Adriana Cerezo, taekwondista de 17 años, primera medalla para España en los Juegos Olímpicos de Tokyo

La más joven de toda la delegación española ha ganado la medalla de plata tras superar a varias de las mejores del mundo durante su participación en Tokyo2020.

Adriana Cerezo, primera medallista española en Tokio 2020

Adriana Cerezo, primera medallista española en Tokio 2020.

/ Twitter @coe_es

La delegación española en los Juegos Olímpicos de Tokyo2020 ha comenzado el primer día de competición con una grandísima noticia: la primera medalla, honor que ha correspondido a Adriana Cerezo, taekwondista madrileña de tan solo 17 años de edad. La más joven de toda la delegación española.

No ha sido el ciclismo con Alejandro Valverde y compañía, tampoco el judo donde existían opciones, sino el taekwondo, una práctica en la que nuestros deportistas siempre están entre los mejores del mundo de las distintas categorías.

Lo sorprendente, dentro de que no es una medalla completamente inesperada porque Adriana Cerezo era una promesa en ciernes y hace apenas tres meses se proclamó campeona de Europa en su categoría, menos de 49 kg, pero no dejaban de ser sus primeros Juegos y siendo todavía menor de edad. No en vano, hace apenas mes y medio estaba haciendo la prueba de acceso a la universidad -se ha matriculado en criminalística-.

Una competición impresionante

Una competición impresionanteNacida hace 17 años en Alcalá de Henares, Adriana Cerezo, que se enganchó al taekwondo gracias a las películas de artes marciales, no solo se ha alzado con la medalla de plata, la primera de España en Tokyo2020, es que lo ha hecho con una competición impresionante, a la altura de una recompensa final con sabor agridulce porque ha perdido el oro en los últimos segundos del combate definitivo.

Tras un sorteo muy complicado, ha ido superando en las distintas rondas -en el taekwondo olímpico cada combate es eliminatorio- a algunas de las grandes favoritas al oro. Entre ellas, la serbia Tijana Bogdanovic, número dos del mundo, y a la doble campeona olímpica Jingyu Wu, a la que ha apalizado en cuartos de final.

En las semifinales ha vuelto a derrotar claramente a su rival, la turca Rukiye Yildirim, número 3 del mundo, por un tanteo de 39-19. Ya en la final, el combate ante la tailandesa Panipak Wongpattanakit, número uno del mundo, ha sido mucho más igualado.

El primer round lo ha dominado Adriana Cerezo pero su rival ha reaccionado en el segundo, llegando al descanso con ventaja. En el tercero y definitivo, la deportista española ha remontado el marcador hasta ponerse por delante pero a falta de cinco segundos ha perdido tras recibir una patada en el pecho que le ha valido a la asiática los dos puntos definitivos para alzarse con la medalla de oro.

La sonrisa adolescente, de pura felicidad, de la que ha hecho gala frente a las cámaras a lo largo de toda la jornada, se ha convertido entonces en lágrimas de rabia por haber tenido tan cerca la posibilidad de ser campeona olímpica.

A pesar de que el final ha sido triste para ella, Adriana Cerezo ha disfrutado a lo grande de la experiencia olímpica y con ella todos los que hemos seguido su competición por televisión su gesta histórica, tal y como ella hiciera junto a su padre, según confiesa en Marca, en el año 2012 con la medalla de Brigitte Yagüe, una de las mejores taekwondistas de la historia de nuestro país.

Entonces, Adriana Cerezo tenía solo 8 años y menos de una década después es ella la que se sube al podio de unos Juegos Olímpicos. Y tiene, a sus 17 años, toda su carrera deportiva por delante.

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