Beret: "No me voy a inventar que leo poesía si no es verdad; si lo critican, me da igual"

Hablamos con el compositor y cantante sevillano Beret, el fenómeno millennial que ha logrado que perder en el amor esté de moda. 

Beret, en una foto promocional

El cantante sevillano Beret.

/ Warner Music

A sus 23 años, el artista sevillano Beret maneja cifras de escándalo: en algo más de cuatro años, el tiempo que ha transcurrido desde que publicó un primer tema en YouTube y comenzaron a multiplicarse sus suscriptores gracias al boca a boca, se ha recorrido toda España y parte de Latinoamérica llenando aforos de miles de personas (en junio de 2020 estará en el Palau Sant Jordi de Barcelona y en el WiZink Center de Madrid). ¿Más hazañas? Al menos una decena de sus vídeos superan los 10 millones de visualizaciones, el clip 'Vuelve' 'junto a Sebastián Yatra registra 226 millones y está nominado a mejor artista español en los MTV EMAs.

Al otro lado del teléfono, Beret (Francisco Javier Álvarez Beret) responde con sencillez a las preguntas que se le van lanzando. Ni rastro de petulancia. Y un flamante nuevo disco, 'Prisma', con sus habituales letras certeras de desamor, cadencia de balada urbana, distorsiones traperas y colaboraciones de lujo (desde Pablo Alborán, a Vanesa Martín o Melendi) que promete arrasar. Hablamos con él.

El cantante sevillano Beret

Beret, posa para una foto promocional. 

/ Warner Music

Para crear canciones como las tuyas, ¿cuántas veces le tienen que haber roto a uno el corazón?

Yo creo que más que la cantidad o las veces que han podido romperme el corazón, importa la intensidad. Y a veces no es tanto el desamor como el amor propio y el desaire.

¿Tus canciones tienen nombres y apellidos?

Hay algunas que sí y otras que son más reflexiones, pero las que tienen nombres y apellidos para mí son mis preferidas. Estas son 'Cóseme', 'Vuelve' y 'Dime quién ama de verdad'. Esas son las que cuesta cantar en los conciertos.

Ya hay análisis que estudian las claves de tu éxito. ¿Tú te has parado a analizarlo?

Hoy cualquier artista analiza su trabajo constantemente pero las claves... No sé si es porque nunca busqué ser cantante y por eso no he tenido la lucha de decir "quiero conseguir esto". Todo ha ido saliendo muy bien y he sido yo en todo momento y me he mostrado tal y como soy. Si tuviese algún tipo de clave sería la de ser sincero y contar lo que a veces cuesta a uno contar. Mucha gente, al escuchar las canciones, dice: "Eso es lo que pienso pero no me atrevía a decirlo".

Si no aspirabas a ser cantante, ¿a qué aspirabas?

Empecé el bachillerato pero lo dejé para estudiar un grado de técnico de sonido. En ese curso subí un tema a YouTube porque componía y pasó el tiempo y funcionó muy bien. Y, casi sin darme cuenta, me vi dando conciertos casi cada fin de semana... cuando tenía que haber estado estudiando. Llegó el día del examen y me di cuenta de que no había tenido tiempo de estudiar porque estaba de conciertos. Lo de la música ya no era una broma, era algo con lo que me estaba ganando la vida.

Y cateaste ese examen, claro.

Cateé tanto que hasta dejé los estudios. El hecho de componer me había gustado de siempre. Cantar, bueno, cantaba de vez en cuando pero a mí lo que me gustaba mucho era componer. El sentir que había hecho algo que a la gente le estaba gustando, hizo que me animase a seguir. Un día me propusieron hacer un concierto, yo no había dado un concierto en mi vida y ahora lo veo como si hubiera sido ayer, ha ido rapidísimo.

¿Y eso cómo se digiere?

Antes de todo esto, yo ya había sufrido ansiedad. Eso fue un inconveniente. Lo de la música cambió mi vida total, de forma literal. Pasé de ser una persona que estaba estudiando a trabajar, empezar a ser conocido, que la gente me parase por la calle. Al principio uno no sabe cómo actuar y para ser cantante no hay un manual. Fue un poco locura. Hoy lo veo con más serenidad porque ya llevo tiempo y sé más cosas, pero al principio, era una locura. Recuerdo el primer concierto y los nervios, porque no sabía ni qué hacer entre canción y canción, había ido a dos conciertos en mi vida.

¿Habías ido solo a dos conciertos en tu vida, como espectador?

Sí, solo. Bueno, a tres o cuatro: uno de Fito, otro Rocío Jurado en Sevilla, otro de Pablo Alborán... Respecto a escuchar música, sí soy de hacerlo, pero de ir a conciertos, no. De hecho hace poco lo pensaba: he ido a ver tres conciertos en mi vida y he dado unos 300.

Tienes un tatuaje con un reloj que indica que importa menos el tiempo que la intensidad. ¿Con los años, quizá tendrás que actualizar ese tatuaje?

No creo. Bueno, lo mismo… Pero creo que la cantidad no es sinónimo de nada, ni de conocimiento ni experiencias, hay personas de 70 años con problemas de 15 y hay personas de 15 que han vivido cosas que las han hecho madurar más que otra de 40. El tiempo no marca: que si con 40 no puedes irte de fiesta y con 15 hay que hacerlo. Creo que por más que pase el tiempo no me voy a arrepentir: me va más un buen día aprovechado, que una semana normal.

Beret y su tatuaje que reflexiona sobre el tiempo

Beret luce tatuaje de un reloj en su brazo derecho. 

/ Warner Music

Una vez un entrevistador te preguntó, "ya que te consideras poeta, dime tres que inspiran", y tú le confesaste que no leías poesía. ¿La sinceridad se valora hoy en día?

Valoro más aún que me dé igual algo así [Risas]. Para mí es más importante la sinceridad y el hecho de ser fiel a mí mismo. Con la pregunta esa, la verdad, no me voy a inventar que leo a cual o a tal, o si yo leía a poetas. Habrá personas que puedan criticarlo, pero cada uno que piense lo que quiera, me da igual.

Has comentado que ahora ser cantante es ser mucho de otras cosas.

Yo digo que soy más de todo que de cantante, porque me toca posar en sesiones de fotos y ahí tengo que hacer de modelo; y hay un videoclip y tienes que hacer de actor, y te ponen una entrevista y tienes que parecer interesante, y casi que es casi obligado hacer un libro... Pero eres cantante. Yo no descarto escribir un libro pero no tiene por qué. Ahora tengo que aprender a sonreír a cámara para las redes.

¿Y lo has logrado?

Sí, por necesidad, no queda otra.

Has apoyado en redes una campaña contra el bullying, ¿lo conoces de cerca?

No, pero he conocido a gente en persona o por Instagram y me hablan de ello. Me gusta el hecho de que contando las cosas, a veces se puede ayudar. Cuando sufrí ansiedad, mucha gente me dijo : "Tío, a mí también me pasa pero es algo de lo que no hablo". Cuesta comentarlo. Pero si ves que alguien tiene una vida y da un concierto pese a tener ese problema, les puede ayudar a pensar que eso no les tiene que frenar.

¿Cómo es 'Prisma', tu nuevo disco?

'Prisma' es explosivo. Incluye canciones antiguas remasterizadas, muchas colaboraciones, canciones nuevas, distintos instrumentos —desde un ukelele a un piano—. 'Prisma' es, como su nombre indica, intensidad porque en el prisma entra un haz y se convierte en varios. El disco es un poco así, escuchas un tema de alegría, otro es una balada, otro es uno de los temas antiguos que solía hacer... Es un poco de todo, tiene todo. No queda nada fuera.

Tú música está cerca de la música trap y urbana. ¿A esos géneros les ha dejado ya de dar vergüenza ser románticos?

Depende. Yo intento decir las cosas como yo las siento, y que ser humano no es malo, todo el mundo tiene sentimientos. Hubo una época en el género urbano donde el mensaje era: "Yo soy el tipo más chulo del mundo". Creo que a día de hoy la gente es más sincera, aunque aún queda que la gente pase aún más, que componga directamente del corazón.

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