Ángela Becerra: "Huyo del feminismo que pretendía imitar a los hombres; el de ahora aporta ese instinto femenino, esa capacidad de emocionarse y de sentir"

Esta historia real –con buena dosis de realismo mágico– sobre una mujer valiente en la Colombia de 1920, impresiona.

La escritora colombiana Ángela Becerra
La escritora colombiana Ángela Becerra / Ramón Eguiguren

Este libro me buscó a mí, después de ver un documental de 5 minutos en la tele colombiana. Saqué a Betsabé del olvido, la reconstruí, le di alma y voz (mi niñez, mi país, mi rebeldía) a lo largo de seis años, porque de ella solo se conocía el momento de la primera huelga feminista de América Latina, que convocó con 23 años», explica la escritora.

El libro “Algún día, hoy” es un canto épico a la liberación de la mujer...

Sí, pero por encima de todo, es un monumento al amor (de un hombre que ve a la mujer de igual a igual) y a la amistad.

¿La historia de Betsabé podríamos trasladarla a la época actual?

No, necesitaba su momento. Es una historia auténtica sobre una niña valiente, capaz de enfrentarse al poder político, social y económico de aquella época de cambios y de atmósfera tropical. Yo huyo ahora de meter internet o whatsapp en mis historias, todo lo que es antiemocional.

Imaginas mujeres fuertes, ¿es tu forma de aportar al feminismo?

Siempre he creído en la mujer y en la búsqueda de su lugar en el mundo. Somos más de la mitad de cerebros y no se pueden desperdiciar. Huyo del feminismo que pretendía imitar a los hombres; el de ahora aporta ese instinto femenino, esa capacidad de emocionarse y de sentir. Hay un deber como ser humano de educar en la igualdad tanto a hombres como a mujeres; esta revolución ya no tiene marcha atrás, acaba de empezar. Yo espero aportar desde mis libros no solo un grano de arena sino toda una montaña.

Eres una escritora de emociones, ¿nos hace mal tanta tecnología?

Estamos perdiendo nuestra capacidad de asombro y hace falta volver a percibir los sentidos y adentrarse en ellos. Esa capacidad que teníamos de niños de descubrir la vida está siendo arrasada por la inmediatez.

En muchos países del mundo sigue siendo una desgracia nacer niña...

La sociedad occidental tiene un deber con la otra parte del mundo: hay que lograr que deje de ser un estigma.

¿Un premio es más visibilidad?

En este caso, es la posibilidad de que se descubran a otras mujeres que se ocultaron tras seudónimos de hombres, como tantas pintoras y escritoras.

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