Entrevista a Almudena Grandes

El corazón helado (Tusquets) destapa los secretos de tres generaciones de una familia que podría ser la tuya. Moraleja: si preguntas, obtienes respuestas.

Entrevista a Almudena Grandes
Entrevista a Almudena Grandes

El silencio es una opción cómoda al principio, pero a la larga puede acarrear consecuencias trágicas. De eso nos habla el nuevo libro de Almudena Grandes, una novela de –que no cunda el pánico– ¡Novecientas páginas!

Es el libro más largo que has escrito nunca. ¿También ha sido el más complicado?

Sin duda; ha sido el más difícil de sujetar.

¿Cómo empezó esta travesía?

Yo siempre parto de una imagen que captura mi atención. En este caso, la imagen es el principio del libro tal cual... En el entierro del padre de un amigo mío irrumpió una mujer que parecía una desconocida pero que resultó no serlo. A partir de ahí empecé a trabajar con el concepto de la memoria.

Memoria individual y memoria colectiva...

Sí... Yo no he querido escribir una novela sobre los hechos históricos, aunque inevitablemente aparezcan. La generación de nuestros abuelos, la que vivió y sufrió la guerra civil, hizo un pacto de silencio que contagió también a la de nuestros padres. Nosotros somos los primeros que no tenemos miedo a preguntar y a conocer.

Pero existen otros miedos. Al fenómeno de la inmigración, por ejemplo, otro de los temas que plantea El corazón helado

Sí, ese es el fantasma contemporáneo que demuestra, una vez más, la falta de memoria histórica de España, un país que ha producido emigrantes desde mediados del siglo XIX. Lo que está pasando en el Estrecho es un escándalo, y más aún la reacción de la gente, que se enfrenta a esta situación como si fuera una especie de molestia superable.

Hay algo, pues, de reivindicación...

No he querido escribir un libro político, solo he pretendido mostrar el corazón de Álvaro Carrión, un español contemporáneo al que se le hiela el corazón al conocer la verdadera historia de su familia.

Álvaro tiene una vida normal hasta que llega una mujer que le perturba.

Su vida es tranquila, pero demasiado llana. Con Raquel descubre que tiene en sí mismo una necesidad de satisfacer deseos que nunca se había planteado.

Y aparece el tema de la infidelidad.

Cada pareja es un pacto, se establecen unas reglas. Puedes optar por pedir fidelidad o no, eso depende de las necesidades de cada uno. Hay infidelidades graves, otras menos graves, diferentes formas de gestionarla, pero en todo caso, creo que hay cosas peores que ser infiel a tu pareja.

Tus libros siempre reflejan una realidad cercana, vinculada a tu país. ¿Alguna vez has sentido la necesidad de alejarte?

No, nunca he sentido la llamada del exotismo. Creo que el camino más sencillo para llegar a la universalidad es lo local.

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