¡Mamá, hay un gay en mi tele!

La diversidad en la programación infantil es una conquista lenta, pero en perenne avance. Disney presenta a su primer protagonista homosexual.

Andi Mack

Una imagen de 'Andi Mack'.

/ Disney

Piensa en una serie de instituto en Disney Channel y seguro que los clichés empiezan a surgir como champiñones: fiestas de pijamas, proyectos de ciencias, tu mejor amigo enamorado del chico que te gusta... ¿Cómo? Pues sí, esta es una de las tramas principales de la segunda temporada de 'Andi Mack'. Y, como cualquier paso hacia la diversidad, la salida del armario del joven Cyrus (Joshua Rash) ha despertado por igual aplausos y abucheos.

La serie Andi Mack

Un fotograma de la serie de Disney. 

/ Disney

Mientras los medios progresistas se dejan las yemas de los dedos escribiendo artículos laudatorios, Kenia ha prohibido la serie y el grupo conservador One Million Moms se ha liado a recoger firmas para vetarla también en Estados Unidos. "¿Es que ya no te puedes fiar de nadie?", las oímos refunfuñar desde aquí.

En unos años, podremos preguntar a los fans de la serie (que ahora tienen unos 10 años de media) qué les está pareciendo el giro argumental.

Podríamos ponernos a hablar de Epi y Blas, de Patricio y Bob Esponja o del bolso de Tinky Winky, pero, a estas alturas del sarao, todas aquellas controversias parecen propias de 1º de Diversidad Tenemos precedentes mucho más deliberados de personajes gays en productos para niños. Y no nos referimos solo a guiños pensados para adultos con la mirada sucia, como la frase: “Por eso nunca me casé. Bueno, por eso y por esa otra razón”, de un vikingo en 'Cómo entrenar a tu dragón 2' o la controvertida (pero casi inapreciable) escena gay de Lefou en la versión no animada de 'La bella y la bestia'.

La Bella y la Bestia

Lefou en 'La Bella y la bestia'.

/ Disney

El año pasado, Nickelodeon dio el salto de fe en su serie de animación 'Una casa de locos', en una breve escena en la que aparecían, como quien no quiere la cosa, los padres del mismo sexo de uno de los personajes ('Clarence' y 'Doctora juguetes' aplaudieron y replicaron el gesto).

En marzo, 'Star contra las fuerzas del mal' se llevó el premio al primer beso gay en la televisión infantil (en una escena de multitudes y sin implicar a ningún personaje principal, eso sí), y ahora la misma serie desvela una princesa con pelo en el pecho. En realidad, se trata de un niño que se disfraza de princesa para infiltrarse en un castillo, pero el diálogo que inspira no tiene desperdicio: quienes le descubren opinan que el hecho de que sea peludo no significa que no sea mujer ("hay mujeres con pelo", reflexionan) y sugieren una libertad donde no importa, en realidad, de qué género seas.

'Hora de aventuras' no ha tenido empacho (¿lo tiene para algo?) en emparejar románticamente a la Princesa Chicle con la vampira Marceline.

'Hora de aventuras'

Princesa Chicle y la vampira Marceline, de 'Hora de aventuras'. 

/ 'Hora de aventuras'

En verano llegó 'In a heartbeat', un corto 'indie' sobre un chaval al que saca del armario su propio corazón (literalmente), cuando se enamora de un compañero de clase. Y ahora, mientras caen las hojas del otoño, Disney Channel se deshace también de la 'heteronorma' añadiendo a los habituales enredos de sus series un conflicto de aceptación de la identidad sexual.

Aún queda mucho camino por recorrer. Por ejemplo, que los guionistas abandonen los clichés gays negativos para sus villanos (esa Úrsula 'drag queen' en 'La sirenita', ese Hades locaza mala de 'Hércules') o que los supuestos homosexuales de las ficciones infantiles dejen de llevar su vida amorosa con una discreción propia del Estado Islámico.

Tenemos que aceptar la palabra de J.K. Rowling de que Dumbledore es gay y la de los guionistas de ‘Thor: Ragnarok’ sobre la bisexualidad de Valkiria, un personaje que en la película solo tenía ojitos para el Dios del Trueno (y quién no, por otra parte, amigas).

'Andi Mack', un paso más

Pero el paso que ha dado Disney con ‘Andi Mack’ es importante por tres razones. En primer lugar, porque la franquicia Disney, nos guste o no, es responsable de parte del cableado del cerebro de nuestros niños (al menos, más que ninguna otra marca); en segundo lugar, porque esta vez no estamos hablando de un personaje episódico o secundario, sino de uno de los cuatro protagonistas de la serie. Y, por último, porque ‘Andi Mack’ nos habla de un chico de 13 años que da sus primeros pasos en la senda de la autoaceptación. Y eso puede ayudar a muchos jóvenes espectadores a afrontar su propia búsqueda… o a acompañar a otros que dudan aún en su aterrador punto de salida.

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