Shakira en Madrid: "Pensé que no volvería a cantar más"

Tras una larga espera, Shakira se subió este martes al escenario del WiZink Center de Madrid y explicó por qué había hecho esperar tanto a sus fans.

 

Shakira, en concierto

Shakira, en uno de los conciertos de El Dorado Tour.

/ PATRICK BERNARD / BESTIMAGE

Ocho meses han tenido que esperar los fans madrileños de Shakira para verla en directo después de que la colombiana cancelara en noviembre los conciertos de El Dorado Tour. Este martes, por fin, la artista se ponía al mando de un WiZink Center lleno y regado ocasionalmente con lluvias de confeti dorado para ofrecer el espectáculo prometido y desvelar, además, que aquella hemorragia en las cuerdas vocales que la había obligado a parar había sido más grave de lo que algunos creían.

"Pensé que no volvería a cantar más pero los milagros existen", explicó en un momento del concierto entre gritos de "¡guapa!" y aplausos. "Si estoy aquí es por ustedes, esto es por ser mis amigos en las buenas y en las malas", añadió.

Hasta aquí, la parte seria y emotiva del espectáculo. Porque los conciertos de Shakira son una gran fiesta internacional e intergeneracional (hay padres, milenials, niños) entregada al buen rollo, los rayos láser, los hits encadenados ('La bicicleta', 'Waka waka', 'Me enamoré', 'Chantaje'...), los caderazos (su baile es uno de los platos fuertes del menú), el pelazo (también, plato principal) y muchas sonrisas que hacen parecer que esa artista que se pasea por el escenario 'como Pedro por su casa' es, primero, una amiga que tenemos hipersimpática y, después, alguien que hace todo sin esfuerzo y sin sudar.

Ni cuando toca el piano mientras realiza curvaturas imposibles de columna vertebral, ni cuando utiliza abiertamente música enlatada porque sus colaboradores Alejandro Sanz, Carlos Vives o Maluma no están allí para hacer su parte (ni siquiera cuando arropa su voz con coros o tal vez con Autotunes cuando lo necesita, puede que esta vez más que en otras ocasiones) se ve a esa musa de ondas hipnóticas perder la compostura.

Por el camino, cinco cambios de ropa: un canto a los leggings, a los looks salvajes, a los corpiños negros salvajes, al brilli-brilli y a los vestidos-trikinis.

No faltó la exhibición del reverso de su guitarra con las fotos de su pareja, Gerard Piqué, y de sus dos hijos, que el público aplaudió como si no hubiera mañana.

La gira de Shakira continúa ahora en Barcelona, donde hará doblete. La cita es el 6 y el 7 de julio.

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