Paula Hawkins: «Creo que “Punto ciego” es la historia más oscura que he escrito jamás»

Famosa por el fenómeno “La chica del tren”, la  best seller Paula Hawkins firma una novela breve y asequible pero trepidante, con un objetivo muy loable: incentivar la lectura. Se titula “Punto ciego” (Planeta) y ya se está preparando su adaptación cinematográfica.

Paula Hawkins

La escritora Paula Hawkins.

/ Cortesía Planeta

Desde su despacho en Edimburgo, vía zoom, Paula Hawkins nos habla de su colaboración con Quick Reads, un interesante programa británico para luchar contra la desalfabetización. «Participan muchos autores que, cada uno en su estilo, escriben novelas simples, breves, de lenguaje llano, pues están pensadas para gente que no lee habitualmente», aclara. Se lo pidieron durante el confinamiento y así fue como surgió "Punto ciego" (Planeta), una novela corta y fácil de leer, con el suspense característico de la autora.

En “Punto ciego”, Edie está casada con Jake y comparten a Ryan como íntimo amigo. Los tres se conocen desde la adolescencia. Pero su mundo se desmorona cuando asesinan a su marido y Ryan es acusado por ello. La reputada productora Blumhouse, artífice de series como "Heridas abiertas" y películas como "Get Out" o "El hombre invisible", ya está trabajando en su adaptación al cine.

Hablamos con Paula Hawkins en la primera entrevista que concede sobre esta nouvelle.

¿De qué manera nace esta novela?

Esta novela extrañamente empieza por el lugar, porque normalmente yo empiezo por los personajes. En el confinamiento, yo estaba en este despacho de Edimburgo que ves, desde donde veo Fife, el lugar donde se ambienta el libro. Surgió con la idea de querer ir al mar, al que no podía ir por la pandemia, pero mi deseo era ir allí. Creo que es la historia más oscura que he escrito jamás. Quería que fuera una novela que asustara, escalofriante. Además la escribí en enero y febrero, cuando en esta punta de Escocia nunca brilla el sol, eso también ayudó.

¿Ahora vives habitualmente en Edimburgo?

Tengo un apartamento en Londres y una casa en Edimburgo. Cuando empezó la pandemia me vine para Escocia. Toda la pandemia la pasé aquí y ahora estoy a caballo entre un sitio y otro.

En “Punto ciego”, la casa del acantilado donde viven Edie y su marido, es un elemento muy atmosférico. ¿Es totalmente imaginada?

Es imaginaria, no existe, la he creado con piezas de cosas que conozco. Me gustaba la idea de crear algo que no pegara. Hay gente que se imagina casas maravillosas cerca del mar. Pues esta no lo es. Quería crear un pegote ahí frente al mar, solo el mar, que puede ser muy bonito pero te hace sentir muy vulnerable. Esa casa te hace pensar, ¿alguien me estará mirando allá afuera?

Punto ciego de Paula Hawkins

Portada de su último libro, "Punto ciego" (Planeta).

/ Cortesía Planeta

Háblame del personaje principal, Edie, ¿cómo lo definirías y con qué intención lo has creado?

Ella es muy interesante. Al principio el lector se pone de lado de Edie, te sientes mal por ella, le ha pasado una cosa terrible y empatizas con ella. Pero luego dejas de estar segura de ella, no sabes si creerla o no. Es una persona que se aisla de los sentimientos de los demás: creo que es uno de los personajes más oscuros que he escrito. Es muy egoísta, no se siente mal por lo que ha hecho, casi lo justifica y no se arrepiente de nada, lo cual asusta.

Las protagonistas de tus novelas son mujeres bastante desastre, podríamos decir. Inestables, bebedoras… ¿Por qué sueles crear ese tipo de personajes?

A mí siempre me interesan los personajes “al borde de”, los que están en los extremos, no en la normalidad. No acaban de encajar con lo que la sociedad puede esperar de ellas. Rachel, de “La chica del tren”, es un desastre. Edie no es tan desastrosa, no tiene tanto caos en su vida, pero no es buena persona, es un personaje oscuro, fría como un témpano. No creo que todas mis protagonistas sean un desastre pero a todas les cuesta algo en su vida, tienen que superar cosas, siempre hay algo que les representa una lucha. Escribo personajes mujeres de todo tipo, pero me interesa la imperfección, no me interesa la gente feliz, contenta y centrada.

Edie se casa con Jake pero tiene una relación muy ambigua con su gran amigo en común, Ryan. Los triángulos amorosos tienen mucho peligro, ¿no crees?

Sí, por supuesto. Y como Edie es muy disciplinada y compartimentada ella finge que eso no existe, que no hay triángulo. Se cree que no está pasando nada de todo eso. Es muy peligrosa la idea del triángulo amoroso, yo pienso. Hay mucha gente que cree que deberíamos ser libres en el amor; yo personalmente ni de broma, eso no funcionaría para mí y, en el caso de Edie, tampoco funciona. Si soy tres en lugar de dos, eso en algún momento va a estallar.

Edie tiene un problema con su vista. Pero, a menudo, lo importante no es lo que no vemos sino lo que no queremos ver, ¿esta es la clave del libro?

Exacto. Ese problema de visión me interesó por el sitio donde vive: no puede conducir, necesita la luz del día, se siente atrapada en su casa. Pero sí es la clave de la novela, ella escoge ver ciertas cosas y no ver otras. Eso le hace entender la vida a su manera. Tiene ese punto ciego enorme porque también se lo autoimpone.

El tema central de “Punto ciego” es la agresión sexual. ¿tan culpables son los agresores como los testigos que callan?

Sí, es un tema delicado, un terreno sensible, era consciente de ello. A veces sucede que los medios, el cine… establecen que ciertas mujeres se merecen cierto trato y otras no. Lo hemos interiorizado. Las cosas han mejorado, los chicos y chicas de 20 años de hoy son muy diferentes. Pero, en mi generación, estos mensajes eran frecuentes: “es que parece que la víctima lo estaba pidiendo”, “es que a un tipo de chica así, cómo no le va a pasar”… Así piensa Edie y es terrible lo que decide hacer. Es un tema espinoso pero me interesa abordar la conducta de las mujeres.

¿De qué manera dirías que a ti te ha cambiado el movimiento #MeToo?

Para una mujer de mi generación (tengo, por cierto, 50), te hace plantear cosas que todos aceptábamos antes. Ahora las jóvenes nos mirarán diciendo “cómo dejabas que te trataran así”, “cómo no decíais algo”, pero sin ese poder colectivo que hay ahora es muy difícil. Si tú hablabas, no sabías si te iban a ayudar miles de mujeres, no estábamos conectadas. Es muy interesante ver cómo el poder de la ira colectiva funciona, y las mujeres de mi generación no sabíamos que teníamos acceso a él.

Paula Hawkins

Paula Hawkins.

/ Cortesía Planeta

Felicidades también porque parece que ya has firmado la futura adaptación de Punto Ciego, cuéntame todo lo que sabes.

Va a ser una película pero no tengo los detalles, está muy al principio del proyecto. Blumhouse ha hecho mucho terror y me fascina que vayan a hacer una película muy oscura y tenebrosa. No te puedo contar más.

Esta es tu cuarta novela publicada con tu nombre. Sin embargo, tu nombre siempre aparece asociado a tu debut, el fenómeno “La chica del tren”. Hay artistas que acaban odiando a su gran éxito, ¿es posible que a ti te acabe sucediendo eso?

Entiendo que pueda pasar. Si tu has escrito una cosa que ha sido un gran éxito, te cansas de hablar del tema, te preguntan siempre lo mismo. Pasa lo mismo con las bandas de rock, la gente siempre pide los clásicos de siempre. Yo te diré que me gusta mucho “La chica del tren”, más ahora que antes. Le he cogido más cariño con el tiempo, pues me ha dado tanta libertad para hacer luego lo que he querido. Económicamente, ha supuesto que pueda dedicarme a escribir. Y tengo cariño a Rachel, me parece un personaje fascinante y que fue muy rompedor en ese momento, por cómo yo describía sus atributos, por la manipulación del hombre… Estoy muy orgullosa de “La chica del tren” y siento un cariño profundo por Rachel.

En la promoción de tu anterior novela confesabas que hubieses escrito de otra manera “La chica del tren”. ¿Eres una mujer perfeccionista o es más bien inseguridad?

La verdad es que no releo mis novelas anteriores, porque siempre pensaría: “esto por qué lo escribí así”, “esto lo tendría que haber cambiado”… No hay que ser tan perfeccionista, pero es inevitable corregir constantemente. Así que seguro que hubiese hecho las cosas distintas, pero estaba y estoy contenta. Eso me pasa con cualquier texto, si los revisas nunca acaba de estar bien, llega el momento que tienes que decir: “ya, hasta aquí”.

Cuando no escribes, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Aquí en Edimburgo vamos mucho a pasear. También voy a nadar a menudo, tengo un neopreno y me acaban de regalar una tabla de surf, así que a ver si aprendo.

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