Seducción es poder

Seducción es poder
Seducción es poder

En la imaginería social acostumbramos a asociar, más de lo que deberíamos, la seducción con la sexualidad, cuando de hecho es una forma de comportamiento que practican tanto mujeres como hombres en todo tipo de relación y en todo tipo de contextos. Encontramos definiciones muy distintas de lo que es seducir pero, en general, todas están de acuerdo en que es precisamente lo contrario de imponer.

La seducción es una estrategia, utilizada muchas veces de manera inconsciente, que tiene como fin influir en la opinión o la actuación de otros. No es cierto que la seducción sea solo un arma de aquellos que no tienen poder –por ello se considera una aptitud mucho más femenina que masculina–, aunque sea lo que sucede más habitualmente. Seducir es una habilidad –para algunos un arte–, que se usa como un camino alternativo a la imposición pero que, al basarse en la manipulación, no siempre tiene una connotación social positiva.

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