Citroën C3 Aircross: soltero por fuera, familiar por dentro

Totalmente diferente a su predecesor, el C3 Aircross combina un interior muy amplio con un diseño vanguardista

El nuevo Citroën C3 Aircross

El nuevo Citroën C3 Aircross ama la tierra tanto como el asfalto. 

/ D. R.

Si el C3 Picasso, el predecesor del C3 Aircross, era un monovolumen de libro, el nuevo modelo cambia por completo: intenta mantener la virtud de un espacio interior amplio y optimizado, pero rediseña la figura externa, acercándose a los todoterreno con un diseño rompedor. Por ello está pensado para aquellos que necesiten un modelo amplio, pero no lo quieren aburrido.

La clave está en que una cabina bien aprovechada, de techo alto y asientos móviles que permitan sentarnos con las rodillas bien flexionadas –lo contrario que los coches deportivos– resulta práctico por confort de pasajeros y capacidad de carga, y más todavía en esta categoría de modelos pequeños, de unos cuatro metros de longitud. Y en este sentido supera a casi todas sus alternativas, desde el Opel Crossland X –con el que comparte muchas cosas, ahora Citroën y Opel son la misma empresa– al Kia Stonic, pasando por el Peugeot 2008.

La figura externa del Citroën C3 Aircross

La figura externa del Citroën C3 Aircross se acerca a la de un todoterreno con diseño rompedor.

/ D.R.

Pero que el resultado de la figura exterior sea la optimización de espacio interior… es un aburrimiento. Eso son los monovolumenes.

Por ello el C3 Aircross ya no parece un monovolumen. Te contaba que por dentro lo es, pero ya ni lo parece por el desenfado del diseño. Aunque los acabados no son para tirar cohetes en lo que a calidad se refiere –como es habitual en la categoría– el empleo de materiales novedosos, como tela en el salpicadero, o detalles en diversos colores, hacen que internarse en él no nos recuerde a un monovolumen sino a un coche moderno, vanguardista, alegre, desenfadado.

Y por fuera, estos mismos adjetivos son perfectamente aplicables. Pocos coches se le parecen y su aspecto campero le aleja de los diseños familiares. Además, sus posibilidades de personalización son destacables, con varios colores de carrocerías, techo, retrovisores, vinilos…

El interior del Citroën C3 Aircross

El interior es amplio y con un diseño vanguardista. 

/ D. R.

El citado aire campestre se hace más verdadero al asociarse con la tecnología, gracias a la inclusión en la lista de opcionales de elementos como el 'Grip Control', neumáticos polivalentes y control de descenso, un conjunto que optimiza la tracción y, aunque no la hace 4x4, permite más alegrías cuando dejas la carretera y te internas por caminos. Pero, dado que en muchas regiones españolas pisar tierra con un coche es un pecado más grave que atropellar a alguien, solo te lo recomendamos si verdaderamente lo necesitas, porque te lleva a esa cala escondida o porque tienes una gran finca, por poner dos ejemplos.

Bien conectado, puede contar con sistema de proyección de datos frente al conductor, carga inalámbrica para móvil –ya hay más coches que lo ofrezcan que móviles que puedan hacerlo–, aparcamiento semi automático o detector de vehículos en el ángulo muerto.

En cuanto a su rodar, brilla por su confort mucho más que por su dinamismo, y la gama de motores está compuesta por motores gasolina y diésel de 82 a 120 CV. Dado su bajo peso, 1.163 kilos, incluso la versión de acceso es suficiente para todo, aunque sin alegrías, mientras que la de 130 CV permite una conducción veloz. Y te recomendamos las versiones automáticas por su confort, aunque no pueden ser asociadas a todos los motores.

Su gama de precios comienza por cifras muy bajas, inferiores a buena parte de la competencia –se vende desde 14.150 euros–, aunque enriquecerlo y personalizarlo lo hace más caro.

En definitiva, un modelo muy femenino, amplio, distinto por fuera, personalizable, de conducción confortable y a precio muy destacado.

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