10 cosas que deberías saber sobre los trastornos alimentarios

El libro ‘Ana y Mia no quieren ser princesas’ acaba con los mitos sobre trastornos alimentarios para ayudar a quienes los sufren y a sus familiares.

Los transtornos alimentarios se pueden superar
Los transtornos alimentarios se pueden superar

Parece que cuando se trata de enfermedades mentales siempre es más difícil empatizar y comprender al que lo padece. Quienes tienen trastornos alimentarios sufren su dolencia y, también, la incomprensión de quienes les rodean. Tantas veces hemos escuchado criticar, o incluso hemos juzgado nosotros mismos, a quienes comen por defecto o en exceso, a quienes convierten sus cuerpos en campos de batalla donde desaparecer parece el único camino posible. Incluso para quienes más les quieren, sus progenitores, suele ser complicado entender qué está pasando. La psicóloga Irene Alonso Vaquerizo ha pensado en todos ellos, tanto afectados como familiares, al escribir ‘Ana y Mia no quieren ser princesas. La cara oculta de los trastornos alimentarios’ (Meridiano Editorial) un libro que se divide en tres partes: las historias de seis personas afectadas, cómo se desarrollan los trastornos alimentarios y una serie de consejos de orientación y apoyo para la convivencia con el afectado. Con todo ello ha creado una completa guía para comprender y actuar ante los TCA.

Sus más de quince años atendiendo a pacientes que los sufren y a sus familiares en la Unidad de TCA del Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid y, en la actualidad, con grupos para afectados y familias en la Asociación ADANER (Asociación en Defensa para la Atención de la Anorexia Nerviosa y Bulimia) convierten a Irene Alonso Vaquerizo en toda una experta en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). En su libro explica cómo estos trastornos van más allá de la comida: Lo que vemos desde fuera es solo la punta del iceberg de lo que les sucede. El problema es psicológico y mucho más serio y profundo. Irene Alonso Vaquerizo ha escrito su libro para que sea una guía tanto para quienes padecen como para la gente de su entorno. Sin embargo, es un libro muy útil para cualquiera porque todos conocemos a alguien que tenga esta enfermedad en grado más o menos grave y todos podemos ayudar. Le hemos pedido que nos diez puntos para saber más sobre los transtornos alimentarios.

1. Comprender es ayudar. “La sociedad en términos generales frivoliza los trastornos alimentarios, por eso necesario que se conozca la auténtica realidad de los que los sufren. ‘Ana y Mia no quieren ser princesas. La cara oculta de los trastornos alimentarios’ está dirigido fundamentalmente a afectados de trastornos alimentarios (TCA) y a sus familiares, pero mi intención es acercar a todos los lectores a la realidad del día a día de quienes padecen un TCA para que puedan empatizar con ellos, comprenderles y, tal vez, ayudarles. Si el lector es un afectado espero que pueda identificarse, ayudarle a reflexionar y sobre todo a darle esperanza de que la recuperación es posible.”

2. No solo chicas adolescentes. “ Aunque la edad más proclive de comienzo es la adolescencia, también hay casos de mujeres y hombres adultos con TCA. De 10 casos uno correspondería a un varón. En el libro aparecen seis historias en las que podemos ver la vida una adolescente, dos mujeres jóvenes, una mujer adulta, una mujer madura y un hombre adulto. Quienes padecen diferentes síntomas que se corresponden con los diagnósticos que conforman el cuadro de los TCA: anorexia nerviosa, trastorno inespecífico de la conducta alimentaria, bulimia y trastorno por atracón.”

3. No es un capricho, ni una elección. “Entre los mayores mitos alrededor de los TCA está que muchas personas creen que es un elección, es decir, un acto voluntario, caprichoso... y no a un trastorno psicológico. Otras personas piensan que es una alteración de la que es imposible recuperarse. Ambas creencias son erróneas. Actualmente la investigación señala, como media entre los diferentes trastornos, que un 50% de las personas que padecen un TCA, con ayuda de un tratamiento médico y psicológico, podrán recuperarse totalmente. Evidentemente como en cualquier enfermedad hay casos más graves en los que la recuperación no será posible.”

4. Los familiares también necesitan ayuda. “Es necesario que aprendan a implicarse de forma adecuada en el apoyo del afectado, que es muy importante para su recuperación, pero también lo es para ellos mismos. Un TCA afecta a toda la familia y los miembros que no lo padecen también necesitan ayuda profesional para aprender a ser unos cuidadores sanos tanto para ellos como para el afectado. Las asociaciones de familiares como ADANER, con la que colaboro hace más de 15 años, pueden ser un apoyo muy importante. Ellos necesitan también una guía para ayudar y a la vez poder seguir con su vida, es lo más sano para todos. En este proceso es importante respetar las indicaciones de los profesionales a cargo del tratamiento, así habrá fases o momentos en los que el apoyo al afectado será de una forma y otros de otra. Se que es complejo, los familiares más implicados en el cuidado, generalmente padres o pareja, necesitan un asesoramiento experto.”

5. Nunca critiques su relación con la comida. “A una persona con TCA nunca se le debería criticar que no coma o que no deje de comer, si ellos pudieran hacerlo lo harían, de la misma forma que no es eficaz decirle a una persona deprimida que se anime o se alegre. Creo que es más importante escucharles que decirles lo que tienen que hacer, conversar de otras cuestiones y evitar hablar de comida, imagen o peso. Es cierto que ellos hablan mucho de estos aspectos, es la parte obsesiva de su trastorno, pero quienes les rodean no han de contribuir a ello. Los familiares y allegados han de aprender y entrenarse para tratarles adecuadamente.”

6. Si crees que puedes sufrir TCA, pide ayuda ya. “Y que sea ayuda experta. Los especialistas que se encargan del tratamiento son el psiquiatra, el psicólogo y el endocrino junto con el nutricionista. En el caso de un menor lo aconsejable es que hable con un adulto de su confianza. A veces son los adolescentes quienes detectan estos problemas en un amigo, en este caso lo mejor sería que ayudasen al afectado a que hable con un adulto en quien confíe. Asociaciones como ADANER pueden ayudar al afectado a dar los primeros pasos: ayudarles a entender lo que les sucede, sentirse comprendidos, buscar ayuda, como decirlo en casa…"

7. Los TCA se curan. “Lo que más me ha sorprendido en mis 15 años tratando a pacientes con TCA es su capacidad de recuperación. He visto personas que parecía imposible que salieran a delante pero lo lograron. Cómo lo hicieron es más complejo de explicar, ellos hacen referencia a que sintieron eso que llaman el ‘click’ (estar hartos, querer tener una vida como otros...) o tocaron fondo (por ejemplo: un desmayo), se dejaron ayudar y con su gran fuerza de voluntad recuperaron la confianza en ellos y lo lograron.”

8. La importancia de la empatía. “El muro de incomprensión que a veces encuentran las personas que sufren TCA se puede romper con información y, también, desarrollando la capacidad empática, algo válido para esta y otras alteraciones psicológicas o mentales. Mi libro va en esa línea, puede tener una función incluso didáctica.”

9. Confianza. “Si tuviera que dar un solo consejo a una persona con TCA sería que mantuviera la confianza en ella misma, la esperanza en que puede recuperarse y buscar ayuda experta.”

10. Y más confianza. “Y a un familiar creo que le diría lo mismo, conservar la confianza en que es posible la recuperación y buscar ayuda experta también para él mismo y para poder ayudar adecuadamente al afectado. El familiar ha de mantener la esperanza (que el afectado a veces no puede tener) para seguir luchando”.

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