Jedet: "Quiero que la mujer conquiste el mundo"

Es una de las pregoneras del Orgullo LGTBIQ+ de Madrid 2020. No tiene etiquetas. La artista -actriz, cantante, youtuber, DJ, activista trans, escritora e influencer- se desnuda en 'Efecto Mariposa' (Plan B), una biografía llena de ternura, desgarro y desamor. Remueve conciencias.

Jedet dio vida a la Veneno en la serie de los Javis.

Jedet da vida a la Veneno de joven, en la serie escrita y dirigida por los Javis.

/ @lajedet

«Este libro es como la contraseña de mi móvil. Aquí podrás escuchar mis audios, leer mis mensajes, conocer mis más profundos secretos. Entre estas páginas, me encontrarás desnuda. Quiero que después de leerme me ames, me comprendas, quieras abrazarme... o me odies, me juzgues y desees escupirme. Lo que te dé la gana, lo que te nazca». Así comienza esta obra, donde Jedet quiere que dar a conocer algunas de sus cicatrices y de sus delirios: desde su infancia cuando soñaba con despertarse siendo chica, hasta la homofobia que ha vivido en Madrid, pasando por los excesos y la adicción a las drogas, su transición, hasta la relación con la fama y el activismo.

'Efecto Mariposa' es un libro duro, que te remueve por dentro. ¿Cómo se puede vivir con tanto dolor y de dónde se sacan las fuerzas para luchar tanto?

Lo has definido muy bien. Es algo que forma parte de mí. Yo soy una persona muy sensible y he vivido circunstancias que han sido dolorosas, pero siempre he tenido una fuerza interior innata que, por muy mal que se den las cosas, siempre me ha permitido levantarme y seguir adelante. Me ha pasado desde pequeña... creo que se trata de la pura supervivencia.

Le dedicas el libro a todas las mujeres de tu vida -en especial a tu madre y a tu Yaya-, que "te han inspirado, cuidado, querido, enseñado". ¿Qué les debes?

Todo. Yo soy quien soy gracias a las mujeres de las que me he rodeado toda mi vida, que son las que me han enseñado todo lo que sé y, a día de hoy, continúan haciéndolo. De los hombres sólo he recibido dolor, traumas, abandono... pero ellas siempre han estado ahí, mostrándome cómo luchar y ser fuerte. Y siento que siempre lo harán.

'Efecto Mariposa', el nuevo libro de Jedet (Plan B).

'Efecto Mariposa', el nuevo libro de Jedet (Plan B).

/ Ediciones B/PenguinRandomHouse

Has titulado tu libro 'Efecto Mariposa' -pequeñas acciones capaces de generar grandes cambios, positivos o no-, ¿qué quieres lograr con él?

Para mí, este libro es una transición personal: cuenta una etapa de mi vida que ya he cerrado y sentía que debía hacerlo para reforzar esta nueva en la que estoy ahora, donde me siento más feliz, tengo más luz, estoy contenta conmigo misma y con lo que hago y he logrado apartar ese dolor que se refleja en el libro. No es tanto una transición de género, sino personal.

¿Pero no persigues generar ningún cambio?

No, porque yo no he escrito ese libro para nadie, es mi diario personal que he hecho público, pero no pretendo nada hacia el lector. Lo dejó ahí por si alguien tiene curiosidad por conocerme un poco más. Quien lea el libro entenderá ciertas cosas que nunca he contado... pero que no me pregunten sobre ello, porque es privado. En 2016, -cuando abrí mi canal de Youtube- publiqué ya un diario ('Mi último regalo') sobre mi primer desamor y me parecía interesante seguir con la dinámica de los diarios para ir cerrando etapas de mi vida. Ha sido un gesto sanador: me lo he sacado de encima hacia afuera y ahora ya no es mío, es del resto del mundo. Para mí tiene sentido, no sé para los demás...

Este ejercicio de abrirse emocionalmente, ¿es algo necesitabas?

Sí, constantemente. Desde niña utilizo la escritura para entender el mundo, llorar, desahogarme... desde niña, cuando no me gustaba una película, llegaba a casa y reescribía yo el final para que acabase como yo quería. Escribir me nace de forma orgánica y no hago para exhibirme, si no porque es mi forma de entender mis sentimientos y de gestionarlos y superarlos.

Jedet caracterizado en la serie 'Veneno'.

Jedet caracterizado como Cristina Ortiz en la serie 'Veneno'.

/ Atresmedia

Y como artista, ¿qué te llena más: cantar, escribir, actuar?

Escribir es algo que hago a diario, me nace. Y, en cambio, sin actuar o sin cantar puedo estar más tiempo. No me imagino sin poder escribir, ¿sabes?

Has actuado en series como 'Looser', 'Paquita Salas' o 'Veneno', ¿qué experiencia ha sido la más plena?

'Veneno', sin lugar a dudas. Ya no porque el proyecto tenga la magnitud que tiene, si no porque para mí Cristina era un referente y me ha inspirado toda la vida. Meterte en la piel de uno de tus ídolos fue muy fuerte... yo estaba haciendo la transición a la vez que el personaje -de hecho, paré algunas cirugías que tenía planificadas porque era mejor para el personaje- y siempre lo voy a recordar como una época muy especial. Además, llevo en la industria del entretenimiento cuatro años ya y nunca me había sentido tan en casa como en ese rodaje, con tanta gente LGTBIQ+... había una educación, un respeto y un ambiente que creo que no voy a encontrar jamás en ninguna otra parte. Y me da pena.

¿Por qué tenías como referente a La Veneno?

Siempre me ha inspirado para ser más valiente y más fuerte. Ella es un icono y la doy vida con compromiso, respeto, cariño. En mis momentos más débiles me ha hecho tirar para adelante. También me sirvió para aprender lo que no debo hacer: ella tuvo una vida muy complicada y tomó muchas malas elecciones. Tampoco creo que tuviera la conciencia que se tiene ahora, por eso hacía comentarios tránsfobos o racistas. Pero me ha dado fuerzas y ganas de educarme. Más que una serie, 'Veneno' es una revolución social.

¿Qué tiene que cambiar para que la comunidad trans sea completamente aceptada?

La educación. Yo tengo casi 28 años y de joven no sabía lo que era una mujer trans. En las escuelas no se educa sobre esto, pero es cierto que cada vez hay más conciencia. Aún queda mucha lucha, sino no estaríamos aquí hoy reivindicando. A veces es agotador, pero me gusta protestar ya no por mí, sino por mis hermanas y por las trans que no han nacido todavía.

¿Sientes el deber de hacerlo?

Ya que soy un personaje público, sí, creo que tengo ese deber con la sociedad, que es luchar por los derechos, para que se acepten socialmente los que ya han logrado las anteriores y conseguir más para las nuevas generaciones. No he nacido en un cuerpo equivocado, como dicen. Yo he nacido en el cuerpo de una mujer trans, quiero que se entienda así. Eso implica que tengo que hacer una serie de cambios para sentirme cómoda.

Porque no hay guía para ser trans...

Ser trans es solo una identidad, es como tú te sientes. Hay trans que no se hormonan, hay trans que no se operan y no son menos trans. Cada una tiene unas necesidades, lo que desea ver en el espejo. Yo voy sometiéndome a cirugías para verme mejor: el siguiente paso es una feminización facial y ponerme pecho. Yo estoy contenta.

¿Cómo fue su caso? ¿Cuándo decidiste que no se sentías identificada con el género que ponía en tu DNI?

Yo rezaba todas las noches en mi cama para que al día siguiente me despertase siendo una niña, como cuento en mi libro. Era feliz jugando con muñecas que me regalaba mi Tito... Siempre he sido mujer y, en el momento en el que lo he aceptado, han caído tantas fichas... Con los años, he ido conociéndome más y sé lo que necesito y lo que no. Pero soy una privilegiada, tengo una suerte que otras no tienen. Mi familia me apoya mucho y mi carrera me da una vida más cómoda.

¿Crees que hubieras tenido una vida más fácil si hubieras nacido en otra parte del mundo?

Creo que no, pero hubiera sobrevivido igualmente. Estoy feliz de haber nacido en España, porque aunque haya muchas cosas por cambiar aún, tenemos muchos avances que otras sociedades no tienen. Mejor estoy aquí que en Estados Unidos, tal y como está la situación ahora.

Bueno, allí tuvo un gran impulso el #meToo... ¿es un movimiento imparable?

Yo quiero que la mujer conquiste el mundo. Lo deseo, me gustaría ser vieja y ver a presidentas de gobierno, a mujeres poderosas en todas partes, ejerciendo todos los oficios, en todos los puestos, creo que el mundo sería un lugar mucho mejor.

¿Qué esperas de la vida antes de llegar a los 30 años?

Siempre sueño con lo mismo: tener una casa que pueda llamar mi hogar en el campo, en Granada, vivir con mi mascota, estar tranquila con mi marido, montar mi restaurante y estar tranquila... y de vez en cuando tener proyectos artísticos que me llenasen mucho. No pido mucho.

¿Te ha cambiado el confinamiento?

Fue una montaña rusa... y sí he cambiado, en el sentido de que ya no doy nada por sentado y vivo al día. Valoro más las cosas: estoy más centrada en lo que tengo que en echar de menos lo que me falta.

¿Qué es lo que más me molesta que te pregunten?

¡Uf! No sé... hay muchas cosas que me molestan, pero sólo me doy cuenta cuando me las preguntan. No soy nada rencorosa. Tengo muy mala memoria y me parece un regalo, porque así no me hago mala sangre con nadie. Me puedes putear, que yo sigo adelante... allá tú con tu karma.

¿Cuál es el mejor regalo que te han hecho?

Que me cocinen... cuando mi Yaya me hace su cosas ricas, no pido más.

¿Si tuvieras que definirte?

Soy una persona clara y honesta. Llevo muy mal el rechazo, por eso no ligo nunca... nunca doy el primer paso. Soy muy obsesiva, sobre todo cuando algo me mueve las tripas.Soy muy espiritual: creo en Dios, en la energía, en el universo... yo me acuesto y me levanto rezando, aunque no creo ni en la Iglesia, ni los curas ni en lo que nos han enseñado que es la religión.

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