Diciembre a lo Grande(s): por qué (y por dónde) empezar a leer a nuestra llorada Almudena Grandes

Han pasado apenas unos días desde la muerte de Almudena Grandes y ya notamos su ausencia. Por suerte, los escritores nunca mueren del todo y la autora de 'Malena es un nombre de tango', 'Las edades de Lulú', 'Los besos en el pan' o 'Los pacientes del doctor García' vivirá siempre en sus libros y nuestros corazones. Por si andas un poco perdida al respecto, te contamos cinco razones para recordar a esta autora y cinco títulos suyos para empezar a conocerla a lo grande(s).

1. Nunca dejó de evolucionar. Se estrenó en la literatura a los 29 años, con una novela erótica, ‘Las edades de Lulú’, que ganó el premio Sonrisa Vertical y que narraba la iniciación sexual de una chica de 15 años con un amigo de la familia mucho mayor que ella. Avanzó después hacia las crónicas generacionales (‘Los aires difíciles’, ‘Malena’) y dio un salto atrás en el tiempo para vivir sus últimos años literarios instalada en la Guerra Civil y sus consecuencias a largo plazo. Quién sabe cuál habría sido su siguiente estación.

2. Logró el reto definitivo como escritora: la crítica y los lectores la adoraban. Todas sus novelas, desde la primera, se vendieron bien; y, en su caso, lo popular y lo intelectual se daban la mano. Al igual que unos pocos elegidos (Pérez Reverte, Madonna), tenía fans entregados que la seguían, sin perder fervor, desde el principio de su carrera.

3. Titulaba como los mismos ángeles. Y es un don que muchos escritores envidian. 'Atlas de geografía humana', 'Los aires difíciles', 'El corazón helado'… ¿No dan ganas de sumergirse en sus páginas solo con leer los títulos de sus novelas?

4. Reivindicaba la belleza real. Almudena Grandes era grande de alma, de mente… y también de cuerpo, a mucha honra. Ser más alta y más gruesa que el resto de las niñas de su edad le supuso muchos complejos, y en muchas de sus novelas (como ‘Malena es un nombre de tango’, la más autobiográfica) relata sus más y sus menos con su propio cuerpo.

5. Quería un mundo mejor. Militante de izquierdas de toda la vida y comprometida con la memoria histórica, sus libros intentaban dar voz a quienes no la tenían, desde los republicanos represaliados hasta las pacientes de los psiquiátricos. Criticó a la derecha con fervor y en ocasiones con controversia, y el que una de sus hijas, Elisa, sea candidata por Falange no debió de hacerle ninguna gracia.

…Y cinco novelas para empezar a conocerla.

1. 'Malena es un nombre de tango'. Fue su tercera novela y su primer best-seller para público generalista. Con ciertos paralelismos con su propia biografía, narra la peripecia vital de la protagonista, Malena, para encontrarse a sí misma fuera del molde de su tradicional familia (especialmente su irritante y perfecta hermana gemela) y la sociedad. Lleva más de 25 ediciones, Gerardo Herrero rodó una película basada en el texto y sigue captando fans.

2. 'Mariano en el Bidasoa'. ¿No te suena? No te extrañes: Grandes murió sin poder ver publicada la sexta y última parte de sus ‘Episodios de una guerra interminable’, la saga en torno a la Guerra Civil y sus consecuencias que escribió a imitación de los Episodios Nacionales de su adorado Galdós. En esta, ambientada en Eibar en 1964, aparecen los primeros indicios de la Transición y el fin del régimen franquista. La esperamos con impaciencia.

3. 'El corazón helado'. Romeo y Julieta con falangistas y republicanos en lugar de Montescos y Capuletos. Es su novela más ambiciosa y premiada. Y también la más larga (casi mil páginas), así que atrinchérate en el sofá y no mires el reloj.

4. 'Los pacientes del doctor García'. La cuarta entrega de ‘Episodios de una Guerra Interminable’ le granjeó el Premio Nacional de Narrativa y no nos extraña: la sombra del nazismo en territorio patrio es alargada y en concreto en esta novela abarca desde 1936 hasta 1976. Basada en hechos reales (la existencia de una red "madrileña" de auxilio a los jerarcas del Tercer Reich en fuga), es lo más parecido a una de espías que Grandes escribió.

5. 'Los aires difíciles' (2002). Su canción de amor a Rota, el pueblo gaditano donde veraneó durante años con su marido, el poeta Luis García Montero y sus amigos más queridos, entre los que estaban Joaquín Sabina, Miguel Ríos o Benjamín Prado. En un pueblo similar coinciden Juan y Sara, dos desconocidos que huyen de dos naufragios vitales muy diferentes y recuperan el rumbo juntos.