¿Dónde se rodó 'Casa en flames', la nueva comedia dramática de Dani de la Orden?
Hablamos con la diseñadora de producción Núria Guardia sobre la casa y otras localizaciones de esta recomendable película sobre reproches y vehemencias familiares
Las comedias de Dani de la Orden siempre han abrazado, de un modo u otro, la confrontación; una que suele derivar en melancolía. Pero seguramente nunca de manera tan marcada como en la inminente 'Casa en flames' (viernes, día 28, solo en salas), crónica de los reproches y las vehemencias de una familia burguesa catalana durante un largo, muy largo fin de semana en Cadaqués, en la casa en peligro del título.
Un reparto estelar se lo pasa a lo grande lanzándose las notables pullas escritas por Eduard Sola, colaborador ya del director en 'Barcelona, nit d'estiu' y 'Barcelona, nit d'hivern', que con todos sus puntos amargos, son verdaderas postales en comparación con 'Casa en flames'. Emma Vilarasau es la matriarca empeñada en reunirse con sus vástagos y las parejas de estos en la Costa Brava. Enric Auquer es el hijo aspirante a músico, cuya nueva chica, encarnada por Macarena García, no sabe el amor tóxico y el espectáculo familiar que le esperan. Maria Rodríguez Soto es la hija sumida en dudas sobre su matrimonio y su maternidad. No ayuda al ambiente que el padre de estos dos, un excelente (como siempre) Alberto San Juan, aparezca en escena con su nueva pareja y antigua terapeuta, encarnada por Clara Segura. Saltarán chispas; en algún caso, literales.
La casa en cuestión
Aunque algo de Cadaqués se ve en la película (cuando los coches de la familia pasan por el pueblo y la carretera), el núcleo de la acción se desarrolla en una casa situada, en realidad, en Canet de Mar, como nos revela la diseñadora de producción Núria Guardia. "Vimos muchísimas opciones con el localizador [Martí Marcos Garcés] hasta llegar a esta y resultó que estaba en Canet y no en Cadaqués. Pero así funciona el cine. Lo importante es que el resultado final mantenga la coherencia espacial".
A nuestra entrevistada le resultaba atractivo usar la arquitectura catalana de los años sesenta y setenta, en su opinión merecedora de mejor reputación. "En este caso, es una casa diseñada por José Antonio Coderch, que tiene una obra interesantísima". Conseguido el mejor armazón, se buscó el modo de recrear un ambiente de casa de vacaciones, familiar, "con guiños al Empordà y aspecto de haberse quedado parada en el tiempo", apunta Guardia. "La ambientadora de la película, Sandra Marín, hizo un gran trabajo en este sentido, buscando piezas clásicas que combinó con otras de diseño catalán".
Para el rodaje del clímax final se recrearon en plató casi toda la fachada y algunas partes del interior. "Fue un reto importante a nivel técnico y conceptual", dice. "Le dimos muchas vueltas al resultado visual que queríamos. Después tocó buscar las soluciones con efectos tanto prácticos como digitales".
De Calella a Roma
Aquí van un par de ejemplos adicionales de la magia del cine. Cuando la familia navega hasta Cala Treumal, donde se desarrolla una crisis particularmente importante, el barco navega en realidad por los alrededores de Calella de Palafrugell. Y número dos: el concierto (por llamarlo de algún modo) del personaje de Auquer se rodó en el aeródromo de Airbet Serveis Aeronautics en Avinyonet del Penedès, pero, curiosamente, el equipo de la película se trasladó hasta Roma para rodar la parte del salto en paracaídas. "Al final es una cuestión de coproducción entre países [esta es una de ellas, con Italia en concreto], que exige que ciertas localizaciones o personajes pertenezcan al país en cuestión. ¡Y nosotros encantados de ir!".
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