Créenos: necesitas una gurú como Amy Schumer en tu vida

Es inteligente, es divertida y sabe envolver verdades como puños en chistes que escuecen. En breve estrenará su nueva película, '¡Qué guapa soy!'.

Amy Schumer, de estreno

Amy Schumer, en la premiere de la película 'Descontroladas'. 

/ Jordan Strauss

Amy Schumer es, dicen, la mujer más divertida de este planeta. Y eso, de manera inmediata, la convierte en una de las más inteligentes. Sí, no dejes que te engañe con su humor autoflagelante y grosero, sus bailes descerebrados y sus reflexiones en torno a pequeños tópicos femeninos (maquillaje, citas, selfies sensuales): tiene un gran cerebro entre esos mofletes de los que ella misma se ríe tanto. Por eso es capaz de meter, entre el pan y pan de las risas, una buena ración de verdades incómodas.

El 15 de junio estrena su próxima película, 'Qué guapa soy!’, que va a la yugular de uno de sus temas preferidos: la gordofobia. En la cinta, Amy encarna a Renée, una treintañera rechoncha con problemas de imagen personal que, tras darse un golpe en la cabeza, se ve en todos los espejos con el cuerpazo que siempre ha querido tener.

La clave filosófica de la comedia no es la serie de equívocos que este espejismo despierta, sino todo lo que la protagonista consigue cuando su autoestima vuela libre por la estratosfera: clava una entrevista de trabajo diciendo que ha descartado una carrera de modelo porque no va con su carácter; trata a los hombres de su entorno con una sonrisa comprensiva ("lo sé, chicos, lo sé"), camina con aplomo sobre sus taconazos y, ¡sorpresa!, el mundo se rinde a sus pies.

En la vida real, Amy Schumer no se engaña respecto a sus curvas pero se siente tan cómoda en la piel que habita que más de una sílfide la mira con envidia de la mala. Criticó a la revista 'Glamour' por adjudicarle la etiqueta de 'talla grande', se dejó retratar en ropa interior por Annie Leibovitz para el calendario Pirelli y publicó en Instagram una foto suya en bañador diciendo: "Esta soy yo. Me siento feliz. Tengo un aspecto fuerte y saludable... y un poco como la señorita Trunchbull de ‘Matilda’". Sí, a veces intenta no hacer chistes, pero la comedia es poderosa en ella y se cuela por todos los resquicios.

Amy Schumer en la Gala Met

La actriz y cómica apostó por un vestido de cuero con mangas con flores rojas.

Por eso, cuando la invitaron a la gala del Met, se puso un exclusivo modelo de Alexander Wang, pero no pudo resistirse a mostrar, en sus redes sociales, cómo (y dónde) había que aplicarse desodorante antes de un evento; por eso, cuando la revista 'Time' la nombró una de las 100 mujeres más influyentes del año, aprovechó la primera alfombra roja que se cruzó en su camino para fingir caerse ante la pareja más ‘celebrity’ del momento (Kim Kardashian y Kanye West), solo para protagonizar una foto bizarra.

Pero ojo, porque su humor no es para todos los públicos. Le encanta soltar barbaridades, hurgar en lo más sucio y embarazoso de nuestras vidas (periodos, borracheras épicas, sexo con efectos especiales, circuncisión), dinamitar tabúes y mostrarse incorrecta hasta la carcajada. A Amy, chicas, le gusta un chiste-misil más que a un tonto un lápiz y pocas veces se ha echado atrás ante lo atrevido de un gag. Solo una vez, dice, el equipo de su programa de humor ‘Inside Amy Schumer’ trazó una línea roja y decidió abandonar un sketch en el que una ‘celebrity’ llevaba un ataúd de bebé a un funeral.

Su talento la ha convertido en la colaboradora preferida de Judd Apatow, gurú de la nueva comedia femenina (‘Girls’) y la ha lanzado a la producción, interpretación y dirección.

Tiene un Emmy por ‘Inside Amy Schumer’ y cuatro nominaciones más, otra a un un Globo de Oro (por la película ‘Y de repente tú’), y, sorprendentemente, dos a los Grammy (al mejor álbum hablado y de comedia). Y, lo que es más importante, ha aprovechado el hecho de tener a todo el mundo escuchando para hablar, en clave de humor, de cosas tan serias como los abusos sexuales en el ejército, el control de armas, el feminismo, el ageísmo o el inalcanzable estándar de belleza con el que convivimos.

Al amparo del movimiento #MeToo, ha contado que sufrió una violación en la adolescencia (esa fue su 'primera vez') a manos de su novio.

Amy Schumer con vestido de Alexander Wang en la Gala Met 2016

Amy Schumer con un diseño que no encajaba demasiado con la temática tecnológica. Lo firmaba Alexander Wang.

Pero para Amy la vida no consiste solo en trabajar en la factoría de chistes. Tiene una madre y una hermana a las que adora, en febrero <strong>Chris Fischer</strong>se casó discretamente con el chef Chris Fischer… y su mejor amiga es Jennifer Lawrence, una actriz que probablemente debería representar todo lo que Amy odia, pero con la que resulta que tiene una empatía a prueba de chistes mediáticos y con la que le encanta presentar galas repletas de incorrección política.

Estamos seguras de que se siente muy orgullosa de haber conseguido tan ilustre amistad. Nos referimos a JLaw, por supuesto, porque tenía mucha competencia: Anne Hathaway, Zoe Kravitz y Jessica Alba han confesado que tienen un auténtico 'girl crush' con Schumer, y Hillary Clinton no ha parado hasta que ha conseguido que vaya a su fiesta de cumpleaños. Hay cola para adorar a Amy, chicas.

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