Amanda Seyfried: "Me han herido y engañado, pero sigo buscando desesperadamente algo bueno en los demás"

A sus 36 años, afirma que dar vida a la desacreditada empresaria Elizabeth Holmes ha sido el papel más difícil de su carrera. En "The Dropout" (Disney+), la chispeante actriz de "Chicas malas" (nominada al Oscar por "Mank") se corona.

Amanda Seyfried

Amanda, ante el mejor papel de su carrera en 'The dropout' (Disney +).

/ Amy Sussman

Nos recibe desde su granja, al norte de Nueva York, donde decidió irse a vivir tras el nacimiento de su segundo hijo, Thomas (la primera, Nina, tiene 5 años), huyendo de Hollywood. Su temperamento alegre y despreocupado se vuelve mucho más reflexivo cuando comenzamos a hablar de su último trabajo, como actriz y como productora, la serie 'The Dropout' (20 abril, Disney+). Un biopic donde se cuenta el auge y la caída de Elizabeth Holmes, CEO de Theranos, la «multimillonaria más joven del mundo hecha a sí misma», como la definió la revista "Forbes". Con solo 34 años y después de abandonar la universidad de Stanford, la empresaria de Silicon Valley inventó un análisis de sangre aparentemente innovador que iba a revolucionar el diagnóstico de enfermedades. Holmes conquistó a todos los inversores: Wall Street invirtió en su empresa la friolera de 9.000 millones de dólares. Pero tras los focos, los científicos de Theranos luchaban por hacer que la tecnología coincidiera con las grandiosas afirmaciones de Holmes. En 2015, un reportero de "The Wall Street Journal" publicó un artículo que exponía las mentiras de la empresa. Para 2018, Theranos se había hundido y, en 2021, mientras se grababa la serie, su directiva era juzgada y condenada por cuatro cargos de fraude y conspiración, que conlleva una sentencia máxima de veinte años de prisión. Será sentenciada en otoño de este año.

La actriz Amanda Seyfried

La actriz, a la que le encanta escuchar a Kelly Clarkson y beber margaritas, caracterizada como Elisabeth Holmes.

/ Beth Dubber

¿Qué es lo que más le atrajo de esta historia?

Siempre quise entender por qué lo hizo, como la mayoría de los norteamericanos. Pero, incluso después de estudiarla, Elizabeth sigue siendo un enigma para mí. Ella quería sobrevivir a toda costa en el ámbito en el que estaba y por eso ocultaba tantos secretos al mundo, pero todavía sigo sin saber quién es. En realidad, todos lo hacemos: mostramos una parte al mundo y escondemos otra como manera de adaptarnos al entorno. Eso nos brinda una sensación de seguridad.

¿Fue complicado dar vida a alguien real?

Fue emocionante. Junto con la creadora de la serie, Liz Meriwether, quedamos en que no tenía sentido imitarla, nuestra tarea era dramatizar los sucesos, hacer una ficción lo más real posible, por eso también tiene toques de humor, como la vida misma. Elizabeth Holmes fue tan convincente y capaz de atraer inversores porque ella misma lo creía. Desde un punto de vista psicológico, si logras creer en algo lo suficiente, entonces puedes hacerlo; su lema era: "Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes".

¿Llegaste a conocerla?

No, no quise. Elizabeth fue increíble creando cosas, como la historia de Theranos y su invento. Quiero decir, que podría venderme arena si alguna vez la conociera: ella era muy carismática, apasionada, súper inteligente y sabía cómo hablar con la gente. Estoy segura de que al principio le cuestionaron sus ideas, especialmente los ingenieros y los científicos, pero Elizabeth siempre desviaba cualquier cosa que no sabía hacia lo que sí sabía. Es una actriz increíble y podría haber usado sus poderes para el bien. Bueno, lo hizo durante un tiempo, hasta que dejó de funcionar.

¿Cómo se transformó en ella?

Hay muchas parodias de ella en la tele, pero las evité... no quería construirla desde ahí. Uno de los mayores desafíos fue capturar la distintiva voz profunda de mi personaje, que Holmes cultivó deliberadamente –cuando era joven no hablaba así– para darse más seriedad. Me preocupa un poco qué dirá la gente del resultado... Cuando das vida a alguien, tienes que enamorarte un poco de él, independientemente de lo que haya hecho o de quién sea. Ahí es donde comienza mi proceso. Elizabeth era una devota, no sé si de convertirse en millonaria o de salvar la vida de las personas. Me encantó ponerme en su lugar y ayudar al público a considerar qué habrían hecho en esa situación.

Amanda Seyfried y Naveen Andrews ('Perdidos') protagonizan 'The dropout'.

Amanda Seyfried y Naveen Andrews ('Perdidos') protagonizan 'The dropout'.

/ Beth Dubber

¿Fue difícil rodar mientras comenzaba el juicio real?

Fue una locura, porque cada día nos llegaba una información nueva y teníamos que plantearnos si incluirla. Nos preguntábamos si realmente estábamos en el camino correcto... A veces estábamos en el set y nos olvidábamos de que las cosas que decías en realidad fueron dichas por personas. Fue complicado a nivel emocional, la verdad.

¿Y esta historia tiene alguna moraleja?

Sí, por supuesto. Todos somos cómplices del "Fake it till you make it" ("miente hasta que lo consigas"), construimos esta mentira porque queríamos creer, era una historia esperanzadora. Pienso que es una lección increíble que se nos enseña a diario. ¿Cuántas veces necesitamos que nos la muestren para dejarla pasar? Pero, algunas personas son más inteligentes que otras y algunas son más apasionadas que otras y a veces queremos creer algo que no termina siendo cierto.

También nos apasiona ver que se hace justicia...

Es extrañamente satisfactorio ver caer a alguien que se lo merece. Creo que es porque siento que se han aprovechado de mí, como espectadora. Acabo de ver la serie "WeCrashed" (Apple TV), sobre el colapso de WeWork, con Jared Leto y Anne Hathaway y me quedé pensando: «Este tío tiene grandes ideas, es carismático, entiendo cómo actúa y por qué lo hace, hay algo en él que queremos escuchar. Y veo cómo se le ocurren las ideas y cómo se despliega la pasión y los efectos positivos que tiene en la gente que le rodea, y luego veo dónde va mal y lo que está pasando... Espera, ese tío tiene que rendir cuentas, tiene que responsabilizarse de lo que ha hecho». Y entonces la caída se vuelve satisfactoria para el espectador, incluso más que el ascenso. Eso es lo que pasa, al menos conmigo.

¿Qué te llenó más, interpretar a Elizabeth Holmes como una mujer exitosa o hacerlo como fracasada?

Fue más difícil reflejar su caída. A pesar de que había visto en las diez horas de cintas que tengo grabadas los estragos que causó en su espíritu. Aunque quién sabe si ella era consciente de ello. Es como cuando ves "Titanic" y hay una parte de ti, cada vez que ves la película, que realmente espera que no se hunda, aunque se va a hundir, se ha hundido, de hecho. No hay nada que puedas hacer para cambiarlo, pero hay algo en el espíritu humano, una pequeña parte de tu corazón que espera que cambie. Eso me pasaba a mí.

¿Qué tienes en común con Elizabeth?

Me identifico con ella en muchos aspectos. Soy capaz de ser muy ambiciosa, pero no demasiado. Veo lo bueno en la gente, busco desesperadamente lo bueno en los demás, y no creo que sea solo porque soy actriz. Hay personas que me han herido, y se han aprovechado de mí, así que soy menos optimista de lo que solía ser, pero mantengo ese punto de vista en las cosas que de verdad me importan, como la vida en general.

¿Ha cambiado mucho tu carrera tras haber sido nominada al Oscar el año pasado por "Mank"?

La verdad es que sí, fue muy grande lo que generó esa nominación. Gracias a ella obtuve el papel en "The Dropout", porque estoy convencida de que me llegó gracias a "Mank"... No por la nominación en sí, sino porque aumentó las posibilidades de que fuera yo quien interpretara a Elizabeth, y me siento afortunada.

Como actriz, tu papel en "Mank" amplió el espectro...

Claro, porque cada oportunidad que me dan genera otra, y así sucesivamente, y "Mank" me hizo brillar otra vez, al menos una temporada, y logré grandes personajes que no había conseguido antes. Ahora puedo interpretar a gente increíble y estoy feliz con los trabajos que estoy consiguiendo, me tienen todos muy entusiasmada.

La actriz Amanda Seyfried y el actor Naveen Andrews

Los actores de la serie, durante su estreno en Los Ángeles, el pasado abril.

/ Matt Winkelmeyer

¿Qué se siente al formar parte de un fenómeno cultural como es "Chicas malas" (2004)?

Es muy loco, porque ¡la rodé cuando tenía 17 años! ¡Ni siquiera sabía cómo se hacía una película! Fue la primera vez que me ponía delante de una cámara para hacer un film. Es increíble, me encanta este trabajo y me divierto cada vez que la veo. Me gustaría quedarme con los honores, pero fui solo una jugadora más en una historia brillante. Cuando mi hija tenga 15, dentro de 10 años, la verá, y eso es genial, porque ya es un clásico y lo seguirá siendo.

Preparas una serie con Tom Holland, "The Crowded Room" (Apple TV), una historia que habla de gente con enfermedades mentales. ¿Qué causas te preocupan?

Tom interpreta a Billy Milligan, el primer hombre en Estados Unidos absuelto de la violación de tres mujeres en Ohio después de que le diagnosticaran un trastorno de identidad disociativo, con 24 personalidades distintas (Amanda es la psicóloga). Es genial que se hable de salud mental con naturalidad. Mi marido (Thomas Sadoski) y yo estamos implicados en el apoyo a los niños víctimas de los conflictos (inara.org o warchild.org) y en la protección de los animales (bestfriends.org).

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