¿Qué opinan las niñas de hoy de la princesa Leonor?
El triunfo de ver normal que una princesa lleve pantalones.
Así es como la prensa francesa define a la princesa Leonor: sus virtudes y defectos
Ojalá pudiera poner en este espacio todos y cada uno de los audios que me llegaron para escribir este artículo. Primero, porque son de lo más graciosas y adorables. Y segundo, porque se me ponía la piel de gallina al escucharlas normalizar, a pesar de aún estar bombardeadas por cuentos de princesas enfundadas en vestidos de gasa rosa, lo bien que ven que una princesa lleva pantalones.
Para mi investigación no consulté esta vez a ningún experto en materia porque quería saber, desde lo más básico, desde la niñez más pura e inocente, qué ven cuando ven a la Monarquía actual.
Cuento con ventaja: tengo una niña de 8 años en casa. Y a pesar de que tenemos una librería de cuentos repleta de muchas referencias en las que las princesas van cubiertas de rosas y brillantina, también hay muchos otros en las que las niñas saltan en el barro y es genial, los niños hacen ballet, las princesas no están calladas y saben decir NO y los príncipes, a veces, hay que salvarlos. Y eso, está haciendo renacer nuevas generaciones maravillosas.
¿Cómo ha cambiado el cuento?
La figura de la princesa ha sido un símbolo recurrente en la historia de las monarquías, representando no solo un estatus social elevado, sino también una serie de expectativas y roles vinculados a la feminidad, la educación y el deber. En el contexto español, este concepto ha evolucionado significativamente a lo largo de los años y, por suerte, se ha reformulado. La figura de la actual princesa Leonor de Borbón, refleja esta transformación y ofrece otro punto de vista sobre cómo las monarquías modernas están redefiniendo sus tradiciones y roles de género.
Pero no siempre fue así. Hay que recordar que, históricamente, las princesas han sido educadas para cumplir funciones muy específicas dentro de la corte que hoy huelen a rancio: ser dignas, elegantes y perpetuar la dinastía. En España, los ejemplos de princesas como Isabel de Borbón o María de las Mercedes se enmarcan dentro de una tradición en la que las princesas eran vistas más como herramientas diplomáticas que figuras de poder en sí mismas. Su educación se enfocaba en aprender sobre protocolo, historia familiar y las expectativas de comportamiento que acompañaban a su posición.
La imagen de estas figuras a menudo se alineaba con el ideal de la mujer pasiva, cuya principal función era el matrimonio y la maternidad. Esto mantuvo a las princesas en un espacio muy delimitado, donde su influencia raramente trascendía.
Pero el cuento cambió, especialmente cuando entró la reina Letizia en escena. Su incursión en la familia Real supuso un cambio hacia un rol más activo en la vida pública, aunque inicialmente sin la responsabilidad directa de cualquier papel de liderazgo en la línea de sucesión.
La evolución del concepto de princesa en este contexto dio espacio a figuras que no solo eran iconos de elegancia, sino activistas en asuntos sociales y representantes de causas importantes. Aunque el protocolo y la tradición seguían siendo predominantes, comenzaron a emerger las princesas que luchaban por una representación más activa y comprometida. Y fue entonces cuando llegó, ahora sí, el nuevo rostro de las princesas: Leonor.
Nacida en 2005, Leonor creció en una época donde el discurso sobre igualdad y empoderamiento femenino ha cobrado mayor fuerza. A medida que ha ido creciendo, ha comenzado a construir una imagen que se aleja de los estereotipos clásicos.
Y aquí, su educación toma un protagonismo esencial: ha sido diseñada no solo para prepararla para un futuro papel como heredera al trono, sino también para que pueda actuar como un modelo a seguir en la España de hoy, en la de las generaciones de princesas que dicen NO cuando hay que decirlo. Y el ejemplo más claro es su educación militar. En su paso por el Instituto, se ha visto involucrada en labores y actividades que, tradicionalmente, fueron consideradas solo para hombres. Sus apariciones con el uniforme de cadete son sin duda un poderoso símbolo de igualdad de género y cambio de paradigmas.
Además, Leonor está tomando un papel cada vez más activo en las responsabilidades institucionales. Su aparición en eventos oficiales y ceremoniales, así como su creciente participación en causas sociales y culturales, la posicionan como una influencia joven y dinámica en la monarquía. Su estilo y estética, que combinan elementos tradicionales con toques modernos, también reflejan esta evolución; lejos de los atuendos elaborados de princesas pasadas, hoy en día Leonor opta por looks más contemporáneos y funcionales que resuenan con la juventud actual.
¿Que qué piensan las niñas de Leonor? Pues lo mejor, como todo, lo dejamos para el final. Estas son algunas de las reflexiones de las pequeñas de hoy sobre la princesa de Asturias.
“Me parece bien que estudie en una academia militar, además ¡no es una de esas princesas típicas de las películas que es todo rosa!” Lidia, 8 años.
“Me parece bien que sea militar mientras que tenga cuidado…” [¿cuidado en dónde?], “¡en la guerra!” Marta, 8 años.
Cuando les pregunto sobre cómo se la imaginan, aún Disney sigue haciendo mella…
“Yo me la imaginaba con un vestido precioso... ¡Y la chica es muy guapa, por cierto!” María, 8 años.
“Me la imagino con una corona, alta, con un vestido súper bonito rosa, con unas zapatillas de tacón rosas también y el pelo rubio y rosita también” Violeta, 8 años.
Y cuando les enseño las fotos de su jura de bandera con su uniforme militar…
“¡Es militar! Me he quedado un poco sorprendida. Pero es muy guapa y me parece muy bien que sea militar” Violeta, 8 años.
Pero todas coinciden:
“A mi me gusta mucho la princesa Leonor, la veo mucho en la tele y ahora que va a ser jefa del ejército yo creo que lo va a hacer muy bien. Aunque a mi me gusta mucho cuando va con sus vestidos pero así también está muy guapa” Nadia, 8 años.
“Yo creo que todas las princesas tampoco necesitan que tooooodo el rato lleven vestidos bonitos, sino que pueden ser lo que les dé la gana, como un libro que me leí… O sea que no puedes ser solo princesa, puedes ser también policía, militar, ¡lo que sea!” Carmen, 8 años.
“Me gusta más que la princesa Leonor esté vestida de militar porque es una princesa valiente y así cuida el país y también es muy fuerte porque hace muchos entrenamientos y estudia mucho” Ángela, 8 años.
Aún con sus pensamientos mágicos, inocentes y aún por madurar, cuánto tenemos aún que aprender de estas locas, pero sabias, bajitas…
Síguele la pista
Lo último