Los mejores momentos del documental de Georgina Rodríguez en Netflix

De su pasión por los ibéricos a su vestidor de ensueño, repasamos los mejores momentos del reality del que todo el mundo habla.

Georgina Rodriguez en una imagen de su documental de Netflix
Georgina Rodriguez en una imagen de su documental de Netflix / Netflix

Desde que se estrenó hace poco más de una semana, el documental de 'Soy Georgina' está arrasando en audiencia, y no ha abandonado en ningún momento el Top 10 de los contenidos más vistos de la plataforma, y no nos extraña. Si has probado a ponerte un capítulo te habrás dado cuenta de que es un programa que engancha y si has devorado todos los episodios en cuestión de días como nosotras seguro que tienes algún que otro momentazo grabado en la retina. ¿Quieres conocer los nuestros? Te dejamos con los mejores momentos que el reality de Georgina Rodríguez nos ha dejado para el recuerdo.

El 'wallapop' de los ricos

A lo largo de los capítulos son varias las casas de la pareja que aparecen en el reality, pero si hay una que nos ha llamado la atención, esa es la que Cristiano Ronaldo tiene en la madrileña (y exclusiva) urbanización de La Finca. Y es que, no solo hemos podido ver algunas zonas de la casa como el inmenso garaje repleto de coches de lujo, sino que hemos sabido por Georgina que están en proceso de redecorar la casa. Como haríamos cualquiera de nosotras, su idea es 'jubilar' alguno de los muebles que ya no quieren para hacer espacio para los nuevos pero claro, como se trata de piezas enormes, de varios metros de largo y cientos de miles de euros de precio, no puede venderlos en 'wallapop' como el resto de los mortales. "Yo tengo un montón de amigos que cada vez que necesitan muebles los compran de segunda mano. Lo malo es que éstos no caben en todas las casas. No puedo meter esto en Wallapop", dice divertida cuando le preguntan cómo piensa deshacerse de los muebles que ya no quiere.

Imagen del rodaje de 'Soy Georgina', el reality de Netflix sobre la vida de Georgina Rodríguez

Imagen del rodaje de 'Soy Georgina', el reality de Netflix sobre la vida de Georgina Rodríguez.

/ Netflix

Un vestidor de lujo pero sin wifi

Otro de los momentazos del reality ocurre en otra de sus casas, concretamente en la de Turín (en la que vivían en los meses en los que se grabó la primera temporada), y más concretamente en su vestidor. Gio está preparando su maleta para uno de sus viajes mientras habla con una de sus amigas de toda la vida, 'Las Queridas', y, harta de que cada poco pierda la conexión en la videollamada, nos deja una de las frases que más han calado en los espectadores. "¡Siempre en esta casa el wifi de los coj**! ¡Cuatro routers en casa y nunca va el puñetero wifi!"

Ferrari, los Grimaldi y un yate en Mónaco

Cualquiera que haya echado un vistazo al Instagram de la de Jaca antes de ver el programa, no se habrá sorprendido al ver los lujos que se gasta en el día a día. Sin embargo, su visita a Monaco para asistir al Gran Premio de Fórmula 1, con alojamiento en el yate de Cristiano incluido, fue uno de los momentos más comentados, pero no precisamente por no escatimar en gastos, sino por la confusión que tuvo al coincidir en el box de Ferrari con Beatrice Borromeo y su marido, Pierre Casiraghi, sobrino de Alberto de Mónaco. "¿Él es príncipe o algo así, no?", duda con una de sus amigas, riéndose de su ignorancia sobre la realeza europea. "Habrán pensado que somos unas frikies (...). La princesa aquí y yo, de Jaca".

Los pepinos más caros están en Cannes

Desde que se convirtió en un rostro conocido son muchos los eventos a los que la invitan para desfilar por la alfombra roja, y como es normal, siempre se prepara a conciencia para cada uno de ellos. Por ejemplo, la vimos asistir al Festival de Cannes y posar (después de pensárselo mucho) con un diseño de Jean Paul Gaultier, y antes de eso, prepararse con una sesión 'beauty' para la que pidió unas rodajas de pepino para descongestionar los ojos. Sin embargo, lo que no se esperaba era el precio que le iban a cobrar por este extra. "Dije bueno, voy a pedir un par de pepinos, y me los pongo. ¡4 euros la broma de medio pepino! El pepino más caro de mi vida. ¿Qué hice? Pues no solo usarlo para ponérmelo en los ojos sino que luego el que sobró, me lo comí".

Uno de los momentos más esperados del reality era la vuelta de Georgina a Jaca, la ciudad en la que creció, y lo cierto es que su paso por allí no defraudó. Y es que, no solo recorrió los lugares a los que solía ir de niña, sino que aprovechó para comprar algunas de sus cosas favoritas: chuches y un buen surtido de ibéricos. Desde el primer momento ya nos avisó de que a ella le encanta comer, y por eso no nos extraña nada que sus compras en Jaca fueran todas en comida: "Yo como mucho y la gente me pide '¿Por qué no haces ayuno un día?' y yo siempre digo '¿Yo? ¡Con la energía que necesito para afrontar un día!' Imposible".

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