“Tarántula” de Mónica Naranjo

Después de siete años de silencio, Mónica Naranjo regresa arrolladora con su álbum “Tarántula” y entra directamente al nº1 de la lista de los discos más vendidos en España.

“Tarántula” de Mónica Naranjo
“Tarántula” de Mónica Naranjo

Tarántula, el álbum con el que Mónica Naranjo regresa tras siete años de silencio, ha entrado directamente al nº1 en la lista de los más vendidos en España. Algo admirable por cuanto se produce sin sonar en las radiofórmulas y porque se trata de un disco que la artista de Figueres (Girona) ha planteado desde el riesgo, combativo en sus letras, innovador en las músicas y con una Mónica Naranjo que va a por todas, sin escatimar un ápice de su entrega. Tarántula es un trabajo de gran envergadura musical, de una rara intensidad y que puede inspirar cualquier sentimiento menos indiferencia. No lo tenía fácil Mónica Naranjo después de tan largo alejamiento, pero ha sido valiente, ha apostado fuerte y ha ganado. En la primera semana, el álbum Tarántula es nº1, un puesto que ya había sido anunciado cuando la canción Europa también entró directamente al nº1 en la lista de singles.

“Este trabajo es el reflejo de una lucha hacia la libertad de expresión y de interpretación. Es la evolución lógica que debí haber seguido si me lo hubieran permitido, aunque nunca es tarde”. Son las palabras de Mónica Naranjo acerca de Tarántula, un disco que en su interior lleva como lema una cita de Kierkegaard: “El pecado es el vértigo hacia la libertad”. Tarántula es el fruto de tres años de trabajo, con las canciones viajando a través de Internet de Barcelona a Glasgow en una intensa labor de preproducción. El álbum se ha grabado en estas dos ciudades y en Londres, en estudios familiares, buscando las esencias y no las apariencias. Sin prisas, sin presiones, en un camino hacia la libertad de expresión personal para sacar todo lo nuevo que Mónica tenía por decir. Una catarsis de dentro hacia afuera, del dolor a la ilusión. Una terapia y un renacimiento.

Con una producción dirigida por Cristóbal Sansano y magníficamente realizada, arreglada y programada por los escoceses Chris Gordon y Dave McClean, todas las canciones del disco llevan la firma de Mónica Naranjo. Las mezclas finales las ha realizado en Londres Steve Fitzmaurice (Depeche Mode, Tina Turner, Seal...), que por primera vez ha trabajado con un artista de habla española, y la masterización ha corrido a cargo de Emily Lazar en los estudios The Lodge, de Nueva York. Una producción muy cuidada para conseguir un sonido de nivel superior, repleto de detalles, de tímbricas diferentes, de sorpresas. Un álbum distinto, original, que escapa a encajonamientos y que sitúa a Mónica Naranjo en una habitación propia, de la que se expande su música con una voz incomparable, capaz de moverse en registros imposibles para otra artista y con una capacidad interpretativa que puede recorrer desde el mayor dramatismo a la ingenuidad más sutil. Hay que escuchar Tarántula para darse cuenta de que Mónica Naranjo marca diferencias. Después de siete años de silencio, directa al nº1.

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