El lado oscuro de Carmen Mola

Hablamos con los tres hombres que se esconden detrás del proyecto Carmen Mola, artífices de una de las sagas literarias más exitosas en nuestro país y ganadores del Premio Planeta 2021. Con su nueva novela 'Las madres' (Alfaguara) y el estreno de la serie 'La novia gitana' (A3) llegan dispuestos a ser los reyes del noir patrio. Ideas truculentas no les faltan.

Carmen Mola

Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero, los tres nombres detrás del proyecto Carmen Mola. 

/ Diego Lafuente

Ellos son Jorge Díaz (Alicante, 1962), Agustín Martínez (Lorca, 1975) y Antonio Mercero (Madrid, 1969). Se conocieron por su trabajo como guionistas y, aunque los tres tenían publicadas diferentes novelas, decidieron sumar sus mentes para escribir 'La novia gitana' (2018). Publicada bajo el seudónimo de Carmen Mola, el libro empezó a hacer ruido y a crecer en lectores, atraídos por lo macabro de los asesinatos y por el carisma de Elena Blanco, una inspectora implacable pero con un gran trauma.

'La Red Púrpura' (2019) y 'La Nena' (2020), segunda y tercera entrega de la saga, solo hizo que acrecentar su éxito, propulsado cuando en 2021 ganaron el Premio Planeta por 'La Bestia' y salieron del anonimato provocando una gran sorpresa y algo de debate: ¿por qué eligieron un sobrenombre femenino?

El Planeta les obligó a protagonizar una intensa gira de promoción, pero poco les ha durado el descanso. Acaban de publicar la cuarta entrega de la saga Elena Blanco, titulada 'Las madres' (Alfaguara), en la que la Brigada de Análisis de Casos (BAC) debe desentrañar unos terribles asesinatos: varios hombres han sido destripados y contienen un feto en su interior.

A eso se añade el reciente estreno de la ambiciosa serie que adapta su primera novela, 'La novia gitana'. Podrá verse a través de la plataforma ATRESplayer Premium, aunque el primer capítulo va a emitirse en abierto en Antena 3 este miércoles 28 de septiembre. La actriz Nerea Barros da vida a la famosa inspectora, en una adaptación dirigida por Paco Cabezas ('Adiós', 'Penny Dreadful', 'American Gods') y con un equipo guionista en el que están dos de los autores de la novela, Antonio Mercero y Jorge Díaz. Agustín no pudo participar por problemas de agenda.

Los tres nos desgranan las claves de su nueva novela 'Las madres' y sus primeras impresiones de la serie 'La novia gitana', que aún no habían podido ver en el momento de la entrevista. Esta charla fue realizada con motivo del reportaje 'Autores fuera de serie', que en el número de octubre de la revista Woman Madame Figaro recoge el auge de los bestsellers que tendrán adaptación audiovisual, como Javier Castillo y 'La chica de nieve' o Javier Gómez-Jurado y 'Reina Roja'.

Vientres de alquiler, orishas mexicanos, corrupción policial… ¿Cómo se gesta esta nueva entrega de la saga Elena Blanco, 'Las madres'?

Jorge: Empezamos por la corrupción policial. Hemos tenido un año tan movido de presentaciones y viajes que hemos ido buscando huecos en el tiempo para ponernos a escribir y estos eran pocos. Teníamos idea de hacer una novela sobre corrupción policial y, a partir de ahí, en las tormentas de ideas que hacemos siempre ya empezaron a salir los demás casos: primero los vientres de alquiler y, en el proceso de la escaleta, aparecieron los orishas. A la vez, íbamos creando la historia personal de los personajes habituales.

Las madres

Portada de "Las madres", la cuarta entrega de la saga "La novia gitana".

/ Alfaguara

Habéis dicho que 'Las madres' es una vuelta a los orígenes, ¿qué quiere decir?

Antonio: Esta novela tiene todos los ingredientes de 'La novia gitana'. A nivel de temática, de crítica, la truculencia del asesinato que ya es marca de la casa... El modus operandi siempre es peculiar: esta vez cadáveres de hombres con un feto dentro. Luego, hay un crecimiento de los personajes, Elena da vueltas por su pasado queriendo convertir a la Nena en un sucedáneo del hijo que perdió... Esa oscuridad interior con la que lucha recuerda al inicio de la saga. También la corrupción judicial y policial están muy presentes en ambas novelas. Creo que hay algo ahí en el tono y los temas que puede remitir al lector a 'La novia gitana' y se puede hablar de 'Las madres' como una vuelta a los orígenes.

Después de 'La nena' parecía que ya no podíais tramar unos asesinatos más macabros, pero resulta que sí. Hombres rajados con un feto en su interior. ¿Diríais que si hay una palabra que define esta saga es lo truculento?

Agustín: Es evidente que todas las novelas tienen un retrato de la violencia que a veces es un poco explícito. Yo sigo pensando que 'La nena' es la más violenta de las cuatro, es donde vamos más lejos. Pero sí estoy de acuerdo con Antonio, queríamos volver al inicio, al tipo de crimen que usamos en 'La novia gitana', un crimen truculento que deja muy descolocados a los investigadores

¿Queríais hacer una denuncia de los vientres de alquiler?

Agustín: Tampoco queremos hacer una denuncia explícita, sino retratar una situación. Las granjas de alquiler por suerte no existen en España (creemos que no existen), pero sí existen en otros lugares del mundo como en Oriente y en Europa del Este. Nos parecía interesante acercar esa realidad, traerla a España y generar ese debate, ver la cara más siniestra del mundo de los vientres de alquiler y que el lector se plantee qué posición tiene con respecto a esa trama. Los personajes toman posición, desde luego, pero no es tanto una posición nuestra. Al ser tres en Carmen Mola cada uno tiene sus propias opiniones sobre temas políticos y sociales. Desde mi punto de vista, el hueco legal sobre los vientres de alquiler genera situaciones terroríficas como las granjas.

Contad a los lectores con qué Elena Blanco se van a encontrar en 'Las madres'.

Antonio: La recogemos con una característica novedosa e importante: abstemia. También más cansada de enfrentarse al mal y con la herida que le dejó la muerte de su hijo todavía muy supurante. La quiere exorcizar por medio de la Nena, que está en un centro de menores y ella quiere mover pieza para acogerla. A la vez la vemos algo más serena en su vida, en la relación que quiere tener con Zárate y más resignada a su edad, a las cosas por las que ha tenido que pasar en su vida. Sin embargo, el personaje va a ser sacudido por la trama de los vientres de alquiler, por la condición anímica de Zárate y por sus intentos de adoptar a la Nena. Todo esto va a poner en jaque la estabilidad que había conquistado tanto en la relación con el amor, como con el alcohol y con su trabajo. Es un personaje que está en un momento interesante: tiene la serenidad de los cincuenta y pocos, con una veteranía y una cierta resignación vital, que se va a tambalear.

Si nos remontamos al origen de Elena Blanco, ¿me podéis decir en quién os inspirasteis para crear al personaje? ¿Cómo nace?

Jorge: Elena Blanco nació como un personaje instrumental para 'La novia gitana'. No sabíamos que iba a haber una saga sobre ella. Necesitábamos un personaje para investigar las muertes, por eso creamos la Brigada de Análisis de Casos o BAC, basada en un departamento policial que dejó de existir y que se dedicaba a casos que no se había resuelto. Nosotros nos hemos dedicado siempre a la televisión y siempre hemos oído decir a las actrices que, cuando llegas a una edad que ya no eres ni la guapa ni la abuela, no tienes trabajo. Nosotros pensábamos que las mujeres de 45-55 años estaban en el mejor momento de su vida: eran atractivas, estaban en un momento profesional interesante, estaban empoderadas… por eso quisimos un personaje que respondiera a estas características. Luego empezamos a darle humanidad, defectos: el coche, sus canciones en el karaoke, su pasión por los todoterrenos, su casa en la Plaza Mayor, ese trauma de la desaparición de su hijo… le fuimos poniendo capas y, al final, creamos esta Elena Blanco con la que estamos todos encantados. En cada novela va creciendo.

Nerea Barros

Nerea Barros es la actriz elegida para dar vida a la inspectora Elena Blanco.

/ Jaime Massieu

En esta entrega va a ganar protagonismo Reyes….

Agustín: Reyes surge en 'La Nena' y disfrutamos mucho escribiéndolo. Nos parecía que tenía una vis cómica, una relación con Orduño que daba mucho juego, también la relación con su tío Rentero… había muchas cosas ahí por explorar. Cuando empezamos a escribir 'Las madres', a los tres nos apetecía mucho darle ese hueco a Reyes. Ella ya tiene la cuestión de la identidad de género, es 'gender fluid', pero nos apetecía colocarla en una situación de dilema moral interesante. De ahí su entrada en la Sección, en este grupo de policías corruptos, y su descubrimiento de que quizás su tío Rentero, al que adora, puede tener algo turbio. Situarla entre el deber y la familia nos parecía un sitio chulo para Reyes. Nos gusta el personaje y ha ido ganándose su sitio en la historia.

Si algo define a muchos de vuestros personajes es que están siempre en esa frontera difusa entre el bien y el mal, ¿eso es algo que os interesa especialmente?

Jorge: Como nosotros (risas).

¿Qué tenéis de malvados vosotros?

Agustín: A veces aparcamos en una plaza de minusválidos (risas)

Antonio: Los buenos personajes se mueven siempre entre el bien y el mal, tienen textura, no están solo encarnando un rasgo de carácter, eso son normas de la dramaturgia y el guion. Si tienes un personaje íntegro, pon a prueba su integridad. Nadie es de una sola pieza, somos poliédricos.

¿De qué fuentes bebéis?

Jorge: Como cualquiera de todo: películas, libros, cosas que ves en la calle y mucho de leer el periódico, ver los telediarios o escuchar la radio. Lo único que hay que intentar es tener los ojos abiertos. Todos los que nos dedicamos a la creación nos fijamos en lo mismo, yo creo. Incluso plagiamos otras novelas (risas).

Habéis hablado mucho del tema, pero para quien ande algo perdido: Los tres erais ya reputados guionistas y escritores, ¿por qué decidís uniros para escribir novelas? ¿Cómo nace el proyecto Carmen Mola?

Antonio: Esto sale en el año 2017, en una reunión de guion de la serie 'Monteperdido', basada en el libro de Agustín. Nos lo pasamos particularmente bien y a alguien se le ocurrió que por qué no usar las herramientas del guionista, esa suma de talentos, para conseguir la mejor trama posible. Era un proyecto un poco loco porque los escritores suelen tener el ego muy subido, no así los guionistas que estamos ya muy apaleados (tramas que se van fuera, ideas pisoteadas…). Juntar tres egos parecía una locura y, sin embargo, salió muy bien. No sé si porque tenemos ese pasado de guionistas supimos gestionar muy bien los egos y supimos ser generosos y humildes con los demás. Así salió este proyecto de autoría colectiva que es Carmen Mola. Es la suma de tres personas que, la forma divertida e intensa de hacer los guiones, la aplican a la literatura para hacer novelas entretenidas.

Ahora con el éxito de Carmen Mola os habrá subido el ego…

Agustín: Nos duró muy poco, aproximadamente cinco minutos, porque cuando salimos a la calle vimos que nadie nos reconocía y se vino abajo otra vez nuestro ego (risas).

Hasta que os reconocieron y se lió gorda.

Agustín: La fama del novelista es muy volátil, de todas formas. Carmen Mola está muy por encima de nosotros, no nos reconocen.

Una cuestión inevitable. Mucha gente, muchas mujeres especialmente, llevaron muy mal enterarse que tres hombres se escondían tras un seudónimo femenino. Algunas incluso se niegan a leeros. Ahora que ha pasado un tiempo de todo ese revuelo, ¿estáis muy cansados de justificaros?

Agustín: Hubo un momento de mucho caos al principio, gente metiéndose con nosotros, pero duró una semana. Nos parece muy bien que se genere ese debate –esa semana al menos se hablaba de literatura y no fútbol- pero, ya con el paso del tiempo, se ha entendido perfectamente. Es un proyecto de creación colectiva, somos tres hombres que adoptan un nombre como si fuéramos una banda de rock. Yo creo que todo el mundo lo ha entendido y es una fase superada.

¿Por qué creéis que ha sucedido algo así? ¿Las quejas venían del feminismo?

Jorge: No es una cosa de feminismo, llevamos un año viajando por toda España y otros países con decenas de presentaciones en las que nunca nadie nos ha dicho nada. Las feministas no creo que tengan nada en contra, evitando esa pequeña decepción cuando pones cara a alguien. Creo que es una cuestión más de Twitter. A veces pensamos que Twitter es todo y no. Se dice que arde Twitter y son quince personas. Nosotros tampoco hemos pensado nunca que tengamos que justificarnos: un seudónimo es un disfraz. Nunca hemos tratado de aprovecharnos de ello. Algunos dicen: lo han hecho para publicar. ¡Pero si nosotros ya publicábamos!

¿Desearíais volver a vivir en el anonimato?

Antonio: Todo tiene su momento. Estaba bien porque acababas la novela y te ponías a escribir la siguiente del tirón. No tenías que abrir ese paréntesis de la promoción, que en el caso de “La bestia” ha sido de casi un año; ha sido un cambio de vida. Ahora tenemos que promocionar 'Las madres'. Que antes el trabajo no se viera interrumpido estaba bien, pero también es cierto que la visibilidad que tenemos ahora es muy difícil de conseguir para cualquier escritor o escritora del mundo… Ese es el gran drama de los escritores, nosotros la teníamos y no estábamos disfrutando de ello. Esto nos permite disfrutar de ese momentito de visibilidad, de reconocimiento, de contacto con los lectores, con los medios… y eso es bonito. Hay que saber disfrutar de lo que la vida te pone por delante. Y ahora la vida nos está poniendo esto y lo disfrutamos sin rechistar.

La novia gitana

Fotograma de la serie "La novia gitana", con Elena Blanco en la Plaza Mayor de Madrid, donde vive.

/ Javier Agustín

¿Qué nos podéis avanzar de lo que veremos en la serie “La novia gitana”?

Antonio: Nos vamos a encontrar una adaptación bastante fiel del libro, con algunas licencias narrativas que el lector fiel reconocerá, pero que están ahí para mejorar algunos mecanismos del formato audiovisual. La ha dirigido Paco Cabezas y hemos estado nosotros en los guiones: yo de coordinador junto a José Rodríguez, y Jorge de guionista junto a Susana Martín Gijón y el mismo José Rodríguez. Tanto Paco Cabezas como José Rodríguez venían de hacer 'Adiós', un drama gitano, y eso era un plus. Para mí, 'La novia gitana' además de la presentación de Elena Blanco y su equipo, tiene dentro un drama gitano que es una de las patas importantes de esta historia.

Agustín, ¿tú has participado de alguna manera?

Agustín: Me coincidió que en el momento de escritura del guion yo estaba con el proyecto de 'Feria' (Netflix). La vida en el anonimato nos permitía hacer muchos más proyectos personales.

¿Qué me decís de Nerea Barros? ¿Por qué es la perfecta Elena Blanco?

Agustín: Nerea es una actriz estupenda. Nosotros no la hemos elegido, pero así de entrada puede ser una buena opción. Hay una cosa que siempre sucede: hay que asumir que una cosa es la novela y otra la serie. A los lectores les sucederá que han imaginado de una manera determinada a Elena Blanco y, de repente, se le pone cara. Yo espero que a la gente le guste muchísimo esa identificación, pero a veces cuesta porque puedes tener otra cosa en la cabeza.

¿Va a ser menos violenta, pensado en un gran público?

Antonio: No, no va a ser menos violenta, es algo que todo el mundo tenía claro. Había que ir a esa oscuridad de las novelas porque es una característica importante de Carmen Mola. El tono es muy similar, ahí no se ha titubeado. Es un thriller de género tipo 'Seven' o 'El silencio de los corderos', así lo ha entendido Cabezas.

Tendremos quinta entrega de Elena Blanco, ¿cierto?

Agustín: Estamos trabajando en otra novela, pero hay una quinta entrega cociéndose a fuego lento. Ahora estamos haciendo otra cosa, como ya hicimos con 'La bestia'. Nos gustó abrir el espectro de Carmen Mola y probar con el thriller histórico, es una senda que también nos apetece continuar.

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