Sánchez Arévalo: "La escritura me ha mantenido alejado del psiquiátrico"

El director salda una cuenta: estrena su primera serie, 'Las de la última fila' (Netflix), una mirada muy certera sobre la amistad femenina y se pone por primera vez en lugar de ellas.

El director Daniel Sánchez Arévalo

El director Daniel Sánchez Arévalo, autor de obras tan geniales como 'Primos', 'Gordos' o 'Azuloscurocasinegro'.

/ Nani Gutiérrez

A lo largo de su filmografía, Daniel Sánchez Arévalo siempre ha desarrollado sus historias en torno a figuras masculinas. Desde Azuloscurocasinegro hasta Primos, acompañado de actores fetiche como Antonio de la Torre y Raúl Arévalo, los hombres han dominado la mayoría de sus películas. Por eso, el cineasta considera que “tenía pendiente una incursión en el universo femenino a nivel personal”. Y lo ha hecho creando y dirigiendo su primera serie, que narra un viaje físico y emocional de cinco amigas.

Te enfrentas a tu primera serie: ¿ha sido más fácil contar una historia en este formato que en película, siempre más condensada?

Hay cosas más fáciles y otras más difíciles. El arte de sintetizar una historia en dos horas de película es complejo, sobre todo si quieres alcanzar un nivel de profundidad en los personajes o si quieres transmitir, como a mí me gusta, mucha variedad de emociones, entre la comedia y el drama. La gran ventaja de una serie y de por qué 'Las de la última fila' es una serie es porque sentía que todo lo que quería contar de ese mundo y de cada una de ellas -son cinco personajes- se iba a quedar muy en la superficie en una película. La serie pasa por momentos más superfluos -retos que hacen que son más lúdicos, como montar en parapente-, pero hay otros muy emocionales que requieren su tiempo. La segunda mitad de la serie entra en un terreno más emotivo, que es para mí el que importa.

¿Y qué ha sido lo más difícil?

Mantener el ritmo en seis capítulos de 45 minutos. Enganchar y que no decaiga la historia es difícil de mantener.

Las cinco actrices protagonistas de 'Las de la última fila' (Netflix).

Las cinco actrices protagonistas de 'Las de la última fila' (Netflix).

/ JULIO VERGNE/NETFLIX

Nunca habías escrito desde el punto de vista femenino y en esta serie has hecho un doble salto mortal: tienes a cinco mujeres...

Siendo sincero, no me ha parecido complicado. Llevo 50 años rodeado de mujeres maravillosas y no tan maravillosas, de las que he aprendido mucho. Yo soy muy esponja: para escribir tienes que vivir, tienes que ver y siempre voy con el radar puesto alrededor: cualquier cosa que digan o hagan a mi alrededor puede acabar puesto en un guion. Cuando tomé esta decisión, sí sentí una gran responsabilidad: me gustaría estar a la altura y que la gente que la viera pensara que hay una mujer detrás como autora. También es verdad que he tenido mucha colaboración, empezando por mi pareja -Sara Muñoz Gil-, que fue la pieza clave para embarcarme en esta historia, porque me dejó colarme en ese universo propio de sus amigas de toda la vida.

¿Crees que somos tan distintos hombres y mujeres?

Yo creo que no, parece que damos a entender que vivimos en planetas muy diferentes y yo no lo siento así. Se dice que las mujeres son sensibles y es verdad, pero yo siempre me he sentido una persona muy sensible y he empatizado mucho con ese tipo de sororidad y cómo te relacionas de manera tan íntima con tus seres queridos.

Yo he notado que se enfadan poco, con la cantidad de verdades que se dicen a la cara...

Bueno, se conocen muy bien, llevan toda la vida juntas, lo que te da una especie de patente de corso... y luego están pasando por un momento vital muy delicado, con la enfermedad tan presente. Pero sí que tienen sus conflictos... yo no he huído de ellos...

Tener a tantas mujeres en un mismo rodaje debe de ser intenso... ¿eres de los que escucha propuestas, opiniones?

Sí, sí, sí. Yo nunca quiero que un actor haga o diga nada que sienta que no tiene coherencia con su personaje o cosas que a ellos, personalmente, les incomode, como desnudos o escenas delicadas. Todo está consensuado. Partiendo de ahí, desde que estas cinco maravillosas actrices entran en mi vida y en la serie, les pedí que me ayudaran, que remataran los personajes. Siempre he estado abierto a que ellos los hicieran suyos y los personalizaran con gestos, palabras, que improvisaran. Necesitaba ese apoyo extra. Incluso la mayoría del equipo técnico fueron mujeres a las que también les consultaba. Y me ayudaron muchísimo.

Si tuvieras que elegir entre esas cinco amigas, ¿con cuál te identificas más?

Si me tengo que quedar con un personaje, con Leo, que interpreta Mariona Terés (camiseta rayas, la famosa actriz 360 de 'Paquita Salas'). Es el que más ternura me da, instalada en ese humor negro para tapar las heridas que tiene en su vida y que no sabe cómo afrontar.

Y de los retos que se ponen las amigas para realizar juntas, ¿cuál te hubiera resultado más complicado?

Decir la verdad es algo con lo que me identifico mucho, en esta vida llena de micromentiras con cosas tan básica como: ¿Qué tal? Bien, bien... Y resulta que no estás tan bien, pero no quieres meterte en líos. Yo siento que tengo una deuda pendiente con ese reto.

Y cuando escribes: ¿lo haces para ti o para los demás?

Para los demás siempre. E intento focalizarme en gente muy concreta cuando tengo un proyecto: en éste ha sido Sara, mi pareja, que cuando le conté la historia me dijo: tienes que hacerla. Y ha vivido muy de cerca el proceso creativo, porque además nos pilló en plena pandemia y ha sido mi gran aliada. Y, mientras escribía, pensaba: esto le tiene que gustar a Sara... Porque si le gusta a ella, entiendo que lo hará a miles de mujeres y hombres. Yo nunca he escrito un diario, algo que no vaya a ver la luz, me gusta que la gente lo lea o lo vea, compartirlo.

¿Qué te ha enseñado este trabajo? ¿Cómo o en qué dirección has crecido?

Siento que me ha apartado de mis neuras. Siempre he sido un chaval muy hipocondríaco, con muchos miedos, y la escritura me ha hecho alejarme de muchos fantasmas, me ha mantenido alejado del psiquiátrico (risas). La ficción siempre ha sido mi refugio de la realidad: lo necesito como espectador, pero también para vivir.

¿Qué tipo de ficción consumes?

En los últimos años, tengo debilidad por el documental. De todo tipo. Como espectador, ver historias reales me da mayor satisfacción. Y luego me gusta verlo todo y tengo gustos muy eclécticos: disfruto tanto el cine de autor europeo o iraní como los blockbuster del cine de palomitas. También me encanta el cine español y creo que se reivindica poco: este año ha sido espectacular e intento verlo todo porque, al final, son mis compañeros y es bonito sentirte parte de esa comunidad.

Creo que llevas años detrás de la actriz/humorista Amy Adams para que protagonice la adaptación al cine de tu novela, 'La isla de Alice': ¿cómo va ese proyecto?

Sigue siendo un sueño, que me gustaría que algún día se convirtiera en realidad. Sí que he dado algunos pasos para intentar hacerlo y si algo tengo claro es que tiene que ser en Estados Unidos y en inglés. Y si Amy Adams no puede, siempre está Jessica Chastain, Felicity Jones... podemos buscar alternativas (risas). A veces me han ofrecido adaptarlo a España y he dicho que no, porque tiene sentido hacerlo allí donde transcurre la historia.

¿Qué proyectos tienes ahora? No sé si preparas nuevo anuncio de Campofrío para estas Navidades...

Acabo de hacer un proyecto para una nueva plataforma audio que se llama Sonora y me lo he pasado muy bien. Me encanta cambiar, he hecho novela, teatro, corto, publi, serie... probar cosas nuevas siempre me hace crecer como cineasta. Y ahora estoy pensando en lo siguiente... pero tengo claro que quiero hacer una peli. Me apetece volver al cine, a mi lugar. El proceso de hacer una serie es muy duro y muy largo, tiene un peaje y ahora me pide el cuerpo volver a un rodaje de seis semanas.

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