Constanza Tabbush, investigadora de ONU Mujeres: “En ningún país las mujeres tienen las mismas oportunidades y derechos que los varones”

En el Día Internacional de la Mujer, aunque reconoce avances en violencia de género, salud y educación, la socióloga advierte de la falta de igualdad real y alerta: “47 millones de mujeres y niñas han sido empujadas a la pobreza por la pandemia”.

Asamblea General de la ONU en Nueva York con motivo del Día Internacional de la Mujer 2020.

Asamblea General de la ONU en Nueva York con motivo del Día Internacional de la Mujer 2020.

 

/ UN Women/Ryan Brown

Hace justo un año se celebró el Día Internacional de la Mujer en las calles de todo el mundo. Apenas unos días después, ese mundo cambió, asolado por una pandemia que ha golpeado con dureza a todo el planeta y se ha cebado especialmente en mujeres y niñas: “47 millones han sido empujadas a la pobreza como resultado de la pandemia”, nos recuerda Constanza Tabbush, especialista de Investigación en ONU Mujeres.

Constanza Tabbush, investigadora de ONU Mujeres

Constanza Tabbush, investigadora de ONU Mujeres.

/ Twitter

Socióloga especialista en género, movimientos sociales y política social con numerosos artículos publicados y un doctorado por Universidad de Londres, antes de unirse a ONU Mujeres, trabajó como investigadora adjunta en la Universidad de Buenos Aires y el Consejo Nacional de Científicas y Técnicas en Argentina. Además, Constanza Tabbush es coautora de la última edición del informe global ‘El progreso de las mujeres en el mundo’, publicado por la entidad de la ONU destinada a fomentar el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género. De cara al 8 de marzo, le hemos pedido que nos haga una radiografía de la situación de las mujeres en el mundo. Ella recalca que aún no se ha logrado la igualdad real de género en ningún país y anima a los líderes globales a buscar soluciones en el activismo y los movimientos feministas que "proponen nuevas y valientes alternativas para un mundo diferente, desafiando las asimetrías de poder que han llevado al mundo al actual estado de crisis".

¿Podrías hacernos una valoración general sobre la situación actual de las mujeres en el mundo?

En el 2020 nos enfrentamos a una crisis inesperada que profundizó las desigualdades históricas preexistentes, y que afectó en forma desproporcionada a las mujeres. En el Día Internacional de la Mujer hay que subrayar que todavía no se alcanzó la igualdad de género en ningún país del mundo. En ningún país las mujeres tienen las mismas oportunidades y derechos que los varones.

¿Hay una brecha entre la situación de las mujeres en los llamados países del Norte y los del Sur?

La mejor situación socioeconómica del Norte Global ha permitido, por supuesto, que gran parte de las mujeres que habitan allí gocen de mejores condiciones que las que viven en el Sur Global. Aun así, las desigualdades de género persisten en ambos contextos, y por eso los movimientos de mujeres de distintas partes del mundo han trabajado y siguen trabajando en forma articulada para lograr los avances que recién te comentaba. Creo que las agendas y acuerdos internacionales que incumben a todas las mujeres del mundo son clave para cerrar las brechas que persisten, y para afrontar los nuevos desafíos que plantea la pandemia. Contamos con instrumentos internacionales y una hoja de ruta clara firmadas por la gran mayoría de los Estados respecto a las políticas que es necesario implementar, como por ejemplo la Plataforma de acción de Beijing o la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Sabemos lo que se necesita, lo que resta es voluntad política para ponerlo en práctica.

Asamblea General de la ONU en Nueva York con motivo del Día Internacional de la Mujer 2020.

Asamblea General de la ONU en Nueva York con motivo del Día Internacional de la Mujer 2020.

 

/ UN Women/Ryan Brown

¿En qué hemos avanzado?

Aunque persisten enormes desigualdades de género que hay que atender con urgencia, en este día también es importante celebrar algunas victorias. Gracias a los movimientos de mujeres, desde las sufragistas de principios del siglo veinte hasta las jóvenes activistas de hoy, se han logrado importantes avances que hacen que la vida y las expectativas de las niñas hoy sean en varios sentidos más auspiciosas que la de sus madres y abuelas. La mejora en los indicadores de salud y educación de las mujeres y niñas, por ejemplo, es uno de los principales logros de los últimos 25 años. Desde 1995, también hubo un progreso constante en la promulgación de leyes para prevenir y erradicar la violencia de género, y la proporción de mujeres en puestos legislativos se ha duplicado. Sin embargo, estos avances y el progreso de la situación de las mujeres en el mundo sigue siendo lento y gradual.

En concreto, ¿qué ha supuesto la pandemia respecto a la igualdad de género?

A un año del inicio de la pandemia, definitivamente podemos decir que ha tenido un gran impacto negativo en las mujeres de todo el mundo. Si bien los varones en general sufren tasas más elevas de mortalidad como consecuencia del Covid-19, las mujeres han sido más afectadas por sus consecuencias económicas y sociales: en tanto víctimas de violencia de género que, en muchos casos, se vieron encerradas en sus casas con sus agresores; como trabajadores precarizadas, a menudo sin protección social, y en sectores, como el de servicios o el turismo, que se han visto particularmente perjudicados por la pandemia; y son ellas también las que han aumentado el tiempo que dedican a limpiar, cocinar, cuidar y apoyar a sus hijes en su aprendizaje para compensar el cierre de las escuelas y otras instituciones o servicios.

¿Qué consecuencias puede tener esta crisis sanitaria en la situación de las mujeres y las niñas?

Si no se toman acciones inmediatas, la pandemia amenaza con socavar los logros de las últimas décadas que recién mencioné. Ya estamos viendo señales preocupantes en materia de educación, empleo y pobreza. Alrededor de 11 millones de niñas no podrán regresar a la escuela por efecto de la pandemia. Un gran número de mujeres han abandonado el mercado laboral en este período. En particular, las mujeres madres están siendo expulsadas del trabajo remunerado, debido a la sobrecarga de trabajo de cuidados no remunerado. No es casual, por ejemplo, que en América Latina sean las mujeres con hijos menores de 6 años las que experimentaron la caída más pronunciada en la participación laboral. En los EE. UU., donde 5,4 millones de mujeres perdieron sus trabajos en 2020, una cuarta parte de estas mujeres dijo que se debía a la falta de servicios de cuidado infantil.

¿Cuáles son vuestras previsiones para 2021?

Estamos en medio de una crisis sin precedentes y pareciera que los gobiernos no le están prestando suficiente atención. Es altamente esperable que los efectos de esta crisis sean graves y duraderos. Sabemos por crisis anteriores, por ejemplo, que el empleo y los ingresos de las mujeres se recuperan mucho más lentamente que los de los varones. Nuestras proyecciones muestran no solo que habrá un aumento significativo de la pobreza como resultado de la pandemia, sino también que las brechas de género se profundizarán. En 2021, se prevé que 435 millones de mujeres y niñas vivan con menos de 1,90 dólares al día globalmente, incluidas 47 millones que han sido empujadas a la pobreza como resultado de la pandemia. El feminismo ha vivido un tremendo auge en los últimos años.

¿Qué han supuesto movimientos como el #MeToo o #NiUnaMenos, en los que las mujeres han alzado sus voces para denunciar los abusos sexuales y la violencia machista?

En todo el mundo, los movimientos de mujeres, con las jóvenes activistas a la cabeza, están desafiando este progreso lento y gradual, y las feministas están hoy reclamando impacientes por un cambio sistémico frente a las consecuencias de la pandemia. Hay que escuchar sus demandas y actuar en consecuencia. Los líderes mundiales podrían aprender de estos movimientos y la manera transversal en que operan cruzando fronteras políticas, y considerando que su trabajo para promover los derechos de las mujeres está indisolublemente ligado al logro de la justicia económica, social y ambiental para todos y todas.

¿Qué es lo que deberían de aprender los líderes mundiales del activismo feminista?

Estos movimientos proponen nuevas y valientes alternativas para un mundo diferente, desafiando las asimetrías de poder que han llevado al mundo al actual estado de crisis. El activismo de las mujeres jóvenes por la justicia ambiental en África, por ejemplo, ha puesto de relieve los impactos de las industrias extractivas y los patrones no sostenibles de consumo y producción. Y el movimiento “Ni una menos” en América Latina, ni más ni menos ha logrado popularizar las demandas feministas, tras construir sólidas alianzas entre clases para exigir acciones en materia de violencia contra las mujeres y niñas, al mismo tiempo que desafiar la inseguridad económica asociada con las crisis de la deuda pública y las medidas de austeridad fiscal.

En 2019, ONU Mujeres publicó su informe ‘Progresos en el mundo de las mujeres’, del que usted es coautora. Uno de los principales hallazgos era que la familia es un espacio para la realización de los derechos de las mujeres, incluso más importante que el mercado o la política. ¿Cómo deberían tener eso en cuenta las leyes, las políticas públicas y los fondos para promover la igualdad de género?

En todo el mundo, las familias cumplen un papel determinante en la vida y el empoderamiento de sus integrantes. Por lo general, al interior de las familias las personas comparten recursos como la vivienda y/o los ingresos. Suelen, además, ser el lugar donde niñas y niños, personas mayores o dependientes reciben los cuidados que necesitan. Sin esa labor doméstica y de cuidados, las economías y sociedades sencillamente no podrían funcionar. El ámbito familiar, sin embargo, no siempre es seguro e igualitario. Con frecuencia, mujeres y niñas sufren violencia y discriminación en ese entorno. A lo largo de su vida, alrededor de un tercio de mujeres son víctimas de abuso físico o sexual por parte de su pareja. A su vez, el trabajo doméstico y de cuidados no se distribuye equitativamente ni entre mujeres y varones, ni entre las familias, el mercado y el Estado. Pero, a diferencia de lo que comúnmente se cree, estas desventajas no son naturales, ni tampoco inevitables. Con leyes y políticas adecuadas estas desigualdades pueden disminuir, y con ello se beneficiará a las mujeres y a las sociedades en su conjunto.

¿Cuál sería el objetivo más importante a corto plazo?

Hoy existe un desafío urgente: promover que las familias sean un espacio de igualdad y justicia que potencie las capacidades de todos sus integrantes, y realice sus derechos. Con el informe global “Familias en un Mundo Cambiante”, ONU Mujeres llama a gobiernos, sociedad civil y sector privado a reconocer su enorme diversidad y a implementar un políticas integrales orientadas a las familias y la igualdad de género. Así, con el apoyo de políticas sociales y económicas adecuadas, las familias pueden ser un entorno igualitario de amor y afecto donde mujeres, varones y niñas/os desarrollan su identidad personal y un sentido de pertenencia, así como un motor para que las economías prosperen.

Por último, se habla mucho de feminismos y hay una gran discusión interna pero también pública sobre esos feminismos y sus ideas diversas, ¿te parece una fortaleza o que puede debilitar el movimiento feminista?

Como en cualquier gran movimiento, me parece inevitable que dentro de los feminismos surjan distintas corrientes, o ideas diversas. Hay discusiones históricas cuyas posiciones parecen irreconciliables (como el debate entre las abolicionistas y las regulacionistas) y seguramente lo sigan siendo. Ello no implica que el movimiento feminista se vea debilitado. Es más, es justamente de esos debates de donde surge su fortaleza. El movimiento feminista trasciende esas discusiones que van a seguir existiendo. Lo relevante es mantenerse unidas en la lucha por la igualdad y el fin del sistema patriarcal.

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