El pueblo medieval más bonito de Andalucía con casas blancas en el interior de una muralla musulmana

Son muchos los pueblos medievales que ocupan el mapa español y alcanzan una belleza sin igual, pero este es el más bonito de Andalucía.

El pueblo medieval más bonito de Andalucía con casas blancas en el interior de una muralla musulmana
El pueblo medieval más bonito de Andalucía con casas blancas en el interior de una muralla musulmana / Istock

Decenas de leyendas recorren los diversos pueblos medievales de España. Entre su laberíntico entramado de calles, cada uno de ellos cuenta una historia diferente a través de sus casas, sus castillos, su gastronomía y los retazos de un pasado que nunca se olvida. Son pequeñas joyas que hay que cuidar como oro en paño y que deben conocerse en el momento en el que se encuentre la más mínima ocasión.

Los pueblos medievales de España guardan un encanto único

Los pueblos medievales de España guardan un encanto único

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La herencia medieval es la que da forma a muchos pueblos actuales repartidos por buena parte de España y Andalucía tiene en su haber un número importante de preciosos pueblos de aquella época que no dejan indiferente a nadie. Decir que uno es más bonito que otro no haría justicia con la objetividad, pero lo que sí podemos afirmar es que en Cádiz está uno de los pueblos medievales más bonitos de todo Andalucía -si no el que más-.

Castellar de la Frontera

Tras recorrer 10 kilómetros de carreteras sinuosas al lado del Parque Natural de los Alcornocales, aparece ante nuestra vista Castellar de la Frontera. Con la altura va aumentando la belleza de este pueblo gaditano, pues se va desvelando como fortaleza oculta entre árboles y montañas. Las viviendas de un color blanco puro se agolpan en el interior de la antigua muralla que se erigió allá por el siglo XIII.

En el interior de la muralla se encuentra Castellar de la Frontera

En el interior de la muralla se encuentra Castellar de la Frontera

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Castellar debe sus orígenes a las luchas entre musulmanes y cristianos y a la creación del reino de taifas de Algeciras. Este punto estratégico de la península sirvió a los árabes para controlar el paso del estrecho de Gibraltar durante su estancia en el país. Desde allí mismo fue también desde donde se inició la conquista de la península y también fue el hogar de varios nobles cristianos entre los que destacaron los condes de Castellar.

El legado medieval de Castellar de la Frontera

Ellos comenzaron a dar forma al pueblo que hoy conocemos, salpicado de casas blancas de una sola planta que se adaptan perfectamente a las diferencias del terreno y al espacio que deja la muralla. Su belleza quedó ratificada en 1963, cuando fue declarado Monumento Histórico-Artístico, y de nuevo en 2019 cuando comenzó a formar parte de la lista de los Pueblos más Bonitos de España.

Las laberínticas calles de Castellar de la Frontera conforman el precioso pueblo gaditano

Las laberínticas calles de Castellar de la Frontera conforman el precioso pueblo gaditano

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En la zona de Castellar Viejo se encuentra la fortaleza reformada que se construyó entre los siglos XII y XV. Es de los únicos ejemplos que hay en España de núcleo habitado en el interior de una fortificación, por lo que su atractivo visual se añade al histórico. Del legado musulmán se puede apreciar la Torre de la Almoraima, que se utilizaba como torre de defensa y comunicación, aunque uno de los mayores atractivos de la localidad es el castillo.

Un castillo en un entorno natural privilegiado

Con una planta irregular y protegido igualmente por las murallas y torres defensivas que le dan un aire místico y casi mágico. En su interior alberga el Alcázar de los Condes de Castellar, cuyo pasadozo de Algorfa lo une a la iglesia del Divino Salvador, erigida al lado de la torre del Homenaje. Desde su punto más alto se divisa el Parque Natural de los Alcornocales, siempre copado por senderistas, y los ríos Guadarranque y Hozgarganta.

Las vistas desde el castillo de Castellar de la Frontera.

Las vistas desde el castillo de Castellar de la Frontera.

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Si existe un Castellar Viejo es porque hay uno Nuevo. Al ver que el interior de la fortaleza se quedaba pequeño, en 1971 se vieron obligados a construir el Nuevo Castellar, a ocho kilómetros del antiguo. Como si hubieran colocado un espejo, este enclave ha ido creciendo alrededor de su propia iglesia del Divino Salvador y, al mismo tiempo, en torno a la escultura que conmemora el XXV aniversario de la creación de este nuevo pueblo.

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