, ya que el nuevo uniforme todavía dista mucho de igualarse al de sus compañeros masculinos, que pueden llevar pantalones más largos y sueltos, hasta 10 centímetros por encima de la rótula, según se han encargado muchos de señalar. Así, aunque ahora las mujeres también pueden llevar pantalones cortos, estos deben ser "ajustados al cuerpo" y más escuetos.

"El uniforme consiste en una camiseta sin mangas ajustada al cuerpo, pantalones cortos ajustados y accesorios permitidos", establece la regla, contra la que ya se han alzado algunas voces como la de la activista Talitha Stone, que ha recogido varias firmas. "Espero que este sea el comienzo del fin del sexismo y la cosificación de las mujeres y niñas en el deporte. Y que en el futuro todas las niñas y mujeres sean libres para participar en un deporte sin temor a vestuarios fallidos o acoso sexual", ha expresado en unas declaraciones que publica The Guardian.

La protesta de la selección noruega de balonmano recorrió este verano las redes y las conciencias, dando visibilidad a un problema que, hasta ahora, muchos habían pasado por alto y que animó a otras deportistas a alzar su voz. Así, un mes después eran las gimnastas alemanas quienes se plantaban contra la "indumentaria sexista" que debían lucir en las pruebas -unos uniformes tipo bañador- y se presentaban en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio con unos monos elásticos en colores fucsia y negro con pantalón lrgo que cubría toda la pierna.

Ya en abril, la Federación Alemana de Gimnastas (DTB) había informado de que tres de sus gimnastas habían elegido llevar uniformes largos en protesta contra "la sexualización en la gimnasia" y mostró su apoyo a la iniciativa, sosteniendo que las gimnastas debían sentirse cómodas en su ropa en todo momento. ¿Y no tiene razón?

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