Maravillosos cacharros

Ivonne Herrero ha reunido en su tienda una selección de objetos para la casa de clara inspiración retro y toques actuales. Una iniciativa con magia.

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Estudió moda en la Escuela Superior de Diseño y se especializó en punto y estampación, materias evocadoras que le sugerían texturas y colores: «Que de un hilo surja una prenda tan compleja como un jersey es algo mágico», explica la catalana Ivonne Herrero. Pronto se estrenó como diseñadora en una gran empresa de moda, pero la vorágine no se hizo esperar: «Era feliz con mi equipo –recuerda– pero vivía demasiado acelerada.» En sus visitas a otras ciudades, envidiaba a las mujeres que regentaban tiendas en barrios como el londinense Notting Hill o el SoHo neoyorquino: «Las veía felices con su música, su taza de té, su ropa, su perfume de lilas…» Y así nació Ivo Co (Rec, 20. Barcelona. Tel. 932 683 331): un proyecto con nombre de banda de jazz en el que plasmó su exquisito gusto y su entusiasmo por los objetos para el hogar de aire romántico, espíritu vintage y alma de almoneda, tan apreciados en Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Centroeuropa. Junto a ella, siete colaboradoras comparten su entusiasmo: «Necesito a mi alrededor gente que vibre con lo que hace y que irradie alegría», confiesa. El buen rollo se aprecia nada más entrar: será el aroma a cítrico, la música francesa, las fl ores frescas o la sonrisa de los trabajadores, pero lo cierto es que te sientes bien en este acogedor espacio dividido por ambientes: cocina, baño, jardín, ropa para el hogar e infantil –la sección de niños ha crecido tanto, que obligó a Ivonne a inaugurar un Ivo Co especializado–. Sus dos puertas de acceso –una da a la plaza Comercial del antiguo mercado del Born y la otra, a la calle Rec– invitan a seguir un recorrido de agradables sensaciones. «Es rara la persona que sale sin nada, porque hay muchos caprichos asequibles. Aunque soy de Sabadell donde empezar. Lo frecuentaban muchos extranjeros que entienden la oferta.» Todo ha ido muy rápido, tanto que la primera idea de crear su propia marca textil se ha visto desplazada: «Empecé con paños de cocina, delantales hechos a mano y ropa de niño, pero tengo parado el proyecto.» Su producto suele cambiar cada diez días, aunque hay piezas que nunca faltan, como los platos antiguos. «Esta afi ción la heredé de mi madre, que es conservadora, ¡en mi casa estrenábamos platos cada semana! Y mi padre coleccionaba coches... ellos me han enseñado a valorar los manteles de lino, las sábanas de algodón, el espliego, la lavanda... toda la cultura de los aromas.» Sin embargo, el deseo de Ivonne al abrir Ivo Co es «que la gente mejore su estado de ánimo»: Si salen de mi tienda con la cara sonriente, ya estoy contenta», añade. Estados Unidos, Japón y algunos países europeos son su inspiración: «Me encantan los lugares donde entienden el hogar como un refugio de objetos antiguos que formaron parte de la infancia de nuestros padres o abuelos», dice Ivonne. El zinc, la madera, la loza, los estampados de fl ores, los muebles decapados… Materiales y diseños que ella combina con cariño y audacia para otorgarles una pizca de actualidad. Un lugar que, recuperando el pasado, también sabe marcar tendencia.

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