Les toca el turno a ellas

“L-Word” es una serie sobre lesbianas dirigida tanto a homosexuales como a heterosexuales, y que bebe de sus antecesoras.

«¿Qué tal tu ligue de ayer, Shane?»«Bueeeno. He tenido noches más divertidas frente al televi

«¿Qué tal tu ligue de ayer, Shane?» «Bueeeno. He tenido noches más divertidas frente al televisor.»

Si ha triunfado en Estados Unidos, Inglaterra y Francia no tiene por qué no hacerlo en España. Es lo bueno de estar a la cola, que aunque las cosas nos lleguen tarde, lo hacen con la garantía de unos cuantos miles de espectadores convencidos. Una serie que trata un tema original con la perspectiva de las sitcoms que nos han mantenido tantas noches pegadas a la pequeña pantalla.

Friends

Al igual que la troupe capitaneada por Jennifer Aniston, las chicas de L-Word se reúnen en un bar, The Planet, propiedad de una de ellas. Es su centro de encuentr0, donde ponen en común sus deseos, preocupaciones y donde, por supuesto, cotillean todo lo que pueden y más. La amistad es un tema importante en “L”, mientras que la familia queda en un segundo plano. Pese a sus diferencias, forman un grupo más o menos homogéneo que se apoya en las situaciones difíciles. Aun así, no tienen ningún reparo en tirarse pequeñas puñaladas camufladas bajo el socorrido pretexto de la sinceridad.

Sexo en Nueva York

Sarah Jessica Parker estaría orgullosa (¿o tal vez celosa?) de ellas. En “L” hay sexo. Mucho. Sexo infiel, sexo cariñoso, sexo por compasión y sexo por devoción, como el que practica Shane, el personaje más sensual de la serie. Su actitud provocativa genera una sonrisa en la pareja formada por Tina y Bette (la más estable a priori) y unos profundos celos en Dana y Alice, poco dotadas para el flirteo. Las escenas de sexo son bastante explícitas, lo que se puede entender como un paso más para la normalización de este tipo de relaciones o como un mero gancho que, seamos francas, siempre funciona.

Mujeres desesperadas

Aunque casi todas llevan vidas bastante privilegiadas, cada una arrastra su cruz. Jenny recibe un anillo de compromiso de su novio el día después de haberse acostado con una mujer por primera vez. Kit intenta encontrar un hueco en el mundo de la música. Dana no saca a la luz su homosexualidad porque cree que puede perjudicar su carrera de tenista profesional. Una retahíla de problemas que no las convierte en mujeres desesperadas al estilo de la serie que ahora triunfa con su segunda temporada, pero casi. Como en aquélla, bajo una apariencia de normalidad, cada personaje hilvana un ovillo de sentimientos contrapuestos que confirma que los problemas crecen... pero eso es otra serie, ¿no?

Síguele la pista

  • Lo último