10 razones para descubrir (póstumamente) las novelas de Ursula K. Le Guin

Escritora brillante, feminista a prueba de bombas y aventurera de la literatura en todas sus formas. ¿Y te la vas a perder?

'Lost paradises'

Ilustración en la portada de la novela 'Lost paradises' de Ursula K. Leguin. 

/ D. R.

Si te estás encontrando por Twitter lamentos sobre dragones en la brisa del amanecer, alienígenas ambisexuales o utopías anarquistas, no lo dudes: alguien está de luto por la muerte Ursula K Le Guin, autora de novelas fundamentales del siglo XX como ‘La mano izquierda de la oscuridad’, ‘Los desposeídos’ o el ciclo de Terramar. Y si el nombre esta escritora estadounidense, que acaba de morir a los 88 años, te suena a chino, aquí tienes unos argumentos incontestables para empezar a leerla… o, al menos, para dar la talla mencionándola en la conversación.

1. Fue una de las grandes escritoras del siglo XX. Y punto.

Durante toda su vida, tuvo que enfrentarse a prejuicios de género (tanto sexual como literario), porque ser una mujer que escribía fantasía y ciencia ficción provocaba miradas de condescendencia. Por suerte para ella, Harold Bloom, el crítico literario más intransigente (y heteropatriarcal) que ha parido la Universidad de Yale, aplaudía su literatura sin reparos. Ah, y también practicó otros géneros escribió ensayo, poesía y relatos realistas. También tradujo los textos fundamentales del taoísmo del chino y los poemas de Gabriela Mistral del español, por contarlo todo.

2. La fantasía y la ciencia ficción, para ella, no eran escapismo, sino implicación.

Ursula K Le Guin tenía alma de antropóloga (más sobre el particular, en el punto 7). Y si viajaba más allá de Orión no era para hablarnos de naves espaciales o complejas tecnologías, sino para preguntarse si sería posible una utopía anarquista o cómo funcionaría una sociedad en la que las personas no tuvieran género definido..

3. Influyó (y le influyeron) los grandes.

Le Guin era la hija literaria de Tolstoi, J.R.R. Tolkien y Virginia Woolf. Ahí es nada. Neil Gaiman y Salman Rushdie se declaran discípulos suyos y la sombra de Ursula es alargada incluso cuando no se la menciona. ¿A alguien le suena una historia sobre un niño que descubre que es mago, entra en una escuela de hechicería y averigua que en su alma anida la oscuridad? Sí, es Harry Potter, pero también ‘Un mago de Terramar’, que Ursula escribió en 1968. ¿Y hemos visto en algún sitio una historia sobre un planeta-bosque habitado por seres pacifistas que los humanos quieren explotar y arrasar? Se trata de ‘Avatar’, claro. Y, mucho antes, de ‘El nombre del mundo es bosque’, de nuestra inmortal Ursula.

4. Fue feminista toda su vida.

Y no solo lo demostró en sus textos (léanse ‘El día antes de la revolución’ y ‘Tehanu’). En estos días, ha resucitado en las redes sociales una carta que escribió en 1987 a una editorial que le pedía que escribiera la contraportada de una antología de relatos de ciencia ficción: "No puedo imaginarme elogiando un libro que no solo no incluye a ninguna mujer, sino que tiene un tono tan autosuficientemente, exclusivamente masculino como un club o un vestuario. Caballeros, mi sitio no está aquí".

6. Tiene los mejores dragones de la literatura universal.

Ursula K Le Guin fusionó los rasgos de los dragones occidentales, de tradición cristiana (terribles, malvados, aficionados a los tesoros, siempre derrotados por caballeros andantes) con las características de los orientales: sabios, tristes y ancianos. El resultado es terrible y melancólico. Como su literatura.

6. Abrazó la diversidad antes de que la diversidad fuera hipster.

Los alienígenas de 'La mano izquierda de la oscuridad' cambian de género a voluntad durante las épocas de celo y pueden ser padres y madres de sus hijos en distintos momentos. Los protagonistas de los relatos de Terramar son de tez oscura (Le Guin aseguraba que por eso nunca querían hacerle ediciones ilustradas) y todos su personajes envejecen de forma realista y serena sin temor a las arrugas literarias. "En la diversidad hay vida, y donde hay vida hay esperanza”, decía.

7. Fue, ante todo, una antropóloga.

Su padre, Alfred Louis Kroeber, fundó el departamento de Antropología de la Universidad de Bekerley y 'descubrió”' y estudió a una familia de indios que nunca habían tenido contacto con la civilización. A Le Guin siempre le interesaron las ciencias sociales y todos sus libros son, en el fondo, experimentos sobre cómo cambia el corazón humano en sociedades con diferentes principios constitutivos.

8. Tenía ética.

Habló sobre la importancia de la ecología y sobre justicia social. Ursula K Le Guin abrazó el taoísmo como filosofía vital. Y rechazó un premio Nebula en protesta porque la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción de América hubiera expulsado al escritor Stanislaw Lem a resultas de un ensayo crítico con el género.

9. Algunos escritores crearon un universo. Ella creó dos.

14 de sus 22 novelas pertenecen a dos cosmogonías: las de Terramar, como ‘Las tumbas de Atuan’, ‘Tehanu’ o ‘En el otro viento’, transcurren en un mundo-archipiélago donde abundan la magia y los dragones. Las de Hein tienen lugar en un universo con distintos planetas habitados y unidos en una laxa confederación conocida como el Ekumen. ‘Los desposeídos’, ‘La mano izquierda de la oscuridad’ y ‘El nombre del mundo es bosque’ pertenecen a esta categoría.

10. Su último libro acaba de salir en España.

Y no es una novela ni una entrega más de sus historias de Terramar, sino una recopilación de ensayos y charlas sobre el placer de leer y escribir. ‘'Contar es escuchar' (Círculo de Tiza) está lleno de sabiduría vital y literaria, en cómodos bocados de diez o doce páginas. Prueba.

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