Sandra Newman: “En un mundo sin hombres, las mujeres tendrían menos razones para tener miedo”

La escritora norteamericana firma la novela más controvertida de la temporada, Un mundo sin hombres. En ella responde a una escalofriante pregunta: ¿Qué pasaría si desaparecieran todos los varones del planeta?

Sandra Newman

La escritora Sandra Newman. © George Baier

/ © George Baier

En apenas unas páginas, la novela Un mundo sin hombres, de la escritora norteamericana Sandra Newman, ya te deja estremecida. Sin hacer spoiler en absoluto, ya que ocurre en las primeras páginas, en esta distopía todos los hombres desaparecen de la faz de la Tierra, incluidos los que apenas eran un proyecto de feto con cromosoma. Y lo hacen sin razón aparente, o al menos, quien lo lee la desconoce. Las mujeres y niñas se quedan solas y la autora se dedica a responder a una pregunta: ¿Qué pasaría si desaparecieran todos los varones del planeta?

La escritora señala que ha seguido una larga tradición de historias de ciencia ficción sobre sociedades sin hombres y recuerda títulos como El hombre hembra, de Joanna Russ, La puerta al pais de las mujeres, de Sheri Stewart Tepper, Matriarcadia, de Charlotte Perkins Gilman o Houston, Houston, ¿me recibe?, de Alice B. Sheldon –que firmó con el seudónimo de James Tiptree Jr.–. “Leo estas novelas desde que era adolescente”, cuenta Sandra Newman “lo habitual en ellas es que los hombres morían en una plaga o habían sido segregados de las mujeres hace mucho tiempo. La vida sin ellos es siempre notablemente mejor: más igualitaria, más pacífica, más libre”.

Por el contrario, asegura que Un mundo sin hombres “es un poco diferente porque los hombres desaparecen al comienzo de la historia, a través de una agencia misteriosa que nadie entiende. Quería hacerlo de esa manera porque, si alguna entidad invisible borra a los hombres, asumimos que los ha juzgado y los ha encontrado deficientes, aunque no se ofrece ninguna explicación al respecto”.

A partir de ahí comienzan las dudas y preguntas, que se hace quién lo lee casi al mismo tiempo que las protagonistas del libro. “Esto invita al lector (y a los personajes que han sobrevivido) a decidir por qué se les enjuició y si están de acuerdo o no con el veredicto y, por lo tanto, si piensan que la agencia invisible es mala o buena. Por supuesto sentimos que, de alguna manera, fueron las mujeres las que hicieron desaparecer a los hombres a través de sus propios deseos inconscientes”, explica Newman.

La novela lleva a cuestionarse si un mundo sin hombres sería más seguro para mujeres y niñas, qué sectores masculinizados tendrían problemas para seguir funcionando o los sesgos que cargamos sobre qué es lo masculino y lo femenino. Al respecto, la autora recuerda los roles de género que adjudicamos y que hacen que para un hombre adoptar una conducta femenina se considere humillante, pero que también “puede verse como un fracaso humillante que una mujer haga algo femenino, si tiene un rol de liderazgo”.

Pese a todo, la escritora no considera que un mundo sólo de cromosomas XX estuviera más cerca de la perfección. “Creo que los errores serían demasiado similares a los que comete la gente ahora”, dice. Eso sí, admite que quizá “algunos problemas podrían desaparecer porque habría menos presión para ser masculino y duro” y reconoce que “aunque no creo que un mundo sin hombres sea la respuesta a nada, me interesaría mucho una política sin masculinidad”.

¿De dónde nace tu idea de un mundo repentinamente sin hombres?

Creo que esta es una fantasía bastante universal. De hecho, descubrí que cada vez que le digo a la gente (hombre o mujer) la premisa del libro, se ríen al reconocerlo. También asumen sin que se les diga que la vida mejora para las mujeres cuando los hombres se van. Para ser honesta, he llegado a encontrar esta reacción un poco inquietante.

Es fascinante contemplar a través de las páginas de tu distopía un mundo sin presencia masculina. Surgen muchas preguntas... La primera, ¿te dio pena borrar a los hombres, qué sentiste al escribirlo?

Eché mucho de menos a los hombres mientras escribía este libro y me pareció muy comprensible que algunos de mis personajes estuvieran obsesionados con recuperarlos. También descubrí que se convirtió, naturalmente, en una novela de terror. En la superficie, es una utopía, pero una utopía obsesionada por un crimen tan grande que es inconcebible. También encontré emocionante ver cómo los personajes femeninos se expandían de forma natural para llenar el espacio que dejaban los hombres, y cómo se sentía habitar (aunque solo fuera en la imaginación) una sociedad en la que todo el poder era femenino.

Un mundo sin hombres, de Sandra Newman (Seix Barral)

Portada de la novela 'Un mundo sin hombres', de Sandra Newman (Seix Barral)

/ DR

En un mundo sin hombres, ¿dejarían las mujeres de tener motivos para tener miedo?

Yo no llegaría tan lejos. Quiero decir, una prisión de mujeres no es un lugar donde todas se sientan completamente seguras. Pero las mujeres tendrían menos razones para tener miedo en un mundo sin hombres. Si un barrio es peligroso de noche, casi nunca es por violencia femenina. Así que me imagino que habría una gran diferencia, no solo para las mujeres sino también para los niños. Eso podría cambiar al final, a medida que la sociedad evolucionara, pero no ocurriría de la noche a la mañana.

¿Qué crees que deberíamos reflexionar sobre la 'parte masculina' del mundo, qué cosas deberían cambiarse para mejorar el mundo, sin tener que borrar a los hombres?

Creo que todos estamos atrapados en una mentalidad en la que ciertas cosas se ven como masculinas y otras como femeninas, y que un hombre haga algo femenino se percibe como un fracaso humillante. De hecho, incluso que una mujer haga algo femenino puede verse como un fracaso humillante, si tiene un rol de liderazgo. Dado que la violencia, la dureza y ganar a toda costa se clasifican como masculinos, terminamos con mucha brutalidad y crueldad sin sentido por parte de las personas en el poder. Eso puede significar la guerra de Putin en Ucrania o el encarcelamiento masivo y los tiroteos policiales en Estados Unidos. Así que no creo que un mundo sin hombres sea la respuesta a nada, pero me interesaría mucho una política sin masculinidad.

Y en cuanto a la ‘parte femenina’, ¿qué errores podrían cometer las mujeres en un mundo sin hombres, solas?

Creo que los errores serían demasiado similares a los que comete la gente ahora. Algunos problemas podrían desaparecer porque habría menos presión para ser masculino y duro. Incluso es posible que las mujeres sean naturalmente menos violentas, al menos en promedio, por alguna razón hormonal. Pero no creo que el racismo u otras formas de prejuicio desaparecieran en absoluto, tendrías la misma cortedad de miras, camaradería y decisiones egoístas. Me gustaría creer que en un mundo exclusivamente femenino no habría pobreza. Pero creo que las mujeres son tan buenas como los hombres en pensar razones por las que sus propios lujos y privilegios son muy merecidos, y que sería una injusticia perderlos, mientras que otras personas no se han ganado alimentar a sus hijos.

Otra cosa que llama la atención en el libro es el colapso de los sectores masculinizado al desaparecer los varones… ¿Qué crees que pasaría si fuera cierto?

Cuando comencé a escribir el libro, una de mis primeras preocupaciones era que no habría suficientes pilotos e ingenieros en el nuevo mundo que había creado. Así que pasé mucho tiempo estudiando detenidamente sitios web que me decían la tasa por sexo de género en varias profesiones. Pero al final decidí que no era un problema tan grande como parecía. En la mayoría de los países, prácticamente no existe una profesión en la que no haya al menos un 10 % de mujeres, y la gran mayoría de trabajadores no realizan trabajos esenciales. Por eso, con medidas de emergencia muy simples, se podría hacer todo el trabajo importante. Me influyó el hecho de que el libro se escribió en su mayor parte durante el primer año de COVID, cuando grandes sectores de la fuerza laboral calificada se quedaron en casa durante largos períodos y, aunque hubo escasez temporal, no se produjo el Apocalipsis.

Respecto a los gobiernos y la política, ¿crees que cambiarían mucho las cosas?

Creo que cualquier respuesta real a esto comenzaría con "Tal vez, pero..." y luego continuaría por unos cientos de páginas. Quiero decir, obviamente, en mi libro la política y los gobiernos cambian mucho, pero eso no pretende ser una predicción seria sobre lo que sucedería. Simplemente funcionaba para mi historia. En el mundo real, creo que casi cualquier resultado es posible, desde la continuación del statu quo hasta un mundo radicalmente alterado, cuyos principios ni siquiera reconocemos.

¿Qué mensaje envía tu novela, qué querías transmitir?

En última instancia, el libro trata sobre la forma en que dividimos a las personas en ‘Nosotros y Ellos’, y luego tratamos de resolver nuestros problemas controlándolos, excluyéndolos o incluso eliminándolos. Principalmente, habla de cómo el daño que se les hace a ‘Ellos’ deja de importarnos a ‘Nosotros’, tan pronto como decidimos que estaremos más seguros y prósperos sin su presencia. En el libro, los hombres desaparecen del mundo, pero no dejan de existir. Se nos muestra que no sólo existen, sino que están en una especie de infierno. Pero, desde el punto de vista de las mujeres, los sufrimientos de los hombres no son más que un programa de televisión deprimente que casi nadie ve. La mayoría de la gente elige, de hecho, creer que los sufrimientos de los hombres están siendo tergiversados y ni siquiera son reales.

¿Es una novela feminista?

Es una novela muy feminista. Se habla de las experiencias y los deseos de las mujeres, y trata las relaciones de las mujeres entre ellas como importantes, de tanta relevancia que incluso alteran el mundo. En este libro, las mujeres importan más que los hombres. Sus voces son las únicas voces. Vemos el mundo a través de sus ojos y los personajes masculinos sólo tienen alguna trascendencia en la medida en que importan a las mujeres.

Al final, ¿crees que tienen más peso las estructuras sociales o nuestros cromosomas?

Tiendo a sentir que las estructuras sociales son más importantes, pero eso está muy determinado por mi propia experiencia de mí mismo como alguien con cromosomas XX que no se siente particularmente femenina o masculina, y realmente no entiende cómo sería. Durante años, no creí que el sexo biológico tuviera ningún efecto en el comportamiento o la experiencia, ya que aparentemente no tenía ningún efecto en la mía. Pensé que esa idea solo se había inventado para justificar la explotación de las personas que tenían cromosomas XX, cuando en realidad la única diferencia era que, en promedio, los que tenían cromosomas XY eran físicamente más grandes.

¿Y qué te hizo cambiar de opinión?

En última instancia, lo que me hizo cambiar de opinión fue conocer a algunas mujeres trans. Sé que puede parecer extraño, pero no hay manera de que puedas hablar con una mujer trans por mucho tiempo sin reconocer que está teniendo una experiencia real de género, y definitivamente no es algo que la sociedad le esté imponiendo, viene del corazón o el alma, o como quieras llamar a tu personalidad central. Entonces comencé a pensar en el género y el sexo de una manera más compleja, ya ver que mi experiencia al respecto no era la única experiencia, ni siquiera una experiencia muy típica. Así que no creo que haya una respuesta simple o definitiva a estas preguntas. Creo que hay una respuesta a lo que deberíamos hacer al respecto, que es crear una sociedad en la que las personas puedan expresar su género tal como lo sienten, sin temor a que se burlen de él, lo excluyan o lo lastimen físicamente.

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