Fernando León de Aranoa: "Como en 'El buen patrón', la sociedad está más por el 'sálvese quien pueda' que por la solidaridad"

Entrevistamos al cineasta de 'El buen patrón', que defiende las risas de su cine (aunque el trasfondo sea terrible). Y explica qué aporta Javier Bardem al filme, aparte de lo que vemos en la cinta. 

Fernando León de Aranoa durante el rodaje de 'El buen patrón'

Fernando León de Aranoa durante el rodaje de 'El buen patrón'.

/ www.fernandomarrero.com

Este viernes, 15 de octubre, se estrena en las salas de cine 'El buen patrón', la nueva película de Fernando León de Aranoa que se cuela en una fábrica de básculas de precisión para retratar el mundo de las relaciones laborales (y los abusos de poder y la competitividad). Si su película 'Los lunes al sol' nos permitió acompañar hace casi 20 años a un grupo de desempleados, ahora 'El buen patrón' nos fija al cogote de Javier Bardem, convertido en un polifacético jefe (don Julio Blanco) construido de claroscuros: tan amable y entregado como eficaz, protector y persuasivo. Y, también, falto de escrúpulos. Una película donde, curiosamente, celebramos el infortunio a golpe de carcajadas. Drama y comedia.

Al otro lado del teléfono, Fernando León de Aranoa nos cuenta más detalles sobre este filme que ha sido seleccionado por la Academia de Cine para representar a España en los Oscar. Y que aterriza rodeado de buenas críticas.

¿Esta película es como hacer un chiste en un funeral?

Alguien dijo de ella que era una comedia hecha con los materiales del drama. Me gusta esa definición porque todos los materiales con los que se construye la historia son dramáticos y sin embargo hay un humor casi permanente en la película. En situaciones difíciles, tal vez como en un funeral, puede haber risas entre amigos que buscan consuelo. En la película, poder reírse es una carga de positividad aunque el trasfondo sea terrible.

Javier Bardem brilla en la pantalla. ¿Cómo se trabaja con él detrás de ella?

Aparte de la complicidad que podamos tener porque ya hemos trabajado antes juntos, valoro mucho de él que no juega seguro, sino que busca, explora para construir el personaje, me propone y exploramos juntos. Esa voluntad de riesgo me gusta mucho. Es una maravilla.

El director Fernando León de Aranoa posa en el Festival de San Sebastián antes de la proyección de 'El buen patrón'

El director Fernando León de Aranoa posa en el Festival de San Sebastián antes de la proyección de 'El buen patrón'.

/ Daniel Gonzalez

En la película, el jefe argumenta que a veces hay que tomar decisiones difíciles (despidos) porque el objetivo de la fábrica es producir. ¿En algún momento has pensado que tenía razón?

A todos los personajes hay que construirlos intentando entenderles, buscando su verdad aunque luego tú no estés de acuerdo con ella. Creo que es importante no juzgar a los personajes, sino entender las razones que les hacen actuar como actúan. Al principio, del personaje de don Julián Blanco que interpreta Javier Bardem entiendes su manera de manejarse pero poco a poco va cruzando líneas rojas de difícil retorno y eso hace que como espectador te separes en un punto de él, o puede que le sigas hasta el final. Me parece interesante buscar la empatía con el personaje.

¿Qué tiene de bueno este 'buen patrón'?

Es un personaje muy carismático, con mucha habilidad social e ingenio. Es un pícaro y conecta con la tradición de la picaresca española, ese tipo de persona que siempre va a caer de pie y sabe cómo salir de una situación apurada. Los pícaros nos producen mucha admiración aunque no nos guste lo que pretenden, seguramente por esa habilidad para ir siempre tres movimientos por delante de los demás.

Y sus empleados...

En la fábrica donde se desarrolla la película hay un juego cruzado en varias direcciones, no hay nadie que salga del todo indemne. Todos tienen algo que esconder y ejercen el poder cuando pueden sobre otros. Es algo que me interesaba contar, una sociedad donde priman conceptos como individualismo y competencia, y donde la gente está más en el "sálvese quien pueda' que en el apoyo o la solidaridad entre los trabajadores.

Fernando León de Aranoa y Javier Bardem en al presentación de 'El buen patrón'

Fernando León de Aranoa y Javier Bardem en al presentación de 'El buen patrón'.

/ Daniel Gonzalez

¿Las cosas están hoy peor que cuando hiciste 'Los lunes al sol'?

Soy optimista por naturaleza, creo que siempre hay gente dispuesta a trabajar para que las cosas mejoren aunque en algunos terrenos sí creo que hay más individualismo y la identidad de clase o la solidaridad son más difíciles de ver. Por ejemplo, en las relaciones laborales, donde el empleo se va deteriorando y fragmentando para que haya más. Estamos más separados y creo que las redes sociales no contribuyen a que estemos más juntos o unidos.

¿Cada vez es más difícil que la gente se interese por el cine social en esta época del 'buenrollismo'?

A mí me parece que siempre es interesante. Y habría que ver qué es cine social: muchas de las películas que hacemos lo son, no solo las que lo parecen de un modo más específico. En la medida en que las películas cuentan cómo y quiénes somos, están dejando una mirada sobre los tiempos que vivimos.

¿Tus personajes verían tus películas u optarían por algo más palomitero?

Es posible que don Julio Blanco probablemente optaría por un cine más comercial. Quizá alguno de los personajes de 'Los lunes al sol', que es, de mis películas, la que más se ha visto, sí. Y me temo que los chicos de 'Barrio' van poco al cine.

Javier Bardem protagoniza la película 'El buen patrón', de Fernando León de Aranoa

Javier Bardem (a la izda.) protagoniza la película 'El buen patrón', de Fernando León de Aranoa.

/ Ellas Comunicación

Cineasta de éxito y, suponemos, con una buena situación económica. ¿Es más difícil retratar y ver desde ahí los mundos que muestran tus películas?

Las películas que haces tienen que ver con tu interés y tu curiosidad, independientemente de quién seas o dónde estás. Hay trabajo de documentación cuando es necesario y otro de invención y empatía, es decir, saber ponerte en el lugar de los personajes que cuentas. Esta cuestión ya se planteó a John Steinbeck cuando escribió 'Las uvas de la ira', o a John Ford cuando dirigió la película. ¿Era John Ford uno de los inmigrantes que se fue a Oklahoma con un carro? No, no lo era pero supo contarlo y es digno de reconocerse.

Las salas de cine están en crisis. ¿Es tan importante el soporte o lo importante es la historia y que esta llegue al público?

Los dos son importantes. Lo que queda en la memoria es la historia pero la manera de verla influye. Me gustan las salas de cine y su energía, más allá de los elementos técnicos como ver la película en pantalla grande o el sonido. Estuvimos viendo 'El buen patrón' en el festival de San Sebastián. Hay algo muy interesante en sentarte en la última fila y escuchar el pulso de la sala, cómo la gente entra en la película. A veces, cuando la gente se ríe a tu alrededor tú también te permites reír a carcajadas. Eso es algo muy rico, la experiencia de comunicar es hermosa, y luego salir y discutirla. Me gustan las películas que tienen una buena prórroga después y una buena conversación. Siempre especulo con lo que diría el público a la salida, si está de acuerdo con don Julio Blanco, si le parece bien lo que ha hecho la chica (Liliana)... y eso me parece que es más fácil que suceda si vas a una sala.

¿Qué la película de uno la elijan para representar a España en los Oscar en lugar de a la última de Pedro Almodóvar implica que los hermanos Almodóvar te retiren el saludo o son inventos de las redes y la prensa?

Espero que no, espero que no suceda (risas). No he hablado con ellos pero no creo... Al final son decisiones que toma la Academia, que es soberana. Cuando decide que una película es la más adecuada o la que más le gusta para representarnos fuera de España, es algo que creo que hay que respetar, al menos yo no lo cuestiono ni lo he cuestionado cuando ha sido al revés y mi película no ha entrado en la selección. Cuestionarlo no tiene mucho sentido, otra cosa es el público o la crítica, que son muy libres de opinar.

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