Helena Christensen, fotógrafa por un día

De fotografiada a fotógrafa. La ‘top’ Helena Christensen expone sus instantáneas en Colette. Confirmado: lo suyo va en serio.

Helena Christensen, fotógrafa por un día
Helena Christensen, fotógrafa por un día

Naomi se creyó una popstar y enloqueció por un bailarín. Cindy ejerció de Jane Fonda con lunar. Heidi acabó en la cama con Flavio Briatore, el Umberto Janeiro italiano. Kate, bueno, de Kate mejor no hablamos. Las modelos que crearon el término top model sobreviven a lo efímero de su trabajo como pueden. ¿Todas? No. Helena Christensen, danesa, 38 años, ha sido capaz de no resbalar al final de la pasarela. A ella (de quien Versace dijo que tenía «el cuerpo más hermoso del mundo»), como a muchas otras del gremio, la fama le llegó de golpe y porrazo un buen día quería ser fotógrafa y al día siguiente todos querían fotografiarla. Dejó la pasarela y casi la publicidad (acaba de posar para un anuncio de Moët Chandon realizado por Karl Lagerfeld). Se enfrascó en la dirección artística de la revista “Nylon” y se puso manos a la cámara. Las consecutivas “An Eye for Beauty” (fotos realizadas con el móvil Sony Ericsson K750i) y “Princess and Princesses” demuestran que elegió el buen camino.

—¿Qué te hizo abandonar la pasarela?

—No pude soportarlo más. Durante un tiempo, fue divertido. Esas pelucas, pestañas postizas, wonderbras… Interpretaba un papel que no era el mío, hasta que me cansé.

—¿Lo aborreciste?

: fue una invención de los medios, aunque puedo entenderlo. Realmente, coincidimos una generación de chicas con un enorme carisma y profesionalidad.

—¿Qué es lo más atractivo de tu profesión?

—Me entusiasma revelar mis fotografías. Me veo reflejada en ellas. Es como si a través de esas instantáneas pudiera dar cuerpo a todas las horas que he pasado viajando. Como si fueran un diario, pero en imágenes.

—¿Cuáles son tus grandes referentes?

—Pues, los clásicos: Bruce Weber, Irving Penn…

—Icono de la moda, una artista respetada… ¿Aún te queda algún sueño por cumplir?

—Muchos. Antes tenía uno recurrente: me llamaba la agencia Magnum para contratarme.

—¿Crees que el hecho de haber sido modelo te facilita el trabajo de fotógrafa?

—En absoluto, pero creo que resulta más extraño para las modelos que para mí. Cuando estoy detrás del objetivo, me olvido por completo de mi pasado profesional.

—Robbie Williams, Bono o Michael Stipe son algunos de los personajes famosos que han aceptado posar para ti. Pero, ¿a cambio de qué?

—¡De nada! Ante todo está la amistad. Incluso le propuse a Michael cantar con él, pero por desgracia todavía no lo he conseguido, al menos sobre un escenario. En un hotel y a altas horas de la noche… Eso ya es otra historia.

—¿Tu mayor error como fotógrafa?

—Ir a hacerle fotos a alguien como Orlando Bloom… ¡Y olvidarme de poner el carrete!

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