El pueblo más pequeño de Cuenca: 11 habitantes, infinitos encantos
Viajamos hasta la Alcarria Conquense para descubrir un bello pueblo que destaca por ser uno de los más envejecidos de España.
La España Vaciada tiene en Arandilla del Arroyo su máxima expresión. Y es que este coqueto pueblo situado junto al río Vindel y a 74 kilómetros de Cuenca tiene tan solo 11 habitantes censados, aunque los vecinos que viven diariamente allí se cuentan con los dedos de una mano.
Nos trasladamos hasta la Alcarria Conquense para descubrir el pueblo más pequeño de la provincia de Cuenca. Un municipio que, muy a su pesar, destaca por ser el más envejecido de España, ya que sus escasos moradores superan con creces la edad de la jubilación.
Pasear por Arandilla del Arroyo es como pasear por un municipio fantasma. No se ven vecinos por las calles y solo los fines de semana se ve algún pequeño grupo de personas que decide escaparse hasta alguna de las dos casas rurales situadas en el pueblo para desconectar y disfrutar de la zona. Eso sí, si quieren llenar el estómago, deberán acercarse hasta Alcantud, pueblo situado a unos 6 kilómetros. Otra opción es esperar al panadero, que acude con su furgoneta para que los vecinos puedan tener pan del día sin necesidad de desplazarse hasta las localidades vecinas.
No es que en Arandilla no haya bar, que lo hay; es que hasta que no llegan las vacaciones estivales, la Asociación Cultural Gastronómica Peña ‘El Vilano’ no abre sus puertas para acoger a locales y visitantes. Es entonces cuando el pueblo se llena de gente y sus moradores habituales disfrutan de un ambiente único que no pueden experimentar el resto del año.
Las calles de Arandilla del Arroyo son bastante irregulares y si bien es cierto que el pueblo no cuenta con enclaves de gran interés, si conviene visitar sus rincones más representativos: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la plaza del pintor Pedro Ruiz González o el mirador desde la fuente con el abrevadero.
La iglesia de Arandilla está construida en mampostería con sillares en las esquinas y conserva su aspecto característico románico en cuanto a su planta, aunque a lo largo de la historia ha sufrido diversas modificaciones y añadidos como la sacristía.
En la localidad nació el pintor barroco Pedro Ruiz González (en el Museo del Prado puedes ver su obra 'Jesucristo en la noche de su Pasión'), discípulo de Juan Antonio Escalante y Juan Carreño de Miranda en 1640. Y aunque se trasladó a Madrid siendo muy joven, en Arandilla están orgullosos de su paisano al que han dedicado una plaza.
El viajero que llegue al pueblo más pequeño de Cuenca va a poder disfrutar de una vegetación compuesta por sabinas, enebros y encinas. También podrá contemplar aves como el aguilucho lagunero o mamíferos de mayor tamaño como la cabra montesa o el jabalí. Y nada mejor que descubrir la flora y la fauna a través de algunas de sus rutas de senderismo. Por un lado, encontramos la que nos lleva hasta Albendea y, por otro, la que conecta Arandilla con Valdeolmos; ambas de poco más de seis kilómetros.
En definitiva, si el viajero está buscando relax y desconexión, el pueblo más pequeño de Cuenca tiene algunos encantos que ofrecer, además de una calma garantizada.
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