'Un año, una noche': el debut de C.Tangana en cine podría ganar la Berlinale

'Un año, una noche' cuenta la masacre yihadista de la sala Bataclán de París. Hablamos con su productor, Ramón Campos (Bambú), que este verano estrena también la primera serie española para Apple TV.

Los actores Nahuel Pérez Biscayart  y Noémie Merlant

Los actores Nahuel Pérez Biscayart ('El profesor de persa', '120 pulsaciones por minuto') y Noémie Merlant ('Retrato de una mujer en llamas', 'Curiosa'), dos de los protagonistas de la cinta.

/ Bambu Producciones

El germen de esta película está en Ramón Campos. Uno de los productores más importantes del audiovisual español (autor de series como 'Gran hotel', 'Velvet', 'Fariña') estaba justo en París con su familia, a punto de acudir a una feria de fotografía (Parisphoto, 2015), cuando sucedió el atentado del concierto de Bataclán. "Era noviembre. Estábamos cenando con mis hijas en un restaurante y nos pidieron que nos fuéramos al hotel, por todos los ataques que estaban ocurriendo. Al día siguiente, cogí mi cámara y me fui a pasear solo por la ciudad para capturar esas sensaciones de un París paralizado y hay algo en la película, del silencio de aquella mañana, las mantas de emergencias tiradas, las miradas de desconfianza...". Y algún tiempo después se topó con el libro de Ramón González 'Paz, amor y death metal'. "Y ahí pensé: esto es lo que hay que contar", nos explica Campos.

La cinta narra la historia de amor y superación de un grupo de supervivientes del atentado de la sala Bataclán. Nahuel Pérez Biscayart, Noémie Merlant, Quim Gutiérrez y Alba Guilera interpretan a las dos parejas protagonistas. A través de ellos, conoceremos los cuestionamientos éticos, relaciones personales y traumas a los que deben hacer frente, dirigidos por Isaki Lacuesta, uno de nuestros jóvenes directores más valorados internacionalmente. Natalia de Molina, Enric Auquer y el cantante C. Tangana -que hace su debut en el cine, con un papel pequeñito, pero convincente- completan el reparto.

La actriz Natalia de Molina en el estreno de la película 'Un año, una noche', en la Berlinale

La actriz Natalia de Molina en el estreno de la película 'Un año, una noche', en la Berlinale.

/ Marechal Aurore/ABACA

¿Fue una sorpresa que el jurado del Festival de Cine de Berlín escogiera 'Un año, una noche', de Isaki Lacuesta para competir en su sección oficial?

Bueno, en cuanto vimos acabada la película en Bambú, supimos que teníamos entre las manos algo muy especial. Y enseguida apostamos por ir a los grandes festivales: la enseñamos en Berlín y en Cannes (en San Sebastián no, porque Isaki ya había ganado la Concha de Plata en dos ocasiones anteriores). Y ahí hubo unos días de tensión, porque Berlín nos había dicho que sí, con lo difícil que es que te acepten allí y aún no sabíamos la respuesta de Cannes y tuvimos que optar por uno de los dos. Es como las oposiciones, que tienes que aceptar o rechazar sin saber si te van a dar en el futuro otra plaza. Pero ya sólo que te acepten en Berlín, Cannes, San Sebastián o Venecia es un subidón.

Ramón Campos

El CEO de Bambú Producciones, Ramón Campos, creador de series míticas como 'Velvet', 'Fariña, 'Gran Hotel' y 'Gran Reserva'.

/ enrique baro ubach

¿Pero sólo puedes optar por presentarlo en uno de ellos?

Eso es, los festivales de Clase A, en cada continente, obligan a que tiene que ser un estreno internacional. En Europa ya no podemos ir a la sección oficial de ninguno más, pero sí podemos presentarla en Mar de Plata, en Toronto... Esto que te cuento convencido, lo acabo de aprender hace dos días. Y es una gozada, a estas alturas del partido... ver cómo funciona la industria en la que creía que ya lo sabía todo (risas).

¿Por qué Berlín? Porque esta historia igual en Francia hubiera tocado emotivamente más, porque el atentado fue en París...

Sí, pero ten en cuenta que es una historia contada por españoles e igual alguien podría haber tenido prejuicios de inicio. Es verdad que después de verla, hubieran desaparecido.

¿Has arriesgo mucho contando esta historia como productor?

No sé si arriesgar es la palabra, pero sí que he decidido dar un paso adelante en algo que en España no se estila, que es dar presupuesto a historias independientes y que, en principio, no son abiertamente comerciales. Aunque nosotros hemos hecho la película con una ambición muy comercial, cuando hablas de dar un presupuesto de 6 millones de euros a un realizador como Isaki Lacuesta, chirría. En Europa es lo habitual con autores como Thomas Vinterberg para 'La caza'... Con eso, puedes hacer películas más grandes, más ambiciosas que lleguen al gran público y eso faltaba en España.

¿De verdad el presupuesto hace la diferencia?

En realidad no, porque hay películas pequeñas maravillosas, pero sí que marca un camino para que nuestro cine de un salto. Tu la película e 'La caza', de Thomas Vinterberg la puedes hacer con muy poco dinero: tres casas, un profesor... pero si quieres tener a Mads Mikkelsen ("Hannibal") como protagonista, si quieres hacer la película más ambiciosa en cuanto a semanas de rodaje, en cuanto a dirección de fotografía... ahí es donde se necesita más dinero. 'Un año, una noche' se podría haber hecho con mucho menos dinero: dos tíos encerrados en un piso, la sala Bataclán en Madrid, dos salidas a París y hecho, pero todo el mundo va a notar que es una película pequeña. Llega un momento en el que, aunque no hagas naves espaciales, el dinero se ve en la pantalla.

¿Y por qué Isaki Lacuesta para este proyecto?

Porque ya habíamos trabajado juntos, porque trata a los personajes, a los seres humanos de sus películas con una delicadeza tal que se convierten en personas reales. Y esta es una historia de dos personas, con el atentado de la sala Bataclán de París de fondo, que vivieron esta terrible experiencia aquella noche y de cómo consiguen seguir adelante después de un trauma así. Y cuando hablé con él, coincidimos visualmente y en el guión... es facilísimo trabajar con Isaki. Es poroso, no rechaza nada, escucha, lo mastica y toma sus propias decisiones. Siempre está abierto a las sugerencias y eso es una gozada.

'Un dia, una noche', de Isaki Lacuesta para Bambú Producciones

'Un día, una noche', de Isaki Lacuesta, será distribuida por BTEAM Pictures en España y por Studio Canal a nivel internacional.

/ Bambu Producciones

El autor de 'Paz, amor y death metal', el libro en el que está basada esta película, no ha participado en el guión...

No, Ramón González nos dio libertad absoluta tras reunirnos con él, pero sí que nos asesoró, sobre todo en las escenas de la sala Bataclán. Ya ha podido ver la película y tanto él como su pareja y sus dos amigos, los que estaban juntos aquella noche, están muy emocionados.

¿Proceder de la televisión te lo ha puesto más difícil?

No, para nada. Yo creo que es, afortunadamente, por el momento que estamos viviendo en la tele. Yo soy el pez a contracorriente: cuando todos los del cine vienen a la tele, nosotros nos vamos al cine. El tener éxito en la pequeña pantalla nos ha posibilitado hacer cine y el tener éxito en el cine comercial ('A pesar de todo', 'Malasaña 32', 'El verano que vivimos'), me ha dado la posibilidad de poder hacer cine de autor y de darle las armas a gente como Isaki y a otras películas que estamos preparando ahora. Hay que ser inteligentes en esta industria e intentar promediar: si no doy taquilla en cinco películas, no voy a tener opción de seguir. Es como en la tele: yo hago series, que me entusiasman, como 'Gran Hotel', 'Velvet' o 'Las chicas del cable' y otras como 'Fariña', y documentales como 'Alcasser' o 'El caso Asunta' que no tienen una audiencia masiva. Hya que hacer industria, pero también hay que hacer arte.

¿De qué éxito y de qué fracaso has aprendido más?

El fracaso lo tengo clarísimo, 'Guante blanco'. Por muy buena que sea una serie, si no funciona en audiencia, es un fracaso. Lo otro es ponerle parches a la verdad y ahí es cuando no aprendes. Yo salí de allí y me pasé tres meses analizando en qué habíamos fallado. Y de ese fracaso aprendí todo lo que es Bambú Producciones hoy. ¿Del éxito? 'Velvet' es una serie que me enseñó mucho. Fue una serie que me costó mucho vender (a Antena 3), más rodar (nos pasamos un año tratando de ver si dábamos con la tecla) y luego confiar (yo vi los primeros episodios y no entendía la serie... ¡y eso que la había creado yo!): no siempre pasa que tu visión coincida con la de tu equipo. Ellos tenían razón y tuve que dar unos pasos atrás para darme cuenta de eso.

El documental de Asunta Basterra, de Bambú Producciones

El documental de Asunta Basterra, rodado por Bambú Producciones en 2017.

/ Bambu Producciones

¿De qué trabajo te sientes más orgulloso?

¡Guauuu! ¡Qué difícil! Fíjate, yo me siento así con las series documentales, como 'Alcasser' y 'Asunta', porque mi nivel de implicación en las dos fue más allá de lo profesional. La niña Asunta Basterra fue asesinada a 34 kilómetros de mi pueblo, Noia, y tomé la decisión de hacer la serie porque mi hermana, psicopedagoga y orientadora de un colegio, me contó que varios niños habían ido a preguntarla si sus padres podían matarles. Y me quedé muy impactado. Los informativos no se dan cuenta, pero estaban trasladando a una generación de niños la inseguridad de que ni en casa están seguros. Y eso abrió una línea sobre hay que hacer una análisis de cómo comunicamos y hasta qué punto somos responsables. Yo tengo una máxima en Bambú, que todo el mundo conoce en la productora y es que mis hijas, Ana y Claudia, nunca puedan venir a preguntarme porqué he hecho algo. Si ellas no lo ven claro, hemos cometido un error.

¿Y ha ocurrido?

Sí, con una serie documental, que grabamos con Isaki Lacuesta para Movistar +. Empezaba con el plano de un abuelo contando cómo había encontrado a su nieta muerta: era un hombre de pueblo, con mucho acento y era desgarrador escucharle; tanto que yo, con la serie cerrada, empaquetada, enviada a la cadena y preparada para emitir, llamé para decir que no la emitieran. Porque me imaginé a mis hijas viniendo un día a verme y preguntándome: papá, ¿por qué pusiste la voz de este señor explicando algo tan íntimo en televisión? Y no encontré respuesta para eso. Es una buena medida que marca la línea de Bambú.

¿El cine es una escapada ante la sobreexplotación que están viviendo las series: se estrenan de cinco a diez cada semana?

Estamos en la cumbre de la explosión de las series y ahora veremos si nos quedamos ahí arriba todos y conseguimos mantenernos en equilibrio todos juntos o empezamos a caernos por el otro lado de la montaña y esto acaba por regularse de alguna manera, porque es un poco sinsentido tal número de producciones. El cine es necesario en la medida en que cada vez que una persona maratonea una serie -se ve cuatro o cinco temporadas-, necesita una película para desintoxicarse. Está estudiado, son datos de las plataformas. Hay que hacer películas para esa gente. Se pueden hacer de todo tipo: más comerciales, más de género -nosotros vamos a hacer una de terror, que sigue la estela de 'Malasaña, 32'-, más intimistas, o que hablen de sentimientos más complejos. Pero es necesario hacer películas para ese público.

¿Entonces lo vuestro es hacer cine para ver en televisión?

Bueno, es que el cine acaba en la tele. Lo que creo es que hacer cine directamente para tele conlleva en acortar la vida de las películas, porque desaparecen rápidamente de las redes, de los medios públicos: Netflix está lleno de películas maravillosas que nadie sabe que están ahí dentro. Y que si no las buscas, no vuelven a salir. En cambio, las películas, cuando van a salas de cine, tienen una vida mucho más larga: cine, blueray, plataformas, televisión en abierto... esa vida hace que el espectador le tenga un poco más de respeto como obra. Si 'El irlandés' (Netflix, de Scorsese, con De Niro y Pacino) hubiera nacido en salas y hubiera tenido un recorrido más convencional, hubiera sido mucho más valorada.

Dentro de nada estrenais 'Now & Then', la primera serie española para Apple TV: ¿se trabaja más o menos fácil que para otras plataformas?

Bueno, son todas parecidas. La que más libertad da al creador ahora mismo es Netflix. Las demás están empezando, dando sus primeros pasos en nuestro país, así que controlan mucho más, tienen a más gente mirándote. Es una consecuencia de los inicios. Con 'Las chicas del cable' tuvimos tal cantidad de llamadas, controles, gente opinando durante el proceso de la primera temporada en Netflix... que ahora eso ya no se produce, hay mucha más libertad. Ahora con Prime Video, HBO, Starz... todo el mundo está muy atento, pero porque son los primeros pasos. Cuando lleven 20 series, seguro que ya no habrá ese control.

¿Qué tiene 'Now&Then' para conquistar a Apple TV?

Es un thriller que habla de un grupo de chavales en los años 2000, cuyos errores les persiguen hasta su edad adulta, en el 2022. Y esa diferencia de visión del mundo, esa comparación de los sueños que tienes cuando eres joven qué poco tienen que ver con los que tienes a los 40, esa parte humana, fue la que les interesó.

¿Podemos esperar para ti más libros, después de que publicaras 'El orfebre' en 2019 (Planeta)?

Uy, empezar una nueva novela, en este momento, es muy complicado. Estoy llevando ahora mismo el desarrollo de 4 series y de 5 películas en diferentes estados... Dentro de cuatro o cinco años, cuando pegue el frenazo y me aparte, sí que me gustaría volver a escribir. Saber si una historia es una serie o un libro depende del tamaño: cuando empiezo a escribir un 'thriller', mi cabeza se va a la tele y pienso en cómo enganchar tres o cuatro semanas... cuando empiezo a pensar en cine de autor, tengo claro hacia dónde va. A mí me encantan las historias de época, en libros, pero también en cine y televisión, así que cuando me viene a la cabeza una historia de época que no puedo manejar en presupuestos españoles, me la guardo para escribirla.

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