Duffy vuelve a referirse a la terrible experiencia que la alejó de la música, a la soledad y a lo que ha sido lo peor del duelo

La cantante de 'Mercy' comparte con sus seguidores lo que ha padecido durante la última década para "salir de la oscuridad". 

Duffy a punto de pisar España
Duffy a punto de pisar España

El pasado mes de febrero, Duffy, la cantante que había logrado con su tema 'Mercy' dominar las listas musicales de 2008, reapareció tras años de silencio y sobrecogió a las redes revelando la terrible realidad que había vivido hace una década, que era también el motivo por el que no habíamos vuelto a saber nada de la británica.

"Fui violada, drogada y secuestrada durante varios días", explicó a través de Instagram, antes de tranquilizar a sus fans asegurando que ahora se encontraba "bien y a salvo" tras un largo tiempo de recuperación, un duelo muy duro. Ahora, la artista ha vuelto a utilizar internet (en concreto su página 'Duffywords.com') para compartir más detalles de aquella experiencia que no solo le hizo alejarse de la música, sino de su familia y de sus seres queridos. Lo ha hecho por si pueden servir de "alivio a quien pueda que esté saliendo de la oscuridad". Y porque "no hay mayor agonía que llevar una historia sin contar dentro de ti", indica parafraseando las palabras de la escritora Maya Angelou.

"Si estás leyendo esto, debo advertirte de que contiene información que puede ser molesta", avisa antes de desvelar que la violación que había sufrido se convirtió "en un acompañante" destructivo que le hizo ser solitaria y encerrarse en sí misma, huyendo de sus parientes y amigos. Y sin que la discográfica, sus músicos, los promotores... supieran una palabra de lo sucedido.

"Era mi cumpleaños. Fue drogada en un restaurante, continué siendo drogada durante cuatro semanas y viajé a un país extranjero. No puedo recordar subirme al avión (...). Fui metido en una habitación de hotel y el violador volvía y me violó. Recuerdo el dolor y tratar de estar consciente en la habitación después de que sucediera. Estuvo encerrada con él durante un día, él no me miraba, estaba de alguna manera consciente y colocada".

"Valoré escapar mientras él dormía pero no tenía dinero y tenía miedo de llamara a la policía, por escaparme, y tal vez podrían atraparme como a una persona perdida".

"No sé cómo tuve la fuerza para aguantar esos días (...). Volé de vuelta con él y cuando llegué a casa, me senté, como un zombie. Sabía que mi vida estaba en peligro, él sugirió que quería matarme. Con la poca fuerza que tenía, mi instinto entonces fue correr, encontrar un lugar para vivir donde él no pudiera encontrarme".

"El violador me drogó en mi propia casa durante cuatro semanas, no sé si me violó durante ese tiempo, solo recuerdo dando vueltas en coche en el país extranjero". Durante el tiempo que estuvo en el extranjero, no fue drogada. "Pensé que me habían dado algún tipo de droga que no podían viajar con ella".

Después de que aquello ocurriera, "alguien supo que había llegado a casa y me vio en mi balcón mirando al vacío, con una manta. No recuerdo llegar a casa. Aquella persona dijo que tenía el rostro amarillo y que parecía una muerta. Estaba asustando pero no quiso interferir".

Duffy añade que más tarde no se sentía segura de ir a la policía. A la primera persona que habló de todo fue a una psicóloga, que fue fundamental para ayudarla en un momento en el que la artista no descartaba el suicidio. Pasaría tiempo hasta que le contara su historia a una agente de policía.

"Estoy compartiendo esto porque vivimos en un mundo doloroso y no me siento ya avergonzada de que algo me hirió profundamente", subraya, porque la violación "es como vivir a un asesinato, estás viva, pero muerta".

La necesidad de salir de esa oscuridad es lo que le ha llevado a hablar. Y a conseguir algo que no había conseguido: sentirse libre.

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