Lisbeth, una sueca de padre español

El éxito le llegó de manera tan inesperada como a la editorial que publicó la celebrada trilogía de Stieg Larsson, ‘Millennium’. La actriz sueca Noomi Rapace se ha convertido, a sus 29 años, en una celebridad al ponerse en la piel de Lisbeth Salander, la hacker punk, asocial y justiciera, convertida en icono del nuevo feminismo. El 23 de octubre estrena en España la secuela ‘La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina’, otro bombazo certero en la taquilla. Por lo visto, tu padre era un bailaor flamenco de Badajoz, Rogelio Durán, aunque se separó muy pronto de tu madre...

¡Corre sangre española por tus venas!

Cierto. Mi padre, que ya ha fallecido y a quien apenas conocí –solo lo vi un par de veces– se mudó a Suecia en los años setenta, cuando conoció a mi madre, una actriz. Todo lo que sé es que vivieron una típica historia de amor. Así que tengo una fuerte conexión con España. Mi abuela era gitana pero, lamentablemente, falleció y no pude pasar mucho tiempo con ella; de todas formas, mis raíces refl ejan mi personalidad, mi energía y cómo soy en general. Mi temperamento es fuerte y ahora sé de dónde viene. Desde niña me pregunto quién soy y de dónde vengo, así que, defi nitivamente, una vez más se confi rma que todo está en los genes (risas).

¿Te sientes orgullosa de ser medio española?

¡Claro! Cuando era joven tenía una especie de amor-odio hacia España e incluso me negué a aprender español... Es normal cuando eres tan inmadura. Ahora, en el fondo de mi corazón sé que pertenezco a España y, como madre, quiero compartir ese sentimiento con mi hijo.

¿Te gustaría trabajar con algún director español?

Sí, sin duda me encantaría trabajar con dos grandes directores como son Almodóvar y Amenábar.

¿Qué nos puedes explicar de la secuela de ‘Millennium’ que estrenas ahora? ¿Nos va a sorprender?

Es mejor que la veas a que te explique de qué va. Todo lo que puedo decir es que es más intensa que la primera. También hay partes sexuales que quizá la audiencia no se espera.

¿Cómo te ha cambiado la vida Lisbeth Salander?

Me sorprendió mucho que me escogieran para el papel. El casting fue duro y físicamente no me acercaba al prototipo del personaje, pero de alguna manera convencí al director de que yo era la indicada y de que estaba en mí conseguir la transformación física que él estaba buscando. Estuve siete meses trabajando muy duro, hice clases de boxeo y kickboxing, me puse en forma, perdí algo de peso y me hice varios piercings. También tuve que trabajar mi lado masculino.

¿Tienes algo en común con ella?

Debo admitir que sí. Aunque no me gusta identifi carme con mis personajes, siempre hay una excepción, y cuando leí el guión me enamoré de Lisbeth en seguida. Creo que hay muchas mujeres en el mundo que pueden identifi carse con ella. Yo tengo el fondo de Lisbeth, somos las dos muy valientes. Me gusta porque ella ha creado su propio mundo para protegerse. Su comportamiento es cuestionable, pero yo no lo comparto en absoluto.

Entonces, ¿cómo dirías que es la verdadera Noomi?

Tan transparente como me ves ahora mismo. Soy independiente y perfeccionista... No sé si es o no una virtud. En otras palabras, soy una superviviente. Me considero una persona solitaria desde mi juventud. Toda mi vida he tenido que luchar por lo que quería, siempre he cuidado sola de mí misma. Y algo que he aprendido en la vida es que no importa lo que poseas, lo importante es tener fe en ti misma y no traicionar tus principios.

¿No te da miedo que te etiqueten como Lisbeth?

En realidad, no. Es un riesgo que sabía que debía aceptar. Ahora todo el mundo habla de ‘Millennium’, pero luego lo olvidarán y hablarán de otras cosas. Está claro que muchos me recordarán por este papel, pero con un poco de suerte no creo que me etiqueten. Deberías hacerme esta misma pregunta dentro de un par de años (risas).

¿Cómo te llevas con la fama?

No estoy interesada en la fama ni en nada que tenga que ver con Hollywood. Necesito tener los pies en el suelo. Tampoco me gusta que me entrevisten, porque cuanto menos sepa la gente de mi vida personal, mucho mejor, me gustaría mantenerla en secreto. En realidad, no leo nada de lo que se escribe acerca de mí. Creo que cuando eres conocido, pierdes parte de tu privacidad y eso es algo que no estoy dispuesta a sacrifi car, especialmente ahora que soy madre de un niño.