Erkenci kus, Stiletto vendetta, Sühan... y 7 razones para engancharte a las series turcas

Si no hay al menos a una persona de tu entorno enganchada a las series turcas, es que no vives en este planeta y en este momento. No solo Nova y Divinity, también Amazon Prime y Netflix han sucumbido a una forma de ficción tan exótica como insólita, sin sexo, drogas ni alcohol.

Erkenci Kus: Pájaro soñador'

Fotograma de la serie turca, Erkenci Kus: Pájaro soñador'.

/ D.R:

1. Por su estilo. ¿Crees que son como algunas telenovelas sudamericanas en las que los insultos, los gritos y los exabruptos estaban a la orden del día? Nada que ver, de hecho se parecen más a las comedias románticas americanas clásicas donde priman la contención y la sutileza. En realidad, esto más que una virtud es el resultado de que la censura sigue presente en Turquía. Para evitar las sanciones del Consejo Supremo de Radio y Televisión de Turquía (RTÜK), los guionistas evitan las escenas de sexo, el vestuario explícito, las drogas o el alcohol.

2. Por la comodidad. Mientras los fans de Juego de Tronos han tenido que esperar largos dos años a que empezara la octava temporada (y una vez arrancada, una larguísima semana cada vez que quieren ver un nuevo episodio), los seguidores de las series turcas tienen acceso a sus ficciones favoritas prácticamente a todas horas. Solo en Divinity puedes encadenar una tarde entera: Erkenci kus (16:15 horas), Stiletto vendetta (17:45 horas), Sühan: Venganza y amor (19:15 horas) y Kara Sevda (20:45 horas). Suponen en total 44 horas, 35 minutos y 40 segundos, es decir, más del 26% del total de su emisión.

3. Por su viralidad. Siempre tendrás tema de conversación, y no solo en foros de Internet porque, aunque la gente lo niegue, el furor por las ficciones otomanas tiene proporciones pandémicas. Según datos de Mediaset, ya el tercer contenido más visto de su plataforma online, MiTele (y ten en cuenta que compiten con Supervivientes, Mujeres Hombres y Viceversa, Mi casa es la tuya o El programa de Ana Rosa). Más de 400.000 millones de personas en los más 75 países del mundo donde se emiten regularmente no pueden estar equivocadas…

4. Por su afinidad. No se trata solamente de cuántas personas las ven, sino de quiénes las ven. Si pensabas que las telenovelas eran material audiovisual “para señoras que”, estabas muy equivocada. Un anális cualitativo ha demostrado que en España, el principal grupo de población que consume las ficciones otomanas lo componen los espectadores de entre los 16 y 44 años.

5. Por sus protagonistas: Can Yaman. No hace falta explicar más.

6. Por Turquía. A diferencia de la mayoría d ellas telenovelas tradicionales, ya fueran sudamericanas y estadounidenses, que se rodaban principalmente en interiores, las principales series del país otomano se ruedan precisamente en Turquia: calles de ciudades, pueblos, monumentos… Se han convertido en las grandes embajadoras de los atractivos turísticos de El País. Según la Asociación de Hoteles de Turquía, en 2018 el número de turistas latinoamericanos creció un 70% con respecto a 2017, alcanzando los 170.000 visitantes.

7. Por su proyección. Como ocurrió con el género Bollywood en La India hace unos años, las grandes compañías internacionales también han querido sacar tajada del asunto. Cada año, entran en Turquía 312 millones de euros (349 millones de dólares) solo por la exportación de estas tramas. Por eso plataformas poco dadas a las telenovelas como Netflix o Amazon Prime están produciendo sus propias delicias turcas: mismos actores, mismo equipo técnico, mismos decorados y exteriores, pero nada de censura, al no ser emitidas por la televisión turca. 'Hakan, El Protector', la gran apuesta de Netflix, compañía que no es famosa precisamente por mantener en cartel títulos de baja demanda, ya va por la segunda temporada. Parece que al fenómeno le queda mucho recorrido.

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